Susana Amor
La mujer maravilla
El primer día que su marido, Javier García, comenzó a trabajar en Veladero Susana Amor sufrió una grave hemorragia. Por primera vez tuvo que arreglárselas sola con sus tres hijos a cuesta, uno de ellos un bebé, para salir adelante de una seguidilla de episodios similares. De esta manera comenzó la vida de Susana Amor al lado de un trabajador minero.
Susana estaba acostumbrada a tener a su marido cerca. Es que Javier trabajaba en un taller de alineación y balanceo ubicado enfrente de la casa familiar. De repente esa realidad cambió y tuvo que adaptarse a una nueva vida con horarios distintos y reglas de convivencia diferentes, en la que ella se convirtió en papá y mamá durante 14 días.
“Fue muy difícil para mí estar sola con un bebé recién nacido, aprender a resolver todo yo, a tomar decisiones sola. Pero no solo fue difícil para mí sino también para mi esposo, que se encontraba en la montaña alejado de todos y cuando venía tenía que adaptarse a la familia nuevamente luego de estar 15 días solo. No es ni lo peor ni lo mejor, es cuestión de organización”, contó Susi.
Florencia (19 años), Tomás (14 años) y Juan Pablo (8 años) se llaman los tres hijos de Susana y Javier. Horarios de ingreso y salida de la escuela, fiestas escolares, reuniones y hasta idas al médico pasaron a ser responsabilidad de Susana. Para evitar pérdidas de tiempo tuvo que aprender a manejar y a organizarse. Ella confiesa que al principio le costó mucho pero sus hijos se organizaron y la ayudaban a resolver las cosas de manera más sencilla.
La culpa les juega a una pasada a las mujeres cuando sus maridos se van a la mina y esto fue lo que le pasó a Susana que no quería festejar ni un cumpleaños sin Javier. “Al principio no salís porque tenés culpa de que vos estés saliendo y que tu marido se encuentre trabajando, pero después empezás a darte cuenta que eso es parte de tu realidad y que no podés encerrarte en tu casa hasta que venga tu marido”, expresó.
La bajada del trabajador minero también es momento difícil porque los hijos están acostumbrados a vivir de una manera y cuando llega el padre se revolucionan y la mujer empieza a compartir responsabilidades. “Cuando viene tu marido te cuesta acoplarte a la vida en pareja otra vez, a veces te sentís inútil y a veces cuando te empezás a acostumbrar al compartir se tiene que ir otra vez”, expresó.
“Yo me la banqué bastante bien”, se autoevalúa Susana, que es apodada la mujer maravilla por lo bien que maneja la casa y los hijos cuando su marido no está.
María Florencia Tejada
Solita y con apuro…por verlo
Siempre estuvo acostumbrada a hacer todo con él, desde comprar en el supermercado hasta las salidas nocturnas. Maximiliano Bontempo y Florencia Tejada eran un dueto que iba unido a todos lados, de repente eso cambió cuando Maxi consiguió trabajo en Pascua-Lama hace un año atrás. “No fue y no es nada fácil tomar decisiones por mi cuenta y ver a mi pareja de manera tan distanciada, sobre todo cuando sos tan unido”, cuenta Flor, que tiene 24 años y desde hace tres años convive con Maxi.
Ella trabaja en Falabella y dice que cuando está trabajando el tiempo se le pasa más rápido pero al llegar a la casa que comparten le cuesta mucho adaptarse a la soledad. La flamante parejita hace poco construyó el departamento en el que viven y ese proceso de armar el nidito de amor también fue a la distancia. Aunque “Maxi es muy aplicado, hace de todo en la casa y siempre le sale bien”, agrega la enamorada jovencita.
Una de las cosas que tuvo que aprender Florencia es a ser más prudente a la hora de hablar con su pareja. Antes era más impulsiva pero fue tratando de amoldar su carácter a su nueva forma de vida. “Es difícil el trato con los maridos mineros porque la gente que trabaja en las minas luego de un tiempo les cambia mucho el carácter debido a que cuando suben pasan muchas cosas difíciles allá. Hay que saber mantener siempre la calma y siempre tener muy en cuenta la forma en la que hablas con ellos ya sea que estén arriba o abajo porque siempre hay algo que mal interpretan”, resaltó y hasta se animó a darle un consejo a las mujeres de mineros: “Hay que tratarlos con paciencia”, dijo.
Un día en la vida de Florencia sin Maxi se reparte entre el trabajo y los quehaceres domésticos. Hay personas que están hechas para estar solas un tiempo pero Flor confiesa que detesta la soledad por eso visita a sus sobrinas y también a su suegra de manera más fluida cuando su pareja no está.
Lo mismo no todas son espinas en el camino. “Lo mejor es que siempre esperas con muchas ansias que llegue el día que baja para aprovechar los 14 días como si no hubiera más nada después del día 14”, cuenta Florencia con la sonrisa característica de las recientes parejas que están iniciando su vida en familia.
Elisa Funes es camarera y desde hace dos años trabaja en Veladero. Con tan solo 19 años se arriesgó y hoy no cambia su realidad por nada. El único terreno más complicado es mantener una pareja porque los hombres no soportan que una mujer gane más que ellos y esté rodeada de hombres, según dijo.
Estas historias y muchas más serán las protagonistas de esta secretaría, que en breve dará sus primeros pasos.