Declara hoy en el país el ex juez Ledesma por el caso de la valija
El Cronista, Buenos Aires
El ex juez y abogado
Guillermo Ledesma, quien fuera contactado para ser abogado del venezolano
Guido Antonini Wilson, deberá declarar hoy ante el juez penal económico
Daniel Petrone, quien investiga el escándalo de la valija con 800 mil dólares que llegaron de manera ilegal al país. El magistrado busca comprobar si, como se desprende de grabaciones del FBI norteamericano, ese dinero estaba destinado a solventar la campaña electoral de
Cristina Fernández.Además de convocar a Ledesma, el juez Petrone también formalizó un pedido de las escuchas difundidas en el juicio que se lleva adelante en Miami contra el venezolano Franklin Durán, donde se acusa a la Argentina y Venezuela de intentar encubrir la llegada de 800 mil dólares en manos de Guido Antonini Wilson, en agosto del 2007.
Ledesma ya había presentado en el juzgado un escrito, donde ratificó las críticas realizadas al Gobierno argentino, a través de declaraciones periodísticas la semana pasada. Es que una voz atribuida al ex camarista expresa que “Kirchner y Chávez” eran la garantía de que Antonini no iría preso. Y que entre ambos países había un acuerdo para aplacar el escándalo.
Al conocer el contenido de esa escucha, Ledesma buscó públicamente revertir cualquier sospecha. Según indicaron a la agencia DyN fuentes con acceso al expediente, Ledesma ratificó en el escrito que, según le confió Wilson, la valija era del ex titular del Occovi Claudio Uberti, quien lo invitó a subir al avión en vísperas de la llegada del presidente venezolano Hugo Chávez al país. Siempre según el ex juez, Wilson contó que Uberti y el ministro de Planificación Julio De Vido le prometieron que estaba “todo arreglado” para sortear problemas.
En el país, el juez Petrone dictó la falta de mérito de Uberti por entender que no había elementos que permitieran responsabilizarlo de su participación en el delito, aunque se lo seguirá investigando. La fiscal María Luz Rivas Diez, sin embargo, apeló esa resolución ante la Sala B de la Cámara Penal Económica que, antes de definir esa situación, primero analizará el delito a investigar. El próximo 25 de setiembre, esa sala debatirá si la maniobra fue “contrabando” o “lavado de dinero”, en una audiencia de “mejora de fundamentos” respecto de las apelaciones que presentaron Rivas Diez y el titular de la UFITCO, Mariano Borinsky, contra el cambio de calificación que dispuso a poco de asumir el cargo el juez Petrone. El magistrado mejoró en su momento la situación de Daniel Uzcátegui Matheus -ex vicepresidente de Petróleos de Venezuela - y su hijo Diego al cambiar la citación de lavado de dinero a contrabando, pero aún así no se presentaron a declarar a la Justicia, tras lo cual se ordenó sus respectivas capturas.
Valijero: escándalo en Miami logró reabrir causa argentina Ambito Financiero, Buenos Aires (www.ambitoweb.com)
La Justicia argentina volverá a hablar hoy de Claudio Uberti después de haberle dictado la falta de mérito en la causa del valijero Guido Antonini Wilson. Las declaraciones del ex camarista Guillermo Ledesma precipitaron la decisión.
Aunque los fiscales federales en Miami se empeñen en explicar que el juicio a Franklin Durán que se tramita allí nada tiene que ver con la causa que se sigue en Buenos Aires y menos con las relaciones políticas entre los Estados Unidos y la Argentina -algo en lo que puso énfasis también el comunicado de Washington que divulgó Earl Anthony Wayne-, quedó probado la semana pasada que la marcha de la investigación del caso del valijero en la Argentina está atada a la suerte de lo que sucede en Florida. Todo el esfuerzo que puso hasta ahora la fiscal María Luz Rivas Diez para avanzar con esa investigación fue inútil frente a una causa que estaba, hasta el viernes pasado, congelada.
Bastó que en Miami se divulgaran las grabaciones con los diálogos entre Guido Antonini Wilson y Guillermo Ledesma para que el juez Daniel Petrone decidiera citar al ex camarista a declarar.
Curioso, cuando la participación de Ledesma como abogado contratado por PDVSA para asesorar al valijero e intentar darle garantías sobre su seguridad jurídica en la Argentina se conocía desde hace seis meses.
En ese lapso pasaron por el juzgado de Petrone cientos de pruebas y hasta Claudio Uberti, el ex jefe del OCCOVI y negociador comercial con Venezuela al que Antonini adjudica la propiedad del maletín con los u$s 800.000.
En realidad, Uberti nunca había sido citado a declarar en la causa por la que pasaron seis jueces subrogantes hasta que el gobierno se decidiera nombrar a Petrone como definitivo. El ex funcionario y pasajero del avión de ENARSA junto con Antonini estaba la cola de espera para declarar después de que lo hicieran los venezolanos Diego Bautista Uzcátegui Matheus, ex vicepresidente de PDVSA despedido por Hugo Chávez en medio del escándalo del maletín que el FBI dice haber salido de las arcas de la petrolera, y su hijo Daniel Uzcátegui Specht, también pasajero del avión.
Ellos nunca se presentaron y ahora tienen pendiente una casi imposible extradición, que seguramente el gobierno venezolano nunca concederá.
Estrategia
En medio de esos trámites, Uberti se presentó espontáneamente a declarar como estrategia de su propia defensa. El juez citó entonces de urgencia a Rivas Diez a su despacho; la fiscal en principio se negó a esa medida y luego transformó esa declaración en una indagatoria. Un mes después, Petrone le dictaba la falta de mérito a Uberti y lo alejaba de la investigación. En ese estado quedó la causa en la Argentina hasta estos días.
Hubo, es cierto, apelaciones de la fiscal a esa medida y también al cambio de carátula que dispuso el juez quitando de la acusación el cargo de lavado de dinero, que podrían comenzar a tener respuesta el 25 de setiembre.
Audiencia
Ese día la Sala B de la Cámaraen lo Penal Económico tendrá una audiencia de «mejora de fundamentos» por esas apelaciones que presentaron la fiscal Rivas Diez y el titular de la Unidad Fiscal de Investigación de Delitos Tributarios y Contrabando, Mariano Borinsky. En ninguno de los dos casos la relación con Petrone es óptima, todo lo contrario. Desde que el magistrado se hizo cargo del juzgado, los fiscales que pretenden impulsar la investigación no han hecho otra cosa que rechazar todas las medidas que fue tomando el juez, en especial, el cambio de carátula y la falta de mérito para Uberti, un hombre que en Miami aparece hoy en el centro del escándalo.
En realidad, no debe llamar la atención que la Justicia argentina actúe casi como reflejo de lo que se va conociendo en Miami sobre el caso del valijero. De hecho, hubo pedidos, algunos respondidos y otros sin contestar, al fiscal Thomas Mulvihill para que aportara las pruebas que tenía en EE.UU., pero siempre la reserva del FBI pudo más.
Hoy Ledesma deberá ratificar sus dichos sobre lo que le contó su potencial cliente, Antonini Wilson, sobre el trato y una promesa de protección de parte del ministro de Planificación, Julio De Vido, e incluso de Néstor Kirchner, algo que en parte Ledesma desmintió públicamente.
«Antonini me relató que él era el portador de la valija. Uberti fue quien le pidió que la llevara. Al ser descubierto, le hizo a Antonini un gesto como diciéndole 'lo siento' y se retiró del aeropuerto», dijo Ledesma a semana pasada después de que se conocieran las cintas donde aparecía su voz en un diálogo con Antonini en Miami.
Pero si la causa progresa por los carriles normales, Petrone y la fiscal Rivas Diez deberán preguntarle también si Antonini le hizo alguna referencia sobre su estancia en la Casa Rosada dos días después de haber llegado a Aeroparque desde Caracas y que le hubieran confiscado los u$s 800.000 y con quiénes se entrevistó allí.
Hay una frase de Antonini Wilson que es la que más preocupó en Buenos Aires: «De Vido me dijo: 'Tú nos bancaste y vamos a bancarte hasta la muerte'». Lo dijo en una de las grabaciones que dio a conocer el fiscal Muvihill, y ahora la Justicia deberá desentrañar si Ledesma fue testigo o no de esa afirmación.
Presión opositora por el caso de la valijaLa Nación, Buenos Aires (www.lanacion.com)
Reclaman que la Justicia profundice la investigación sobre el financiamiento de la campaña electoral de Cristina Kirchner
Las últimas revelaciones en la causa por la valija de Guido Antonini Wilson, acerca de que hubo otra maleta con 4,2 millones de dólares, no hicieron más que alentar a la oposición política a presionar a la administración de Cristina Fernández de Kirchner. Ayer, dirigentes de todo el espectro ideológico coincidieron en reclamar que la justicia argentina investigue el incidente registrado en el aeroparque metropolitano y los fondos que financiaron la campaña que llevó al triunfo a la fórmula del Frente para la Victoria -integrada también por el actual vicepresidente, Julio César Cobos-, en octubre último.
Por lo pronto, la UCR y la Coalición Cívica anticiparon que harán sendas presentaciones judiciales para agilizar el capítulo argentino de la investigación del escándalo, que muestra muy pocos avances si se la compara con la causa que se sustancia en los juzgados de Miami y que han sido la fuente de las revelaciones que cada día complican más al poder kirchnerista.
"Vamos a hacer una ampliación de la denuncia a partir de esta noticia", afirmó ayer el titular del comité nacional de la UCR, el senador Gerardo Morales (Jujuy).
En el mismo sentido, la diputada Patricia Bullrich (Coalición Cívica) anticipó que requerirá al fiscal de la causa que investigue las supuestas maniobras de encubrimiento llevadas a cabo por los presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez (Venezuela) para tratar de tapar el escándalo. Esta postura había sido esgrimida por la líder de la CC, Elisa Carrió, el jueves de la semana pasada.
Los referentes de la oposición también coincidieron en que siempre sospecharon que la valija con 800.000 dólares que Antonini Wilson intentó ingresar en el país en agosto de 2007 no era la única. Creen que hubo otras que entraron de manera ilegal en el país en vuelos desde Caracas.
"La verdad es que se suponía que había otra valija, pero no había elementos" para probarla hasta ahora, afirmó Morales.
En tanto, Bullrich expresó que "la valija de los 800.000 dólares no es una valija aislada, sino que hay una línea de negocios poco transparentes entre el gobierno de Chávez y el de Kirchner, que se ratifica por el tipo de funcionarios que están puestos a trabajar esa relación".
Horacio Rodríguez Larreta (Pro), jefe de Gabinete de Mauricio Macri, dijo que "ya parece haber elementos más que suficientes para profundizar -la investigación judicial- y tomar algunas medidas".
Por su parte, el diputado de ARI Adrián Pérez consideró que la revelación del ingreso de más fondos de manera ilegal "agrava la situación".
Por otra parte, Pérez también cuestionó la escasa predisposición de la justicia argentina para investigar una cuestión que involucra al gobierno nacional. "Hay que marcar la lentitud y precariedad que está teniendo la investigación en nuestro país, donde a Claudio Uberti se le ha declarado la falta de mérito", sentenció.
Uberti era titular del Organo de Control de las Concesiones Viales (Occovi) y fue uno de los pasajeros del vuelo privado de la polémica. Es a él a quien Antonini Wilson adjudica la propiedad de la valija incautada. Por este incidente debió renunciar a su cargo.
"En cualquier país normal el director del Organismo de Control de Concesiones Viales no viaja a tratar cuestiones petroleras; las líneas de acción pasan por las cancillerías y las secretarías de Comercio Exterior", afirmó Bullrich.
Jaque al Gobierno
Para Margarita Stolbizer, el gobierno nacional "ha sido puesto en jaque por sus propios vicios y torpezas", ya que quedó "al desnudo la utilización de fondos espurios en su campaña electoral".
"Bastante escandalosos son los aportes privados a la campaña de la presidenta Kirchner: el 34% fue financiado por empresas vinculadas con la industria farmacéutica que recibía a cambio buenos negocios con el Estado, bajos controles, la vista gorda y la impunidad", denunció la dirigente bonaerense, aliada de Elisa Carrió.
Para Stolbizer, "más grave aún es el verdadero origen que los fondos pueden ocultar: narcotrático, contrabando de precursores químicos, los aportes del gobierno de Venezuela, la utilización de los bienes del Estado y los fondos de Santa Cruz", concluyó.
Admiten en Miami que Antonini podría declarar en Buenos Aires Clarín, Buenos Aires (www.clarin.com)
Una fuente de inteligencia estadounidense le dijo a Clarín que en este caso "no hay que descartar nada". Y que el venezolano "está en condiciones de viajar". La fiscalía de Miami nunca le garantizó que no sería extraditado a Argentina. Por: Ana Baron
En vísperas del testimonio que brindará el venezolano Guido Antonini Wilson en la corte de Miami, una fuente de inteligencia le dijo ayer a Clarín que una vez terminado el juicio aquí, "el valijero" "estará en condiciones de viajar a la Argentina para declarar". Pero ¿lo hará realmente?: "Usted no descarte nada en este caso", fue la respuesta. La fuente, que es un agente de inteligencia en Miami, negó que Antonini fuese un "testigo protegido" de Estados Unidos. "Es sólo un colaborador, lo que quiere decir que no le van a cambiar el nombre, ni le van inventar una nueva identidad y podrá viajar a la Argentina"
Durante el intercambio de documentos que hubo antes de que comenzara el juicio, Ed Shohat, abogado defensor de Franklin Durán, uno de los venezolanos detenidos en EE.UU., insistió con que quería saber si como parte del acuerdo que hizo con la fiscalía Antonini no sería extraditado a la Argentina. La fiscalía respondió en dos ocasiones que no se le había prometido nada al respecto.
Es decir: la posibilidad quedó abierta y sin duda durante el testimonio que brindará esta semana habrá quizá más información al respecto.
La extradición de Antonini fue uno de los argumentos con que la plana mayor del Gobierno argentino salió a replicar la semana pasada los contenidos de las grabaciones hechas por Antonini para el FBI. El oficialismo cuestionó que Estados Unidos nunca respondió los tres pedidos de extradición que pesan sobre el venezolano.
La supuesta versión periodística --que no pudo ser confirmada por Clarín y fue descalificada ayer por el director de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Marcelo Sain-- de que había 4.200.000 dólares más en el avión que lo trajo de Caracas hasta Buenos Aires con los 800.000 dólares decomisados abrió ayer una serie de interesantes interrogantes. Si bien desde un principio se especuló con la posibilidad de que hubiese otra valija dentro del avión, y el propio fiscal Tom Mulvihill habló durante el juicio de "fondos adicionales" para la campaña de Cristina Kirchner, es la primera vez que sale a la luz un monto.¿Por qué recién ahora? ¿Y a quién le conviene más que se conozca esa versión?
Llama la atención que en las casi 600 páginas de las conversaciones grabadas por Antonini no haya ninguna referencia concreta a esta plata, ni que el FBI, si tenía información sobre esta segunda valija. no le haya pedido a Antonini que les preguntara a sus interlocutores al respecto. ¿Acaso al FBI no le interesaba esta segunda valija? Y si es así: ¿por qué?
Objetivamente, al que más le conviene que aparezca una segunda valija es al propio Antonini. Si durante el juicio surgen más evidencias de que había más plata en el avión y que él no tenía información al respecto, ésa sería la mejor prueba de que él no tuvo nada que ver con los envíos. Y que los únicos responsables fueron el venezolano Diego Uzcátegui, el ex funcionario argentino Claudio Uberti y el ex presidente de PDVSA Rafael Ramírez, como aparece constantemente en las grabaciones.
Hay que tener en cuenta que la versión se produce también en un momento en que en Venezuela las aguas están muy revueltas. Se dice que Chávez podría perder las próximas elecciones y los Uzcategui (padre e hijo) tienen muchas cuentas que rendir por la manera en que al padre "lo jubilaron" de PDVSA. Como fuere, todos los ojos están centrados sobre Antonini. Sin duda, su testimonio será analizado minuciosamente no sólo en Miami sino también en Caracas y en Buenos Aires. Una de las preguntas que todo el mundo se hace es si Antonini ya estaba colaborando con el FBI antes de subirse al avión que lo trajo a Buenos Aires.
La Justicia en el caso de la valija (EDITORIAL)Clarín, Buenos Aires (www.clarin.com)
El caso de la valija introducida por Antonini Wilson se ha convertido en un problema interno y para las relaciones con los Estados Unidos, y su investigación requiere un trabajo eficiente y transparente de la Justicia argentina.Cabe recordar que el venezolano Guido Antonini Wilson trató de ingresar al país una valija con 800.000 dólares, que había transportado en un vuelo contratado por Enarsa y en el cual viajaba, entre otras personas, el funcionario Néstor Uberti, encargado de mantener contacto con el gobierno de Venezuela. Si bien la valija fue detectada, Antonini Wilson pudo salir del país, previo paso por un acto en la Casa Rosada. La Justicia argentina inició una causa y posteriormente pidió la extradición del venezolano, que se encontraba viviendo en Miami, a la Justicia de Estados Unidos.
Mientras la causa local se mantenía en una virtual parálisis, la Justicia estadounidense inició investigaciones que derivaron en un juicio que actualmente se sustenta contra ciudadanos venezolanos por infracción de leyes del país del norte.En el curso de las sesiones surgieron testimonios que repiten la versión de que el dinero de Antonini Wilson habría estado destinado a financiar la campaña presidencial de Cristina Fernández de Kirchner. Ante esa circunstancia la Cancillería argentina emitió un comunicado en el que denuncia que el caso es parte de una campaña política que afecta las relaciones con Estados Unidos.
La reacción del Gobierno nacional es cuestionable porque implica considerar que la Justicia de Estados Unidos está actuando en forma subordinada al gobierno de ese país y, además, para debilitar a un gobierno con el que mantiene buenas relaciones.La mejor respuesta oficial a los hechos que se ventilan en la corte de Miami sería promover una investigación profunda de los hechos y convocar a la Justicia a acelerar el tratamiento del caso, para establecer responsabilidades que correspondan y disipar las dudas que dan lugar a la sospecha.
El caso de la valija de Antonini Wilson se convirtió en un problema político interno y para las relaciones con Estados Unidos. Es necesario que actúe con integridad la Justicia para disipar dudas y establecer responsabilidades.
En el vuelo de Antonini Wilson llegaron otros US$ 4.200.000
La Nación, Buenos Aires
Lo afirman dos fuentes que protagonizan el caso; hay evidencias en la causa; según el fiscal, el gobierno de Chávez envió para la campaña presidencial argentina más fondos que los US$ 800.000 descubiertos
Ahora se sabe que en aquel ya legendario vuelo que partió de Caracas y aterrizó en Buenos Aires la gélida madrugada del 4 de agosto de 2007 había, al menos, otra valija llena de dólares, además de la que desató el escándalo.
Allí, en el aeroparque Jorge Newbery, decomisaron una maleta pequeña gris y azul con US$ 800.000 en su interior. Pero en el mismo vuelo llegaron otros US$ 4.200.000, según confirmaron a LA NACION dos fuentes independientes entre sí, una de las cuales habló desde Venezuela. Las dos tienen un papel protagónico en el proceso abierto en el juzgado federal de Miami.
El primero que se había interesado por el destino de ese dinero fue Diego Uzcátegui, el entonces presidente de la filial para la Argentina y Uruguay de la petrolera estatal venezolana Pdvsa. "¿Dónde están los 4,2 millones de dólares?", es lo que, según las fuentes, les preguntó Uzcátegui a sus interlocutores cuando arribó a Buenos Aires, pocas horas después del decomiso en Aeroparque.
Lo escucharon varios testigos. Pero la pregunta estuvo dirigida a dos pasajeros de aquel vuelo: su propio hijo, Daniel, y Guido Alejandro Antonini Wilson, el hombre que asumió como propio el dinero en el acta del Aeroparque, pero que lo niega desde entonces en Estados Unidos.
"Maletas", en plural, pero sin más precisiones, es lo que surge en un tramo fugaz de las transcripciones de los audios que grabó la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) desde que Antonini comenzó a colaborar y hasta el arresto de cuatro supuestos "agentes encubiertos" de Venezuela en Florida.
El fiscal Thomas Mulvihill detalló, además, que "fondos adicionales" salieron del régimen bolivariano de Hugo Chávez con destino a la campaña presidencial de Cristina Kirchner. Lo aseguró durante una de las primeras audiencias que siguieron a aquellos arrestos. Pero no aclaró si esos fondos llegaron en ese vuelo o en anteriores. Durante las últimas 48 horas, sin embargo, LA NACION confirmó de dos protagonistas de las 72 horas de vértigo que siguieron al decomiso que, en efecto, hubo por lo menos otra valija en movimiento durante aquel vuelo, con dinero en su interior.
La maleta pequeña -o "carry-on"- es la que cayó en los controles argentinos. El acta se labró con US$ 790.550, aunque el monto original habría sido superior. Daniel Uzcátegui habría repartido dinero en el Aeroparque, algo que Mulvihill pareció indicar en uno de sus últimos escritos previos al juicio oral.
La otra maleta, sin embargo, "era demasiado grande como para que pueda meterse en la cabina en un avión comercial", según una de las fuentes.
La otra fuente se refirió familiarmente a esta segunda valija como "la hermana mayor" del "carry-on" que acompañaba a Antonini Wilson y que no superó los controles en Aeroparque.
Las fuentes consultadas por LA NACION por separado no precisaron si los US$ 4.200.000 fueron embarcados en una o dos valijas extras. Pero coincidieron en el monto. Tampoco pudieron afirmar si se trataba de billetes de 50 o de 100 dólares.
De las transcripciones desclasificadas por el fiscal Mulvihill surge también que el asistente que habría llevado el dinero hasta el avión sería "Reiter", un asistente de confianza extrema del presidente de la poderosa Pdvsa, Rafael Ramírez.
Reiter es el nombre que LA NACION reveló en mayo pasado como el del experto de la gerencia de Prevención u Control de Pérdidas de Pdvsa, el brazo de seguridad de la petrolera, que custodió el dinero hasta el Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar, en las afueras de Caracas.
Dos son los indicios que salen de las transcripciones de Miami. El primero, cuando Antonini pregunta: "¿Y por qué Rafael Ramírez ahora se lava las manos". Y su ex socio y hoy único acusado que defiende su inocencia, Franklin Durán, le replica: "No se está lavando las manos. Ya no puede lavarse las manos. Porque siente que su asistente fue el que llevó las maletas. El no puede lavarse las manos porque el presidente [por Hugo Chávez] ya supo que el asistente de Rafael es el que llevó las maletas al avión".
¿Quién podría ser ese asistente? Durán es otra vez quien aporta el indicio en los audios: "Pero me dieron el teléfono de Reiter para que coordinaras con Reiter", le dice a Antonini.
-¿Yo con Reiter?, le replica, extrañado.
-No entendiste. Para que yo llamara a Reiter y Reiter me coordinara a Rafael y me habláramos a través del teléfono de Reiter con Rafael.
Reiter es el único "asistente" de Ramírez al que los protagonistas de la trama aluden por su nombre en las casi 600 páginas que rellenan las transcripciones de los audios hasta ahora difundidos en Miami.
Pero las grabaciones aportan algo más. Es un diálogo picante entre Antonini, Durán y otro socio de ambos, Carlos Kauffmann, que cayó detenido, se declaró culpable y testificará en las próximas semanas para Mulvihill.
-Frank, yo fui un pasajero... que le echaron una vaina -se queja Antonini-. Eso es lo menos que él [por Diego Uzcátegui] pudo haber hecho. Yo fui un pasajero... que recostaron una maleta. Lo menos que él pudo haber hecho es tratar de defenderme o defenderme.
-No lo hizo. No lo hizo, completa Durán.
-Porque él sabía -se enoja Antonini-, él sabía que estaba mandando esa plata pa , pa esa mierda. Porque a mí me lo dijo: «Yo, yo, yo [tartamudea] estos viajes he hecho muchos».
-Pero te lo dijo después que estabas metido en el peo [lío].
-El me dijo a mí -remata Antonini-. El me dijo a mí en el hotel que él ha hecho muchos de esos viajes y el ministro [por Ramírez] también.
El primer cambio del Estado en Aerolíneas: más vuelos a Caracas
La Nación, Buenos Aires
www.lanacion.com
Por Juan Pablo Morales
La tripulación de la nave de Aerolíneas Argentinas preparaba 256 butacas para recibir a un puñado de pasajeros. La luz del amanecer entraba en la sala de embarque y despertaba bostezos de un manojo de turistas y hombres de negocios. La mayoría parecía extrañamente cómodo: era la primera vez que volvían a Caracas sin escalas y en un avión tan grande.
Daniel Parra, un empresario venezolano, hurgaba en una valija negra para encontrar el pasaporte y recordaba cómo había llegado. "Vinimos hace una semana, en un avión inmenso, al que le sobraban la mitad de los asientos." La vuelta sería parecida: 7 horas de vuelo, 100 lugares libres y un recorrido de 5000 kilómetros con una máquina capaz de hacer viajes transoceánicos. La misma que en otros tiempos se usaba para llegar a Australia.
El vuelo del último viernes a tierras de Hugo Chávez fue la prueba de un curioso cambio en Aerolíneas Argentinas. Dos días antes de asegurarse el control total de la compañía, el Estado implementó una modificación comercial en medio de la crisis: mejoró todos los vuelos a Caracas. Desde entonces, es una prioridad viajar a Venezuela.
Hace un año, la empresa terminó de hundirse en las dificultades más severas de su historia. Suspendió destinos como Nueva York y México, redujo vuelos en rutas clave, como Roma, Madrid, Santiago de Chile y Miami, y cayó en picada en la participación de ventas internacionales (de un 15 a un 3 %). Hoy tiene acotadísimas frecuencias en la mayoría de los vuelos de cabotaje y, en 2008, la merma en ventas podría alcanzar los 240 millones de dólares.
Sin embargo, desde el 1° de septiembre se abrieron nuevas ofertas a Venezuela. Hay cuatro vuelos semanales (lunes, miércoles, viernes y domingo), sin escalas y en aviones Airbus A340-300, un tipo de nave de cuatro motores, especialmente concebida para hacer viajes de hasta 12.000 kilómetros.
Hasta hoy, ninguno de esos vuelos viajó completo. El jueves pasado, una ansiosa pasajera llamó a último momento al centro de atención al cliente para saber si podía volar el viernes al amanecer. "Hay amplia disponibilidad en todo el avión", respondió la operadora de Aerolíneas. Tenía pasajes en todas sus variantes: económica (803 dólares más impuestos), en primera clase (2800) y hasta de una promoción ejecutiva limitada (1950).
"Nos va a ir mejor en el futuro. Mejoramos los vuelos porque vemos en Caracas una capacidad de oportunidad", justificó el gerente comercial de Aerolíneas, Maximiliano Pozaric.
En general, las agencias de viajes y de venta de pasajes reconocen que Venezuela podría ser rentable. Las razones son políticas. "Venezuela hoy es un vuelo netamente corporativo. Los lazos políticos incrementaron las relaciones económicas y eso empieza a generar tráfico aéreo", aseguró Alejandro Tamer, gerente de Despegar.com. "Hay mucho vuelo cautivo, comercial y financiero", explicó Ricardo Roza, presidente de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo.
También para Cecilia Vignolo, de Biblos Travel, hay "incremento de la demanda" en la ruta venezolana, pero puso reparos respecto a los cambios en Aerolíneas. "¿Es tan rentable como para poner un avión tan grande?"
Rodeado de tablas y ecuaciones, Pozaric defendió las modificaciones con argumentos de un empresario inmerso en una debacle. "Elegimos Caracas porque habrá demanda, pero también porque no hay competencia. Eso es clave. Con esta crisis, rivalizar con otra compañía nos liquidaría. Y vamos en un avión grande porque no tenemos otro para garantizar un buen servicio. Tenemos pocos aviones".
Los equipos de Aerolíneas están diezmados. Hasta fines de julio volaban sólo con 26 aviones, divididos en un engorroso sistema de 8 flotas.
"Necesitamos tiempo para modernizarlas. Usaremos el Airbus 340 hasta que recuperemos otros equipos. Necesitamos recuperar la confianza del pasajero", dijo Pozaric.
Hasta ahora no ocurrió. En el amanecer del viernes, la mayoría de los pasajeros sospechaba de la comodidad. "El servicio siempre fue pésimo. ¿Qué van a mejorar? Recién quise preguntar algo y nadie me atiende", se quejaba Jorge Barrios, un venezolano dueño de una agencia de viajes. Cerca de él, un empresario argentino se la pasaba haciendo preguntas: "¿Van a respetar los horarios? ¿Van a cumplir con el servicio si los aviones no están llenos? ¿Acá no hay algo político?"
Antonini dice que el Gobierno le prometió "bancarlo hasta la muerte"
Clarín, Buenos Aires
Cuando
Alejandro Antonini Wilson ingresó a la
Casa Rosada, como miembro de la delegación venezolana que acompañó al presidente
Hugo Chávez, hace más de un año, lo que más le impresionó fue el estilo francés del edificio. Antonini acababa de bajar en Aeroparque de un avión privado, fletado por la empresa estatal
Enarsa, y le habían descubierto una valija con 800 mil dólares sin declarar. "El Salón Blanco es pequeño. Parece grande, pero no lo es", le confiaría más tarde al abogado argentino
Guillermo Ledesma, que estuvo a punto de tomar su defensa por este caso.
Para definir ese contrato, Antonini y Ledesma compartieron un almuerzo en Jackson's Steakhouse en
Fort Lauderdale (Florida, Estados Unidos) el 27 de agosto del 2007. Ledesma había viajado a pedido del abogado venezolano
Moisés Maiónica, contacto de Antonini con el chavismo. Los diálogos entre ambos -con menciones a varios argentinos- son parte de la prueba que la fiscalía ofreció en el juicio que se está llevando a cabo en los tribunales de Miami.
Entre esos documentos también se cuenta la conversación entre Antonini Wilson y Ledesma. Ahí Antonini le expresó a su abogado que desconfiaba de los argentinos. Contó que una vez que terminó el acto con
Néstor Kirchner y Chávez, el ministro de Planificación,
Julio De Vido, y Claudio Uberti, del OCCOVI, se le acercaron: "De Vido me dijo: Tú nos banqueastes ("bancaste", apoyaste) y vamos a banquearte hasta la muerte". Siguieron hablando así:
Antonini: -O sea, todo el mundo tiene que entender, coño, che... Yo estoy ahí y están los dos presidentes ahí... Se los están llevando para otro salón cuando a mí me dicen eso. Y Chávez, a los dos únicos argentinos.
Ledesma: -¡Eh!
Antonini: -Bueno, saludo a tres argentinos.. Primero (Chávez) dijo: Claudio está muy delgado. Y después le dijo: Julio los está poniendo mucho a trabajar. Y saludó a un empresario que no sé quién es. Pero no saludó a ningún venezolano. O sea, Chávez, nada, se presentó a estos dos. Yo, cuando me dicen eso. Yo digo: Nada, aquí no pasó nada.
Más adelante, Antonini relata:
-Cuando yo me fui a Uruguay, ellos mandaron un avión de PDVSA a buscarme. Y a mí me llamó Victoria (Bereziuk, la secretaria de Uberti) pa' decirme que si no me montaba en ese avión, que ella mandaba un avión de la República Argentina a buscarme. Pero que a mí no me pasaba nada.
Luego le explicó a Ledesma los motivos de su desconfianza:
-Yo no me regreso porque a Marjorie Gutiérrez, de PDVSA, le requisaron el avión antes de salir. (Gutiérrez) Me dice: Tienes razón, no te montes y no te vayas pa' esa mierda porque esos coños de madre me lo requisaron el avión antes de salir... Hubo que llamar al canciller pa' que dejara la vaina...
Los siguientes son tramos de los diálogos entre Antonini y Maiónica, con más referencias a funcionarios y ex funcionarios kirchneristas.
Cristina, la Presidenta
(Antonini y su amigo vienen hablando elípticamente del origen del dinero de la valija y de cómo podían llegar a inventar un origen legal para futuras explicaciones ante, por ejemplo, la Justicia).
Maiónica: -Inclusive PDVSA, teniendo ahorita... teniéndole que dar plata a este huevón pa' llevársela a Cristina, en efectivo.
Antonini - ¿Pa' dárselo a quién?
Maiónica: -La de Cristina, la...
Antonini: Ah, Cristina...
Maiónica: Claro.
Antonini: La Presidenta.
Maiónica: Por eso. Y es la única...
Antonini: Bueno, eh, a ella... eh, y a todos los presidentes de por allá abajo.
Las facturas de De Vido
(Los dos venezolanos hacen hipótesis sobre las repercusiones políticas del caso en Argentina).
Maiónica: No. Lo que pasa es que... Mira, nosotros estuvimos dos horas reunidos (no aclara con quién). (Me) dice: Moisés, yo creo que en el medio del pe'o de Alejandro hubo un pase de factura del grupo de De Vido al grupo de Uberti. Que fue la investigación contra Uberti, la cizaña pa' que quitaran a Uberti (de su cargo), pa' que Uberti saliera y pedir la salida de Diego (Uzcátegui, de PDVSA) del otro lado. Eso fue un pase de factura (...). Según lo que me jura este carajo, no van a dejarte morir nunca...
Antonini: ¿Los argentinos?.
Maiónica: Los venezolanos.
La foto de Uberti
(Maiónica saca su teléfono celular ultramoderno. Tiene fotos guardadas. Las revisan juntos).
Antonini: -Las puedes pasar, ¿ves ahí?
Maiónica: -Lo que no se me voltean...
Antonini: -Porque estaban en el otro iPhone (...). Ese es Daniel con Ve... Verónica Beluci. La asistente de... Victoria, de Uberti.
Maiónica: -¿Y ésta quién es?
Antonini: -Ese... El otro que estaba en el avión. Y Marjorie Gutiérrez.
Maiónica:- ¿Esa fue la que te dijo que no era seguro que fueras?
Antonini: -Que no era segu... Eso fue lo que me dijo (...).
Maiónica: -(Ese es) Uberti.
Antonini: -Ese es el coño de su madre de Uberti. Y mientras Venezuela sigue igual, fíjate.
El misterioso vice de Justicia (Conversan sobre las supuestas garantías para Antonini).
Maiónica: (...) Eso ya se superó. Tanto se superó que para Venezuela fue el viceministro de Justicia de Argentina (no se sabe a qué funcionario se refiere Maiónica; el cargo no existe en Argentina). Y a él lo llevó el... ¿cómo se llama el abogado? Que me habló maravillas de ti, huevón. Angel Morales.
Antonini: -Angel, el gerente de Uruguay.
Maiónica: -Ajá. Angel Morales se fue con el viceministro. Me reuní yo en la DISIP (la inteligencia venezolana) con el viceministro de Asuntos Judiciales de Argentina.
Feliz por Ledesma
(Maiónica le cuenta a Antonini que le consiguió al ex juez Ledesma como defensor a través de Ackerman, un estudio de abogados. Otros abogados no le habían merecido confianza a Antonini).
Maiónica: Le dije (a un interlocutor): Esos abogados no van pa'l baile... A nosotros nos costó mucho conseguir la confianza de Alejandro y ahora no la voy a perder por cometer la muchachada de volver a poner a los abogados que actuaron sin su consentimiento. Ahorita le dieron el OK a Guillermo Ledesma,
Antonini: Ajá.
Maiónica: Al que tu trajiste
Antonini: Por eso estoy feliz.
Maiónica: Okey.
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