PowerChina, lideró la única oferta que se presentó para concretar el desarrollo de la controvertida Portezuelo del Viento,
PATRICIO ELEISEGUI
El freno de la economía global por efecto del Covid-19 lejos está de disminuir la intención china de pesar, cada vez con más énfasis, en aquellos países que considera estratégicos para el abastecimiento y la expansión operativa de sus compañías. Desde esa perspectiva, la potencia asiática volvió a tomar envión para posicionarse en áreas clave del sistema productivo argentino con vistas a garantizarse desde alimentos hasta negocios multimillonarios para su bloque de constructoras, mineras y empresas de logística en general.
En simultáneo a los movimientos en lo que hace a la demanda de carnes, China sigue abrochando proyectos de envergadura en ámbitos como el energético. Por mencionar un caso reciente, Sinohydro, subsidiaria del gigante PowerChina, lideró la única oferta que se presentó para concretar el desarrollo de la controvertida Portezuelo del Viento, a construir en la provincia de Mendoza.
El proyecto en cuestión, que demandará una inversión superior a los 1.000 millones de dólares, comprende la instalación de una central hidroeléctrica a construir sobre el Río Grande, en el departamento cuyano de Malargüe.
El proyecto es resistido por La Pampa, Río Negro y Neuquén en tanto le otorgará a Mendoza el dominio estratégico de toda la cuenta del río Colorado.
La china Gezhouba, en tanto, ultima detalles para retomar la construcción de las represas Cóndor Cliff y La Barrancosa en la provincia de Santa Cruz. Según pudo constatar iProfesional, el jueves de la semana pasada el Ministerio de Economía aprobó una inyección de algo más de 4.100 millones de pesos para retomar las obras en la Patagonia.
La intención es que las labores vuelvan a la normalidad a partir del mes de septiembre. El emprendimiento en cuestión representa para el gigante oriental el principal negocio de desarrollo de infraestructura en esta parte del mundo. Se trata de un proyecto valuado en casi 5.000 millones de dólares.
Hay más: PowerChina y Shanghai Electric, en tanto, siguen pisando fuerte en la evolución de Cauchari, un parque solar clave levantado a 4.200 metros sobre el nivel del mar en la Puna jujeña. El emprendimiento ocupa alrededor de 600 hectáreas en cercanías de Susques y comprende una instalación de más de 1,2 millones de paneles.
El desarrollo del proyecto implicó un negocio del orden de los 400 millones de dólares. Se estima que una vez en funcionamiento aportará energía a 100.000 hogares en esa área del Norte.
Por otro lado, China también juega fuerte en lo que hace a la logística para el traslado de los insumos que requiere su mercado interno. De ahí que a fines del mes pasado ratificó su decisión de financiar la expansión del ferrocarril Belgrano Cargas en la provincia de Santa Fe.
Representantes de Trenes Argentinos de Cargas (TAC), dependiente de la cartera de Transporte, negocian con empresarios chinos el acceso a un crédito de 700 millones de dólares.
"Ahora se están viendo todos los avances que permitió el plan de inversiones firmado con China -por 2.475 millones de dólares- hace siete años", declaró al respecto Daniel Vispo, titular de TAC.
Mientras tanto, la dependencia oficial que encabeza Mario Meoni negocia con la china CRRC la adquisición de 200 coches para la línea Roca. La firma en cuestión viene de cerrar un jugoso acuerdo con el Gobierno por 70 millones de dólares para garantizar repuestos y asistencia técnica a las unidades eléctricas de los trenes Mitre, Roca y Sarmiento.
Sinohydro lideró la oferta para construir la controvertida central Portezuelo del Viento, que demandará una inversión superior a los u$s1.000 millones.
La última novedad corresponde a la decisión de cerrar un acuerdo con la administración que encabeza Alberto Fernández para duplicar el stock de porcinos en el país con el fin de abastecer el consumo chino de carne de cerdo. La cifra de la eventual inversión -a concretar en un lapso de 6 años- oscila entre los 3.800 y los casi 5.000 millones de dólares.
China apunta a recuperar el stock de carne que perdió a partir de la matanza de cerdos que llevó a cabo el año pasado tras un brote de peste africana. Las autoridades sanitarias de ese país aniquilaron al 40 por ciento del ganado porcino y la posterior escasez de productos derivó en la decisión de salir a buscar superficies en el mundo para criar los animales que necesita la potencia asiática.
Si bien Brasil es el socio comercial predilecto en esta región, las sucesivas devaluaciones argentinas redireccionaron el interés de los chinos, que en Asia producen un kilo de carne de cerdo a razón de los 2 dólares de inversión mientras que aquí podrían generarlo por apenas 70 centavos de la misma moneda.
"China quiere tener todo bajo su poder: desde las tierras donde establecería las granjas hasta los puertos, pasando por el traslado de los animales, la faena, el almacenamiento de la carne en cámaras frigoríficas. Hasta ahora nunca mostraron intenciones de vincularse con los productores locales. Si el Gobierno permite eso, para la cadena argentina será letal", alertó a iProfesional un representante de la Asociación de Pequeños y Medianos Productores Porcinos bonaerenses.
La potencia asiática ya marca los tiempos de la producción bovina en Argentina: en declaraciones recientes, Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, sólo durante el pasado mes de mayo casi el 90 por ciento del volumen de carne de vaca exportado tuvo como destino el mercado chino.
China pretende establecer en la Argentina 25 granjas pobladas con hasta medio millón de madres porcinas.
En el marco del reciente seminario virtual China International Import Expo (CIIE) 2020, el ministro Kulfas dejó en claro que la intención del gobierno que lidera Alberto Fernández es intensificar el vínculo económico con la potencia.
"En su proceso de urbanización China continuará demandando insumos para su crecimiento y la Argentina puede aumentar y diversificar sus exportaciones, particularmente en alimentos, por la mayor demanda y expectativas de sus consumidores, pero también de minerales como cobre o litio, donde se radicaron inversiones incipientes en relación con el potencial del sector", dijo.
"Se estima que entre 2000 y 2019 el stock de inversión directa de ese origen ascendió a 25.000 millones de dólares, que han creado 17.000 puestos de trabajo", destacó.
Por último, el ministro de Desarrollo Productivo expuso que el intercambio bilateral pasó de 2.100 millones de dólares en 2000 a 16.300 millones en 2019, mientras el mercado chino, que concentra casi el 11 por ciento de los envíos locales, ya es el principal para la Argentina en lo que va del año.
