China continúa anunciando nuevas acerías y plantas de energía a carbón, incluso mientras el país traza un camino para reducir a cero las emisiones que atrapan el calor. Las empresas estatales propusieron 43 nuevos generadores de carbón y 18 nuevos altos hornos en la primera mitad de 2021, dijo hoy viernes el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA, en inglés) en un informe. 

Si todos fueran aprobados y construidos, emitirían alrededor de 150 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, más que las emisiones totales de los Países Bajos.

Los anuncios del proyecto destacan las señales a veces confusas que emanan de Pekín mientras los funcionarios vacilan entre medidas agresivas para reducir las emisiones de carbono y el gasto centrado en la industria pesada para mantener la recuperación económica de la pandemia.

La construcción comenzó con 15 GW de nueva capacidad de energía de carbón en el primer semestre, mientras que las empresas anunciaron 35 millones de toneladas de nueva capacidad de fabricación de acero a base de carbón, más que en todo 2020.

Los nuevos proyectos de acero generalmente reemplazan los activos que se retiran, y mientras eso significa que la capacidad total no aumentará, las plantas extenderán el uso de tecnología principalmente de altos hornos y bloquearán al sector en una mayor dependencia del carbón, según el informe.

Las decisiones sobre la autorización de nuevos proyectos serán una prueba del compromiso de China de reducir el uso de carbón a partir de 2026.

"Las preguntas clave ahora son si el gobierno dará la bienvenida al enfriamiento de los sectores intensivos en emisiones o si volverá a abrir el grifo", dijeron los investigadores de CREA en el informe. "Las decisiones de permisos sobre nuevos proyectos anunciados recientemente mostrarán si todavía se permite la inversión continua en capacidad basada en carbón".

China limitó el crecimiento de las emisiones en el segundo trimestre a un aumento del 5% con respecto a los niveles de 2019, después de un aumento del 9% en el primer trimestre, dijo CREA. La desaceleración muestra que alcanzar niveles máximos de emisiones de carbono y controlar los excesos financieros puede estar ganando prioridad sobre el crecimiento económico impulsado por estímulos.

El presidente Xi Jinping se ha fijado el objetivo de alcanzar un máximo de emisiones de dióxido de carbono para 2030 y de reducir a cero todas las emisiones de gases de efecto invernadero para 2060. "La capacidad de China para frenar el crecimiento de sus emisiones de CO2 y alcanzar sus objetivos de emisiones depende fundamentalmente de que las inversiones en los sectores de la energía y el acero se desvíen permanentemente del carbón", dijo CREA.