La comisión nacional y provincial que debate temas hidrocarburíferos incorporó una comisión que se encargará de estos temas. Quedó planteado para el próximo año que se desarrollen acciones que contemplen respuestas a las necesidades económicas y sociales.
En la cuarta mesa ejecutiva de Vaca Muerta, que se desarrolló en la ciudad de Buenos Aires, participaron los ministros de Producción e Industria, Facundo López Raggi, y de Energía y Recursos Naturales, Alejandro Monteiro, junto a otros funcionarios provinciales. Fue la última mesa del año.
La Mesa Vaca Muerta se desarrolla a través de siete submesas, en los que participan representantes de cámaras empresarias, sector privado, gobiernos provinciales, gobierno nacional y funcionarios de diferentes áreas. Se abordan diferentes temas, con el objetivo de profundizar las políticas que lleva adelante el gobierno con el objetivo de reducir los costos operativos, lograr un mayor nivel de actividad, desarrollar proveedores locales, mejorar la infraestructura y potenciar las inversiones. Estas subcomisiones de trabajo son: upstream y midstream; infraestructura; cadena de valor, desarrollo de proveedores, uso intensivo del gas, productividad, capacitación, aspectos socioambientales y comunicacionales. En esta oportunidad, se incorporó la subcomisión sobre refinación y comercialización de combustibles líquidos.
López Raggi detalló que en una de las mesas “se trabaja en lo que es infraestructuctura vial, de trenes, de transporte de agua; en otra lo vinculado a la cadena y desarrollo de proveedores, y así las submesas van teniendo temáticas específicas, algunas trabajan más en lo social, en lo que es el trabajo y la capacitación. La última mesa que se incorporó, que es la siete, trabaja en el tema de la refinación y precios”.
A su vez, aclaró que no todos los actores participan de todas las mesas, sino que depende de la agenda de temas que se plantea para cada una y los avances que surgen entre las reuniones.
“Se plantea un tema, se lleva un responsable y ese responsable va concretando algunas de las cuestiones planteadas y eso se refleja en la mesa siguiente y se incorporan a su vez nuevos temas”, explicó el ministro de Producción e Industria. En la Mesa, las autoridades destacaron el aumento de la producción no convencional que le permite al país proyectar sus exportaciones a países vecinos y, al mismo tiempo, minimizar sus importaciones de gas natural.
La mesa de Vaca Muerta fue relanzada por el presidente Mauricio Macri a fines de agosto en Neuquén.
La Mesa de Vaca Muerta fue reactivada por el gobierno nacional y debutó con el aval a un mecanismo de adecuación de las normas laborales.
En la Patagonia argentina se encuentra Vaca Muerta, segunda reserva de gas no convencional y cuarta reserva de petróleo no convencional en el mundo. Su tendencia al crecimiento productivo no cesa, pero necesita de inversiones millonarias para continuar en ese camino.
En los dos últimos años, este yacimiento petrolífero ha incrementado su producción en un 243% interanual en el shale gas y en un 70% en el shale oil. Esto llevó a Vaca Muerta a producir el 38% de todo el gas que se extrae en Argentina y el 15% del petróleo crudo de todas las cuencas productivas del país.
El país sudamericano tiene el potencial para convertirse en uno de los cinco grandes exportadores de gas natural licuado del mundo. Sin embargo, para el periodista especializado en petróleo Marcelo García esto va a "demorar y no va a responder a los ritmos que necesitan los gobernantes para desarrollar ese proceso".
Para García, lo fundamental es contar con las inversiones estatales en materia de infraestructura social, ya que el crecimiento productivo del yacimiento —a cargo de las multinacionales- debe ir acompañado por el desarrollo social de la zona.
"Una de las barreras más difíciles que va a tener Vaca Muerta es la de la infraestructura social. Se especula que puede llegar a generar empleo para entre entre 200.000 y 400.000 nuevos habitantes. Estamos hablando de una nueva ciudad, casi. Para eso hace falta mucha inversión en viviendas, escuelas, hospitales, caminos y tendido eléctrico que contenga y de cabida a un montón de personas que se van a instalar en esa región", explicó el periodista.
Según García, serían necesarios 17.000 millones de dólares de inversión anual para la infraestructura productiva y social. "Esto tiene una perspectiva bastante complicada. Mucho más si se le suma el plan de ajuste que el Gobierno ha establecido y que restringe el uso de fondos del Estado para el desarrollo social".