La entrada de directores de la ANSeS a empresas privadas se hizo sentir con un aumento exponencial en la distribución de dividendos en efectivo por parte de las empresas cotizantes. Este año las firmas domésticas que cotizan en la bolsa porteña aumentaron un 46,5% los montos distribuidos entre sus accionistas gracias a la tracción de aquellas que tienen al ente previsional como uno de sus dueños.
El 2011 fue un año peculiar para un mercado en el que la distribución de dividendos en años de bonanza no es vista por las empresas como una responsabilidad ineludible, como sí ocurre en otros mercados.
En promedio, los pagos a accionistas crecieron 5,1% durante este año pero la suba fue de sólo el 0,2% entre las empresas extranjeras y del 46,5% entre las locales.
De las 46 empresas argentinas que pagaron dividendos a sus accionistas durante este año, 24 tienen a la ANSeS como uno de sus socios. Mientras que el monto distribuido por las firmas cuyo paquete accionario está en parte en manos del Estado creció 52,1%, los accionistas de las 22 restantes tuvieron que conformarse con una suba del 6,9% en el mismo período.
Mirando empresa por empresa, se ven cambios de relevancia. Sobresale, por ejemplo, Metrovías, que nunca en su historia había pagado a sus accionistas y este año distribuyó $ 149,4 millones.
El Grupo Financiero Galicia, que no distribuía desde 2001, pagó $ 24,8 millones. También el Grupo Clarín pasó de no pagar nada desde 2008 a distribuir $ 120 millones este año. Caso aparte es el de Siderar, del grupo Techint, que luego de una extensa batalla con el Gobierno, casi cuadruplicó el pago que hizo en 2010. Todas estas empresas tienen en común la participación de la ANSeS en su paquete accionario.
El proceso le ha reportado al ente previsional ingresos por
$ 1.226 millones en concepto de dividendos.
“En mi opinión, hay dos causas que explican los mayores montos. Por un lado, casas matrices de empresas extranjeras en problemas pidieron mayores dividendos a sus filiales durante este año. El otro factor es la influencia de la ANSeS”, comentó Carlos Olivieri, asesor financiero y profesor de las universidades Austral, CEMA y Di Tella
El resultado es una anomalía en la relación entre el precio de las acciones y el pago anual a sus tenedores, lo que en inglés se conoce como dividend yield. Mientras que en Wall Street los pagos generalmente equivalen, en promedio, al 2% del valor de las acciones (este año llegó al 3%, por la desvalorización de los activos de renta variable), el dividend yield de las 18 compañías argentinas más importantes rozó este año el 10%.
“Esto complicó el panorama local, porque una compañía que paga dividendos automáticamente deja de invertir para el año siguiente. El pago de dividendos y la inversión son alternativas excluyentes entre sí”, comentó Olivieri.
Desde la ANSeS, celebran el aumento como una victoria frente a una pobre cultura de pago de utilidades a los accionistas. “El inversor merece un retorno y en este sentido es una gran noticia que se le empiece dar lo que corresponde”, comentaron a El Cronista en el organismo. “Pero esto no es todo, lo que reclamamos y empezamos a lograr es que el pago de dividendos, la reinversión y el uso de los recursos de las empresas se discuta realmente en los directorios y no se decida entre pocos”, añadieron.