Martín Redrado*.
Ante la inminente visita del presidente chino Xi Jinping, el gobierno nacional está ultimando los detalles para renovar un canje de monedas con China.
La reutilización de una idea que ejecutamos en 2009 es una buena noticia. En aquel mes de febrero, nuestros intereses convergieron con los chinos.
Argentina necesitaba poseer un resguardo de liquidez ante la crisis internacional que se desataba y el Banco Central de China ya tenía firmados 10 acuerdos de ese tipo con sus pares asiáticos, como parte de una estrategia más amplia de incrementar la presencia internacional de su moneda.
En la actualidad, el proceso de brindarle gradualmente mayor convertibilidad al yuan sigue vigente, pero la diferencia es que nuestro país contaba un lustro atrás con reservas internacionales por US$ 50.000 millones para estabilizar el mercado cambiario.
La realidad es otra ahora. En efecto, el Gobierno está más que interesado en concretar esta operación.
De ahí, la celeridad que colocó para conseguir media sanción del Senado en el Congreso para una de las principales exigencias del país oriental (Ley de Inmunidad), que busca resguardarse bajo un paraguas legal en su voluntad de invertir en la Argentina y equiparar la legislación sobre este tema a la existente en su país.
En este sentido, la operación de swap de monedas de pesos por yuanes permite ser usada para fines comerciales como promover el comercio exterior entre ambos países pagando las importaciones chinas con esa moneda, formando parte del activo de la autoridad monetaria.
Sin embargo, para que una operación de este tipo permita incrementar el stock de reservas hacia fines de año y tenga un impacto concreto en las arcas del BCRA, debería realizarse una operación financiera para hacerlos convertibles.
Es decir, que permita transformar yuanes por moneda de reserva en el mercado internacional (el yuan es una moneda inconvertible a nivel global, por lo tanto no puede ser contabilizada como reserva). Dada la coyuntura en la que está la Argentina en su conflicto con los Fondos Buitres, deberían tomarse los máximos recaudos legales si la plaza elegida fuera la de Nueva York.
Este tipo de acuerdos sólo se gatillan en un escenario crítico, y suelen operar, en realidad, como un reaseguro. Vale destacar que no será sencillo conseguir divisas a cambio de yuanes.
Llegado el caso, probablemente sean operaciones que puedan realizarse de a pequeñas cantidades. En definitiva, otra muestra más de la preocupación del Gobierno por la asfixia de dólares que impera en la economía, y de los parches que va encontrando para navegar los próximos meses sin resolver el problema de fondo.
* EX PRESIDENTE DEL BANCO CENTRAL
