En la estación de metro Escuela Militar estalló un artefacto de origen desconocido en las dependencias de un local de comida rápida, lo que provocó al menos ocho personas lesionadas.

El estado de los afectados aún es desconocido. En el lugar se encuentra personal de Bomberos y del Gope de Carabineros para asistir a los lesionados. Según informó la institución se dirige a la estación un equipo para trasladar a los afectados a un centro asistencial.

El fiscal especial de bombas Christian Toledo de la fiscalía sur se dirige al lugar para comenzar la investigación de la explosión que afectó al centro comercial Sub centro.

Carabineros le informó a La Tercera que no existe claridad sobre el lugar donde se produjo la explosión, sin embargo las teorías que existen por el momento son dentro de la cocina del local de comida Juan Maestro o en el sector de atención al público.

El centro comercial fue evacuado para evitar más lesionados.

Bomberos informó que los lesionados fueron trasladados a diversos centros de asistencia, dos de ellas a la Clínica Las Condes, tres a la Clínica Alemna, una al Hospital del Salvador y una al centro de la Asociación Chilena de Seguridad.

Carabineros, a través de su cuenta de Twitter, informó que la entrada poniente de la estación Escuela Militar de la línea 1 se encuentra temporalmente cerrada y los trenes no se detienen en la zona.

El coronel Mario Rozas de Carabineros aseguró que se encuentra un equipo desplegado en la zona realizando patrullajes para encontrar a personas relacionadas con el hecho y testigos del atentado.

Dentro del centro comercial se encuentra personal del Gope y Labocar realizando las pericias correspondientes para comenzar la investigación.

Personal de Bomberos comentó que las lesiones de los afectados se encuentren "probablemente trauma acústico, tres personas heridas cortopunzantes y una persona con amputación traumática de alguno miembros de su mano".

Ocho en total son las personas heridas por el bombazo que esta tarde afectó a un local de comida rápida ubicado en el Subcentro de la estación del Metro Escuela Militar, los cuales fueron derivados a diversos centros asistenciales de las capital.

Según informó Fernando Zapata, médico de intervención del SAMU metropolitano, "hay tres pacientes que fueron derivados a la Clínica Las Condes, un paciente fue derivado a la Clínica Alemana, uno al Instituto de Seguridad del Trabajador, otro a la Asociación Chilena de Seguridad, y otro al recuperador del Hospital del Salvador, que sería un ciudadano extranjero de entre 30 y 35 años que presenta un trauma abdominal".

A pesar de que en una primera instancia se comentó que el ciudadano extranjero era de nacionalidad argenita, consultada su exposa por CNN Chile se confirmó que es de origen venezolano.

Entre los pacientes graves, el encargado del SAMU destacó la situación "de una mujer de unos 50 años, quien sufrió una amputación traumática".

"Además tenemos tres pacientes con estress postraumático, los cuales fueron atendidos por el equipo psicológico del Samu", concluyó Zapata.

El bombazo ocurrió a las 14 horas en el local de Juan Maestro ubicado en el Subcentro de dicha estación del metro, el cual fue catalogado por el gobierno como "un acto terrorista".

Esta es la lista preliminar de heridos (faltan dos nombres).

- María Novoa Espinoza (67)
- Jorge Luis Arias Riera (36)
- José Garrido Basaez (62)
- Marta Hernández Ancapán (61)
- Benjamín Ulloa Correa (24)
- Rossana Francesconi Gehrkue (53)

Dos hombres vestidos con tenida deportiva, de aproximadamente 30 años, se alejan raudos de un basurero metálico instalado en el bulevar Subcentro, que está a pasos de la estación del Metro Escuela Militar, en Las Condes.

Según la información que testigos entregaron a Carabineros, tras mezclarse con los cientos de oficinistas y trabajadores que concurren al lugar, la pareja abordó un auto para escapar. Minutos después, cuando el reloj marcaba las 14.05, el estallido de una bomba provocaría pánico entre los clientes y dejaría 14 personas lesionadas. Así ocurrió el bombazo número 29 en lo que va del año y es la tercera vez que el gobierno invoca la ley antiterrorista.

El vocero de Carabineros, coronel Mario Rozas, dijo que “hay dos sospechosos. Serían dos varones de aproximadamente 30 años, vestidos deportivamente”. La policía empadronó a más de 60 testigos para identificar a los responsables del primer atentado perpetrado a plena luz del día y en un lugar de alta afluencia de público.

La bomba estaba compuesta por un extintor relleno con un kilo de pólvora negra y activada a través de un temporizador, según detalló el fiscal Christian Toledo, quien tiene dedicación exclusiva. El persecutor señaló que “las características de este artefacto son similares a las del Metro Los Dominicos y de las comisarías afectadas hace un mes atrás”, detalló.

Un antecedente que investiga la inteligencia de Carabineros -que creó un equipo de 50 efectivos para indagar estos casos- son los vínculos de los responsables con ex lautaristas. Esta tesis cobra fuerza debido a que una hora antes del atentado la Corte Suprema ratificó la condena de 42 años en contra de Juan Aliste Vega, ex lautarista que, tras robar un banco capitalino, asesinó al cabo Luis Moyano, en 2007.

Reportes de inteligencia sobre ataques a medios de transporte ya habían sido entregados a las autoridades, según fuentes policiales. Otro antecedente que barajaba Carabineros era que los ataques contra objetivos humanos estaban en conocimiento de la policía desde diciembre de 2013. Tras una cumbre anarquista realizada en México, se concluyó que “lejos del fetichismo del valor de la vida humana (...) promovemos la práctica de las ejecuciones de objetivos humanos”.

EL TERRORISMO nos ha mostrado ayer de manera fidedigna su verdadero rostro. Atrás quedaron los disfraces políticos, las consignas callejeras y las acciones violentas de riesgo controlado. Ahora se trató de una bomba, igual que las casi 30 registradas este año, pero en un lugar lo suficientemente público y concurrido como para cobrar vidas humanas.

En otras palabras, el terrorismo ha optado por cruzar lo que hasta ahora se presentaba como un límite y nada hace suponer que vaya a dar marcha atrás. Señalarlo así sería reiterar el error que nos ha llevado a esta realidad de inseguridad. El desprecio por la vida humana resulta tan intrínseco a su ideología que ni siquiera sorprende cuando incluso los más veteranos miembros de movimientos terroristas ensalzan sus atentados del pasado como si fueran viejas aventuras dignas de la historia.

Ahora ninguna de las autoridades responsables de la seguridad interior, ni civiles ni uniformadas, podrá negar la abundancia de advertencias que antecedieron a este punto de quiebre en la relación entre el Estado y los grupos violentistas. Se sabía de su existencia, de la proliferación de movimientos autodenominados como “anarquistas” -un calificativo claramente equívoco para quienes aceptan métodos terroristas-, de su forma de actuar y hasta del cultivo de contactos a nivel internacional. El atentado en este concurrido centro comercial, puerta de acceso a una de las estaciones de mayor afluencia del Metro, sólo resulta una patente manifestación del nivel de desarrollo e impunidad que han logrado sus acciones.

¿Cuánto se hizo para enfrentarlos? De lo que se conoce públicamente, poco. Mucho más tiempo se ha desperdiciado irresponsablemente en la discusión sobre si estamos frente a grupos terroristas, cuando la realidad era clara al respecto: ¿No quedó eso de manifiesto en el asesinato de dos ancianos en La Araucanía? Qué dirá ahora la propia directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos, que hace apenas un mes concluyó que “en Chile no hay terrorismo”, mientras las cancillerías de Estados Unidos y el Reino Unido advertían a sus ciudadanos sobre los riesgos de visitar nuestro país.

Lo sucedido en el Metro debiera también provocar una reflexión profunda en todos aquellos movimientos sociales y políticos que han amparado o, a lo menos, pretendido justificar el comportamiento violento de individuos, que a vista y paciencia de las cámaras de video, son capaces de golpear a un carabinero hasta casi matarlo o de rociar con parafina a un periodista en el marco -vaya paradoja- de una movilización en favor de los derechos humanos.

No hay espacio para la violencia ni explicación alguna que la sustente. Y no basta una declaración pública para cumplir con la responsabilidad que ello supone. Al Estado le compete bastante más que eso y hasta ahora, como lo demuestran las sucesivas encuestas ciudadanas que fijan en la inseguridad una de las mayores preocupaciones de la opinión pública, ha fracasado en sus esfuerzos. Los mismos individuos que la justicia chilena deja en libertad por falta de pruebas, son rápidamente apresados en España como responsables de un artefacto explosivo de menores consecuencias a las observadas ayer en Las Condes. Y hasta parece una ironía que la semana pasada la discusión estuviese centrada en responsabilizar a los bancos por la seguridad de sus cajeros automáticos.

Sin embargo, el terrorismo no deja espacio para ironías ni discusiones políticas. Quienes llaman ahora a no sacar provecho político por lo ocurrido, confunden sus intereses. La ventaja política corre por cuenta de los terroristas. Al resto no le queda más remedio que confiar en la capacidad de las autoridades para enfrentar el problema y renunciar a ese discurso políticamente correcto que les impide llamar terrorismo a lo que definitivamente lo es.

El país no necesitaba una advertencia de esta naturaleza para actuar en consecuencia, pero lamentablemente ha sucedido. A las autoridades competentes les corresponderá ahora actuar, demostrar la capacidad de inteligencia que posee el Estado y aplicar con rigor la legislación vigente. Es evidente que los hechos ocurridos ayer alterarán radicalmente la agenda pública y la ciudadanía estará atenta a la rapidez y eficacia con que las autoridades responsables cumplen con sus obligaciones. 

No cabe duda que el esfuerzo requerido de parte de los poderes del Estado será mucho mayor al normal, porque se necesita adicionalmente revertir el sistemático debilitamiento que han sufrido las instituciones con que cuenta la democracia para defenderse de la amenaza terrorista. Es hora de que la Ley Antiterrorista no sea descalificada en su legitimidad y que no se busquen subterfugios para evitar su aplicación; se requiere que las policías sean respaldadas y no cuestionadas cuando cumplen con sus funciones y, obviamente, que los tribunales no sean sistemáticamente criticados cuando buscan castigar a los culpables usando algunas de las escasas herramientas con las que cuentan.

La bomba en el Metro obligará a reconsiderar el discurso y la acción del gobierno respecto de los grupos violentistas y de los actos terroristas, dándole la atención y ejerciendo el carácter que se espera de las autoridades en un tema de tanta gravedad para la estabilidad social y política del país. Porque ya pasó el tiempo de las discusiones teóricas, de los cálculos políticos o de los complejos frente al tema de la seguridad. Ahora nadie puede decir que en Chile no hay terrorismo.

El ministro de Interior, Rodrigo Peñailillo, confirmó que la madre de la Presidenta Bachelet, Angela Jeria, se encontraba en la zona donde esta tarde ocurrió un atentado terrorista que dejó a 14 personas heridas. 

“Ella estaba comprando en el lugar en compañía del personal policial de seguridad que siempre la acompaña”, indicó Peñailillo tras finalizar el comité de Seguridad realizado extraordinariamente esta noche.

No obstante, la madre de la Mandataria no resultó con ningún tipo de lesiones dado que no se encontrada tan cerca del basurero donde fue dejado el artafacto explosivo.

Peñailillo indicó que: "hoy día han atentado contra ciudadanos inocentes (...) y eso no lo vamos a permitir", concluyó. Junto a esto reiteró que se invocará a la Ley Antiterrorista para los responsables del atentado.

Mañana se espera que a las 8.20 horas la Presidenta Michelle Bachelet se reúna con el Comité de Seguridad junto a otros poderes del Estado para "revisar toda la información pertinentes y tomar todas las medidas que correspondan", según dijo la Mandataria.

El gobierno reafirmó esta noche la invocación de la Ley Antiterrorista y la coordinación de todos los organismos de seguridad y las policías para esclarecer e identificar a los responsables de la detonación del artefacto explosivo que generó al menos 10 heridos en la galería SubCentro.

"Hemos decidido invocar la ley antiterrorista pero al mismo tiempo hemos solicitado al Ministerio Público la dedicación exclusiva de fiscales para la investigación así como la disposición de equipos altamente especializado de Carabineros, Investigaciones, Agencia Nacional de Inteligencia para lo antes posible tener los resultados y que responsables estén en la cárcel", dijo el ministro Peñailillo.

“En los últimos meses ha habido un repunte de las actividades anarquistas con artefactos explosivos improvisados, IEDS (por sus siglas en inglés), en Santiago, Chile. Los objetivos recientes han incluido estaciones de policía, cajeros automáticos, dos iglesias y un jardín infantil. En su mayoría, estos dispositivos no han intentado causar bajas, y no han dejado muertos ni heridos. Sin embargo, los anarquistas estarían ampliando el alcance de sus blancos aceptables y deseando dañar a civiles”.

El párrafo anterior es parte de un documento preparado en agosto por el Consejo Asesor de Seguridad en el Extranjero de Estados Unidos (OSAC, por sus siglas en inglés), destinado a empresas de ese país que están instaladas (o desean instalarse) en el país y que fue recogido por la edición de esta quincena de Revista Capital.

Este documento es uno más de una serie de instructivos con recomendaciones para ciudadanos extranjeros que visitan nuestro país, en relación a la posibilidad de que se registren atentados que puedan generar riesgos para los turistas o empresarios.

Según consigna la revista, el reporte de OSAC ha causado preocupación en empresas transnacionales que operan en Chile, las cuales ya han formulado consultas a sus filiales en el país.


Otras alertas


La Cancillería de Australia, en su página web de avisos para viajeros al exterior, alerta que “ha habido recientemente un número de incidentes que involucran artefactos explosivos pequeños, detonados en el área céntrica de Santiago, cuyos objetivos principales han sido bancos, transporte público y otras instituciones. Los australianos en Chile deben mantenerse vigilantes en áreas públicas, mantener sus bolsos con ellos todo el tiempo y reportar cualquier comportamiento sospechoso, o bolsos sin atender, a las autoridades locales”.

En tanto, el Reino Unido avisa a sus ciudadanos que en Chile “hay una amenaza de terrorismo latente. Ataques, aunque improbables, pueden ser realizados de forma indiscriminada, incluyendo lugares frecuentados por residentes extranjeros y viajeros”. Asimismo, puntualiza que “existen actos ocasionales de terrorismo doméstico realizados por grupos anarquistas, principalmente en Santiago, que incluyen el uso de artefactos explosivos pequeños. Estos grupos mayormente apuntan a cajeros automáticos y transporte público”.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nueva Zelanda, sigue la misma línea, planteando que “bombas de pequeña escala y amenazas de bombas ocurren de vez en cuando en Santiago. Esos incidentes son generalmente asociados con grupos terroristas que pueden atacar bancos, cajeros automáticos, edificios públicos y el transporte público. Estos actos ocurren típicamente a altas horas de la noche”.

El sitio web da cuenta del atentando al metro de julio pasado, donde no se registraron víctimas ni heridos.

Mientras se llevaba a cabo una intensa agenda política en La Moneda, en que el ministro del Interior, Rodigo Peñailillo estaba aabocado a buscar un acuerdo para el cambio al binominal, se supo del atentado perpetrado en el subcentro de la Escuela Militar, que dejó al menos 14 personas heridas.

De inmediato, se encendieron las alarmas en Palacio, movilizando al jefe de gabinete, quien acudió al despacho presidencial, para mantener informada a la presidenta Michelle Bachelet, de lo acontecido. A pocos minutos del atentado, el primero en salir a condenar el hecho fue el vocero, Álvaro Elizalde, anunciado -con evidente molestia y un particular tono enérgico- que se comenzaría un intenso trabajo para dar con los responsables del grave hecho, invocando a la Ley Antiterrorista. En paralelo, el subsecretario de Interior, Mahmud Aleuy, viajaba al lugar de los hechos para enterarse en terreno de la situación, calificando a los autores de bombazo como “asesinos”.

En Palacio, la situación es calificada de grave, y por ello mismo, la mandataria canceló todas sus actividades, para dedicarse en exclusividad a la emergencia. Así, visitó a los heridos en la clínica Las Condes, manteniéndose en permanente contacto con las autoridades investigativas. En ese marco, citó para esta mañana a un Consejo Operativo de Seguridad, con la presencia de los ministros de Interior, Justicia, autoridades del Ministerio Público y de otros órganos del Estado. Bachelet, tras visitar a los heridos, hizo un llamado a la calma: “lo que ha sucedido hoy es horrible y condenable, pero Chile es y seguirá siendo un país seguro”. Así, también, explicó que el gobierno trabaja para hacer los cambios que la Ley Antiterrorista necesita, para que pueda ser útil en su invocación, reconociendo que, hasta ahora, no ha dado resultados.


Revisión de leyes


Desde el pasado 13 de julio, cuando ocurrió el atentado a la Estación Los Dominicos, y en donde se invocó la Ley Antiterrorista, se dio celeridad a la comisión liderada por el abogado Juan Pablo Hermosilla, que trabaja para introducirle cambios. En ese sentido, Peñailillo ha reconocido que se debe modernizar la actual legislación. Sin embargo, otra normativa es considerada por parlamentarios, miembros de las policías y también por el mismo Ejecutivo, como clave en orden a las labores de prevención: la ley de inteligencia y las facultades de la ANI.

En esa línea, el gobierno está trabajando en efectuarle cambios en orden a entregar más facultades a la ANI, como, por ejemplo, poder utilizar agentes encubiertos, intervenciones telefónicas, o métodos como la delación compensada, para otorgar beneficios a quienes entreguen información relevante. Parlamentarios miembros de las comisiones de seguridad coinciden en que se debe realizar una modificación radical en el sistema de inteligencia, y cambiar la “mala imagen”, que tuvo dicho organismo en épocas pasadas. Asimismo, fuentes del alto mando de Carabineros, reconocen que muchas veces ven “truncadas” sus capacidades investigativas por las pocas facultades que la ley les brinda, en materias de inteligencia.

En esa línea, el ministro al ser consultado por esta materia, fue enfático en reiterar que el gobierno trabaja en orden a modificar la actual legislación en forma integral: “sobre la Ley Antiterrorista, hemos recibido el informe y antes de fines de septiembre vamos a ingresar al Parlamento una nueva ley”. A ello agregó que el gobierno va a cambiar el modelo de inteligencia en Chile, y se está trabajando en esa línea, en la institucionalidad de la ley de inteligencia en su conjunto. Conceptos que ha venido reiterando últimamente debido a que desde La Moneda saben que el trabajo preventivo tiene mucha relación con nuevas atribuciones en materia de inteligencia, para así poder alertar posibles atentados, como el ocurrido el día de ayer.

Ministro Peñailillo recibe respaldo político del oficialismo y oposición

Luego de regresar de visitar a los heridos producto del atentado, el ministro Rodrigo Peñailillo recibió al presidente del Partido Socialista y vocero de la Nueva Mayoría, diputado Osvaldo Andrade, quien ingresó a su despacho para poner al conglomerado oficialista a disposición, luego de los hechos acontecidos ayer. En esa línea señaló: "vine a expresarle al ministro nuestro respaldo como Nueva Mayoría al gobierno. Manifestar nuestra disposición a respaldar todas las iniciativas legales que se están trabajando en materia de ley antiterrorista y de inteligencia".

De paso, contestó duramente aquellas críticas de personeros de la Alianza, como el ex ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien aludió a una cierta actitud débil del gobierno en materia de seguridad. "A los locos no hay como controlarlos, no hagamos frases clichés que no ayudan a resolver los problemas. Claro, se pueden prevenir desde tareas de inteligencia que hoy día no tenemos, pero eso es otra cosa".

Horas antes el mismo jefe de gabinete no quiso entrar a comentar las críticas, expresando que son impropias en un momento como el que se está viviendo.

Sin embargo, otra visita tuvo el secretario de Estado, luego de reunirse con Andrade. Hasta La Moneda, llegó el presidente de la UDI, diputado Ernesto Silva, quien antes de entrar a conversar con el ministro tuvo un breve diálogo con Andrade, en el cual le señaló que venía a ponerse a disposición del gobierno, ante la gravedad de los hechos. "Me encontré con Silva y me manifestó que es un hecho grave y que estaba la UDI a disposición de colaborar con el gobierno para lo que venga adelante, ellos tienen una mirada crítica como oposición pero objetivamente tienen la voluntad de colaborar", indicó el timonel del PS.

Todo esto en las horas previas a que el ministro Peñailillo encabezar el comité de seguridad convocado de urgencia para tratar el atentado.

Amplia cobertura en la prensa internacional ha tenido la detonación de un artefacto explosivo en la galería SubCentro de la estación Escuela Militar, hecho que la mayoría ya califica como "atentado terrorista".

Medios de Argentina, Perú, Brasil, Colombia, España y hasta la BBC consignan el hecho que dejó ocho heridos graves de diversa consideración. 

El diario El País de España, en su edición online, subrayó que se trata del primer atentado en Chile en horario hábil y en un lugar concurrido como lo es el centro comercial.

Otro de los medios que otorgó una amplia cobertura fue el diario peruano El Comercio, el cual además de informar sobre el hecho, entregó las "cuatro claves" para entender el atentado, destacando el atentado mismo y los autores del hecho.