Un nuevo impulso para mejorar la productividad de los más de 26 mil contratistas que tiene Codelco en áreas operativas y de servicios espera concretar el presidente ejecutivo de la minera estatal, Nelson Pizarro. La idea sería poner más presión a las empresas para que el trabajo sea de calidad.
En ese contexto, hace algunas semanas llegó a la cuprera Raúl Díaz, quien asumió la gerencia de Gestión y Fiscalización de Empresas Contratistas, unidad dependiente de la vicepresidencia de Administración y Finanzas. Díaz es un hombre de confianza de Pizarro, de hecho lo trajo desde Caserones, donde veía el área de relaciones laborales. Además, en la industria es reconocido por su capacidad de solucionar conflictos y lograr acuerdos en situaciones complejas.
Otras fuentes cercanas a la estatal agregan que este tema podría cobrar mayor importancia en las próximas semanas, debido a que la relación con los contratistas cruza tres áreas en la compañía: Administración y Finanzas, Recursos Humanos y Proyectos, fundamentalmente en temas de construcción. De hecho, en este último aspecto, se espera que el levantamiento de los proyectos estructurales demande unos 100 mil trabajadores, lo que exigirá un tremendo esfuerzo logístico para la empresa y otras industrias relacionadas, como la del transporte. Ante este escenario, Díaz podría dar una mirada más transversal a todos estos temas. En especial porque hay funciones que serán difíciles de internalizar, como se ha visto anteriormente.
Entre 2012 y 2013 -cuando ya se comenzaron a ver efectos acotados de esta medida-, la dotación de contratistas de operación y servicio, disminuyó un 6,5%. No obstante, el dato crítico es que la productividad de ellos es muy baja, en torno al 38%. Es decir, en un turno de 12 horas, el tiempo efectivo de trabajo sólo llega a 4,5 horas en el mejor de los casos.
Nuevo énfasis
Con todo, uno de los ejes de la gestión de Pizarro es lograr mayor competitividad y bajar los costos, que en los últimos años se han disparado por distintos motivos. En esta etapa -donde ya se logró quebrar la tendencia al alza-, la consigna es una priorización mayor.
Esto, porque el plan sigue siendo alcanzar US$ 600 millones en ahorros de costos en el período 2013-2014. A junio, por ejemplo, se habían renegociado 80 contratos con terceros, dentro de un plan de 200 para este año. En ese sentido, durante este mes debería someterse a votación la creación de la vicepresidencia de productividad, reducción de costos y optimización de fundiciones y refinerías, que es el área donde el ejecutivo ve mayores posibilidades de profundizar su competitividad.
Sustentabilidad
Por otra parte, un nuevo cambio en la segunda línea de ejecutivos habrá en Codelco en los próximos días. Esto porque el gerente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Transelec, Jorge Lagos, llegará a la gerencia de Medio Ambiente y Comunidades de Codelco.
En tanto, Jorge Sanhueza, quien está en ese cargo actualmente, partirá a la División Andina, donde se tramita uno de los proyectos estructurales más complejos, por la oposición que ha generado.
EX DIRECTORES SE DESMARCAN
Tres ex directores de Codelco, Fernando Porcile, Juan Luis Ossa, y Andrés Tagle; se desmarcaron de la propuesta del nuevo presidente del directorio de la estatal, Óscar Landerretche, respecto a una nueva normativa de dietas y viajes para los integrantes de la mesa. En una carta a El Mercurio, señalaron que mientras integraron la mesa, solo percibieron la remuneración o dieta y "jamás solicitamos ni tuvimos derecho a oficina, automóvil, chofer, computador ni teléfono celular". Agregaron no que no viajaron al extranjero con cargo a la empresa.
También dijeron que "siempre ejercimos nuestra labor colectivamente en sala legalmente constituida". "Rechazamos terminantemente aparecer incluidos en problemas de abuso o exceso de gastos del directorio. Si ellos han existido, se habrían producido después de nuestra gestión", enfatizaron.
Aunque la anterior administración de Codelco fue tajante en desmentir cualquier retraso en el proyecto Chuquicamata Subterréneo -uno de los más ambiciosos de la cartera de proyectos estructurales de la corporación- la situación cambió con la llegada de Nelson Pizarro a la presidencia ejecutiva.
De hecho, ayer se realizó un cónclave entre la dirigencia sindical de Chuquicamata y la administración de Codelco, encabezada por el propio Pizarro, en la casa matriz de la minera. El tema central fue precisamente la situación actual de la obra, que tendrá un costo total de US$4.200 millones de los que ya han sido ejecutado cerca de US$1.000 millones en fases tempranas.
Los sindicatos han sido enérgicos en denunciar que el proyecto no estará listo en 2018, año en el que inicialmente partiría -y en el que se agota la mina a rajo- sino que a lo menos dos años después, lo que tendrá un impacto importante en la producción de Codelco y en los excedentes para el Estado.
Por ello, la propuesta de los sindicatos de Chuquicamata es ejecutar proyectos alternativos para evitar que Chuquicamata pase algunos años varios años sin producción, concretamente las fases 51 y 52 de la mina a rajo abierto y el proyecto Quetena, ideas que habían sido desechadas por la administración anterior.
Pero esa postura varió. Según presentes en la reunión re ayer, Pizarro anunció que estudiará en detalle este tema, algo en lo que se avanzará en paralelo al análisis que se está haciendo sobre cada uno de los proyectos estructurales que estará listo a fines de año.
Se trata de una señal nueva pues los sindicatos se han quejado que durante la administración Keller no fueron recibidos y se descartaba de manera enérgica que Chuquicamata Subterráneo estuviera sufriendo algún retraso, a pesar de que la decisión se inversión, que debía tomarse a comienzos de año, ha sido postergada al punto de que todavía no se define.
Según el presidente del Sindicato 2 de Chuquicamata, Jeremías Olivares, Pizarro mostró una actitud propositiva, lo que fue valorado por los dirigentes.
“Nosotros nunca nos hemos opuesto al proyecto Chuquicamata Subterránea, pero estamos luchando para hacer la transición con producción, no sin producción. Entonces en base a eso lo que nosotros visualizamos y fue lo que se nos escuchó, y se definió que debe iniciarse un trabajo de mediano a corto plazo en mesas de convergencia entre administración y nosotros, para que las fechas estén claras para todos y se avance en alternativas para no parar la producción en la división”, señaló Olivares.
Desde Codelco reconocieron que se trabajará entre ambos estamentos para buscar “una mirada común” sobre el futuro de Chuquicamata Subterránea.
“Hoy (ayer) se realizó en Casa Matriz de Codelco una constructiva reunión entre la administración de Codelco y la dirigencia sindical de Chuquicamata. La delegación de la administración estuvo encabezada por el presidente ejecutivo, Nelson Pizarro y el vicepresidente de Recursos Humanos Daniel Sierra, junto a ejecutivos de alto nivel. Los dirigentes expusieron su mirada y fundamentos sobre los desafíos de corto y mediano plazo de División Chuquicamata”, puntualizó la empresa.
“A través de un diálogo fluido y respetuoso, ambas partes coincidieron en la necesidad de profundizar un diálogo que permita construir una mirada común, respaldada por sólidos argumentos técnicos y por la convicción de que es la mejor solución para el negocio, para las personas y para el país. Asimismo, se acordó que próximamente se coordinará una reunión del presidente ejecutivo con toda la dirigencia sindical de Chuquicamata”, agregó Codelco.
Se trata de Ministro Hales y del Nuevo Nivel Mina El Teniente, operaciones que son consideradas fundamentales. Ambas suman una inversión de US$ 1.627 millones por sobre lo proyectado inicialmente.Dos de los siete proyectos estructurales de Codelco registran un mayor avance a la fecha: Ministro Hales y Nuevo Nivel Mina El Teniente. Y ambos presentan sobrecostos que suman US$ 1.627 millones, un 31% más respecto de la inversión planificada por la minera antes de las obras.
El primero está en proceso de puesta en marcha, y si bien la inversión proyectada en un comienzo era de US$ 2.200 millones, el monto real terminó en US$ 3.435 millones. Esto se traduce en un alza del 56%, según datos entregados por la consultora Valor Experto, sobre la base de datos de Cochilco.
Nuevo Nivel Mina El Teniente está en fase de construcción y muestra un incremento del 13%, a US$ 3.431 millones, versus los US$ 3.039 millones de inversión estimados inicialmente.
“Para megaproyectos de esta envergadura y complejidad, el punto de referencia internacional establece tolerancias máximas de sobrecostos en torno al 25% para dirimir si un proyecto es exitoso o no”, explica Christian Willatt, socio director de Valor Experto, respecto del impacto de los sobrecostos.
En Ministro Hales, la inversión ejecutada ubica a este proyecto muy por debajo del resto de las iniciativas estructurales de la estatal en cuanto al valor creado por cada dólar invertido, el que asciende al 0,39. Sobre los últimos anuncios del presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro, en cuanto a que esta mina no operaría antes de 2019 —dos años después de lo planificado—, Willatt dice que es probable que la inversión estimada tenga nuevos ajustes al alza.
Según altas fuentes de Codelco, hay una “altísima probabilidad de que los planes de ejecución de los proyectos estructurales se atrasen”, aun cuando algunas de estas iniciativas ya presentan avances a la fecha. Lo importante es conocer la magnitud de estos eventuales atrasos, advierten desde la firma.
Por eso, al asumir como presidente ejecutivo, Pizarro encargó a tres firmas internacionales un análisis de todos los proyectos estructurales de Codelco, trabajo que debería estar concluidos a fines de mes.
Además de los dos proyectos mencionados, figuran Chuquicamata Subterránea, Sulfuros Radomiro Tomic Fase II, Andina 244, Rajo Inca en Salvador y Traspaso.
Estos dos últimos fueron calificados como estructurales posterior a los demás.
De ahí que no figuren en el Plan de Inversiones y Desarrollo elaborado por el directorio anterior.
Willatt advierte que si se considera que estas iniciativas de Codelco tienen una rentabilidad promedio del orden del 15% anual, por cada año que se retrasen US$ 1.000 millones de inversión, se perderían US$ 150 millones. “De atrasarse la puesta en marcha de Nuevo Nivel Mina a 2019, la pérdida de valor económico se estima en US$ 1.000 millones, lo que sumado al total de sobrecostos ya indicado, totalizaría pérdidas por más de US$ 2.627 millones”, finaliza.
