El Estado; las empresas; los ciudadanos, en sus roles como contribuyentes, trabajadores o consumidores; y el medio ambiente, dependen el uno del otro. Si a uno le da gripe, los demás se contagian. Si uno sufre, los demás también. La huelga en Antamina y el proceso de sindicalización en curso en el país son señales de que hay relaciones que requieren redefinirse para una interacción más armónica y sostenible entre los agentes económicos.
La huelga indefinida del sindicato de trabajadores de Antamina ha amenazado no solo con quitarle atención al cuarto paquete de reactivación del gobierno sino con desnudar el que probablemente sea el mayor obstáculo que debe superar el Perú para alcanzar los estándares del primer mundo: la incapacidad que todavía tenemos para definir lo queBill Clinton ha calificado como ¨los términos de nuestra interdependencia¨.
El Estado; las empresas; los ciudadanos, en sus roles como contribuyentes, trabajadores o consumidores; y el medio ambiente, dependen el uno del otro. Si a uno le da gripe, los demás se contagian. Si uno sufre, los demás también. La huelga en Antamina y el proceso de sindicalización en curso en el país son señales de que hay relaciones que requieren redefinirse para una interacción más armónica y sostenible entre los agentes económicos. Es especialmente importante analizar estas señales en un momento como el actual en que se están discutiendo distintas opciones para promover una aceleración del crecimiento de la economía.
Lamentablemente, el punto de partida es una coyuntura muy compleja. Por eso, la preocupación del MEF está más que justificada.
* Para alcanzar en 2021 y 2031 los estándares de vida que hoy tienen Chile y España, la economía peruana debe crecer a tasas anuales superiores al 8% (es decir, duplicar el tamaño de la economía cada 9 años).
* El escenario internacional que sostuvo las altas tasas de crecimiento de los últimos años ha concluido y no solo no se repetirá, sino que existe una amenaza latente de un período prolongado de bajo crecimiento (¨la nueva mediocridad"), pues la recuperación de las principales economías todavía es muy frágil y desigual; y porque existen riesgos económicos, financieros y geopolíticos considerables que podrían afectarla.
* Por ello, los pronósticos de crecimiento para el año 2014 cada vez se acercan más a nuestro estimado de 2.5% (el estimado del FMI es de 3.6%); y, para el año 2015, con paquetes y todo, nuestra proyección señala que a duras penas se superará el 4% (el estimado del FMI es de 5.1%).
La buena noticia es que uno de los grandes culpables de la alta vulnerabilidad del Perú a las turbulencias internacionales ya ha sido identificado: la baja productividad. Las cifras hablan por sí solas: el valor agregado por trabajador de una microempresa o el de una pequeña empresa es 2.5% o 17.4% el de un trabajador de una gran empresa. El valor agregado por trabajador promedio de todas las regiones del Perú equivale sólo al 47% del generado en Lima.
Como resultado de este hecho, las empresas peruanas predominantemente han optado, en lugar de tomar riesgos empresariales en actividades con mayor valor agregado, por aprovechar algunas de las riquezas naturales del Perú para tomar parte de mercados de gran escala con poca incidencia en la demanda de mano de obra local. Este es el caso, por ejemplo, de Antamina. Las demás empresas, por lo general, no pueden igualar en variedad, calidad y precio al resto de sus competidores mundiales; generar excedentes importantes y mucho menos diversificarse.
¿Qué hacer para elevar la productividad de la economía y afianzar la reactivación económica? Como el aumento de la productividad es un proceso de largo plazo, en el que lamentablemente no se avanzó con la agresividad que habría sido necesario en años anteriores, distintas voces, incluyendo la SNI y el BCR, se alzaron para plantear una mayor flexibilización del mercado laboral, prácticamente en simultáneo con la paralización de una de las minas más importantes del país. Se trata de una alternativa a corto plazo que podría dar resultados pero que requiere evaluarse a la luz de por lo menos los siguientes tres hechos:
* La tasa de sindicalización de Antamina es de 57%. Esta tasa de afiliación de los empleados de la empresa a su sindicato está en niveles similares a los de empresas de países nórdicos y es bastante más alta que la del promedio de países de la OECD.
* En el Perú, sobre la base de información de las planillas electrónicas del Ministerio de Trabajo, solo entre 2012 y 2013, la sindicalización se incrementó en 55.6%.
* A pesar de este alto dinamismo, la tasa de sindicalización en el Perú es la tercera parte de la del promedio de países de la OECD.
¿Qué puede aportar esta huelga al debate sobre si flexibilizar o no la legislación laboral? ¿Es el incremento en la sindicalización oportunismo puro o intento de chantaje de una minoría? ¿O se trata de acciones que reflejan el rechazo de los trabajadores a algunas malas prácticas empresariales? Este es, por supuesto, un debate que requiere amplia discusión. Sin embargo, lo que sí está claro es que estos indicadores no reflejan una evolución saludable y sostenible en el mediano plazo de la relación entre empresas y trabajadores, dos elementos altamente interdependientes detrás del funcionamiento de la economía.
En este ámbito, de cara al futuro, resulta indispensable replantear las relaciones para que no sean vistas como unas en las que cuando alguien gana el otro tiene que perder, pues en una gestión sostenible es posible hacer que todos ganen. De cara a las reformas para mejorar la productividad de la economía y acelerar la reactivación, no cabe duda que la flexibilización laboral es una alternativa viable que las autoridades tienen en su menú de opciones. Al eliminar las rigideces en la contratación y despido; y reducir los costos de contratar formalmente empleados, se puede mejorar la competencia en el mercado de trabajo y, con ello, aumentar la productividad. Un efecto parecido se podría conseguir promoviendo agresivamente más competencia en otros mercados. Al final, esto último y la toma de mayores riesgos empresariales (no financieros) son recetas que nunca fallan para el aumento de la productividad y el crecimiento.
La producción de la mayor empresa cuprífera de Perú, Antamina, caería un 27 por ciento este año a cerca de 336.000 toneladas de cobre, en medio de menores leyes del mineral en sus vetas, pero se recuperaría en el 2015, dijo el jueves a Reuters su vicepresidente de finanzas.
En el 2015, la producción de Antamina estaría por sobre la estimación para este año pero sería inferior a las 461.058 toneladas que según cifras del Gobierno la empresa produjo en el 2013, detalló José Carlos del Valle.
Antamina es también la mayor productora de zinc de Perú, con una producción de 315.802 toneladas del metal básico en el 2013.
El ejecutivo precisó además que una huelga iniciada el lunes por trabajadores sindicalizados no ha afectado ni impactaría en la producción de cobre de este año, debido en parte a que la firma ha puesto en marcha un plan de contingencia.
Por la huelga "no anticipamos ningún impacto en la guía de producción con la que hemos estado trabajando durante todo el año, y faltando apenas un mes y medio para que acabe el año la probabilidad de que haya un impacto es muy baja", dijo Del Valle.
Asimismo, precisó que la huelga de trabajadores concluiría la próxima semana tras la intervención del Ministerio de Trabajo, que ya declaró ilegal la medida de fuerza.
Los trabajadores iniciaron el paro -en el yacimiento operado a 4.300 metros sobre el nivel del mar en los Andes centrales del país- en demanda de mejoras en las condiciones laborales y de una mayor participación de las ganancias de la empresa.
Hernán Robles, uno de los secretarios del sindicato de trabajadores, dijo a Reuters el jueves que apelarán la declaratoria de ilegalidad decretada por el Ministerio de Trabajo y que esperarán al proceso de conciliación que usualmente habilita esta autoridad.
El ejecutivo agregó que Antamina -controlada por las firmas BHP Billiton Ltd y Glencore Xstrata con un 33,75 por ciento de participación cada una- está cargando un buque con 45.000 toneladas de concentrados de cobre para ser enviadas al exterior.
En Antamina también participan Teck, con un 22,5 por ciento, y Mitsubishi Corp 8058.T, con un 10 por ciento.
La menor producción en Antamina ha afectado este año parte del crecimiento económico de Perú, el tercer productor mundial de cobre y zinc y el quinto de oro, según el Gobierno.
La minería es clave para Perú, pues sus ventas representan el 60 por ciento de sus exportaciones totales.
El país sudamericano aportó el 7 por ciento de la producción de cobre del mundo el año pasado, detrás de Chile y China, de acuerdo a datos de GFMS de Thomson Reuters.
Es mentira que la huelga tenga como motivación asuntos de seguridad industrial o supuestos incumplimientos laborales. El propio Sindicato lo ha confirmado en el aviso de huelga que presentó ante el Ministerio de Trabajo y Antamina. La plataforma de la huelga es seguir recibiendo 18 remuneraciones adicionales por participación de las utilidades, aparte de los 15 sueldos y bonificaciones que ganan cada año (para el 2014, el ingreso promedio mensual de un operador de Antamina se espera que sea mayor a los 10 mil soles). Las utilidades son ingresos variables y dependen, entre otras cosas, de los precios de los metales en el mundo y que hoy han caído.
Es mentira que Antamina esté preparando despidos masivos para traer trabajadores foráneos. La ley protege los derechos de los trabajadores. Es importante que sepas que si se reconfirma que la huelga de Antamina es ilegal, uno tiene que reintegrarse a sus labores. Si no lo hace, puede perder su puesto.
No es verdad que haya ocurrido algún accidente en nuestras operaciones. Ni tampoco que un trabajador haya resultado herido y evacuado a escondidas de la operación.
El comedor de Antamina sigue atendiendo a los trabajadores. El comedor no se ha cerrado. Algunos de los que están en huelga han seguido usándolo pero también han organizado una olla común porque saben que el comedor es para los que han decidido seguir trabajando.
Los huelguistas siguen haciendo uso del campamento. A pesar que estar de huelga significa que uno debe salir del campamento minero, muchos se han quedado y disfrutan de los servicios que allí se ofrecen: agua caliente, calefacción, sistema de Televisión por Cable, lavandería, transporte y servicios de comunicación.
Antamina no ha cortado las comunicaciones. Nos hemos enterado que los celulares que no están funcionando son los de los trabajadores que no han acatado la huelga y que fueron comprados a través del Sindicato de Antamina. Habría que pedir una explicación a los dirigentes sindicales para saber por qué no están funcionando esos celulares pese a que conocemos que los usuarios han pagado este servicio por adelantado.
Es falso que Antamina haya secuestrado trabajadores. Los que siguen trabajando en Antamina lo hacen por propia voluntad. Invitamos a los que quieren dejar la huelga a que no se dejen presionar y se reintegren a sus labores.
Exigimos a los dirigentes del Sindicato de Antamina que actúen con responsabilidad y hablen con la verdad.Les pedimos que no sigan alterando a las personas y sorprendiendo a la opinión pública con información falsa o inexacta. Ofrecer obras o más puestos de trabajo a las comunidades a cambio de apoyarlos en esta huelga ilegal no es actuar con honestidad.
El propio Sindicato lo ha confirmado en el aviso de huelga que presentó ante el Ministerio de Trabajo y Antamina. La plataforma de la huelga es seguir recibiendo 18 remuneraciones adicionales por participación de las utilidades, aparte de los 15 sueldos y bonificaciones que ganan cada año (para el 2014, el ingreso promedio mensual de un operador de Antamina se espera que sea mayor a los 10 mil soles). Las utilidades son ingresos variables y dependen, entre otras cosas, de los precios de los metales en el mundo y que hoy han caído.
