Venezuela reinició la producción de ferroníquel en la empresa Loma de Níquel, unidad que fue operada por la gigante minera Anglo American hasta que en 2012 el Estado venezolano decidió no renovar sus licencias, mostraron datos de un grupo industrial.

La información sobre Venezuela es irregular pero datos del International Nickel Study Group (INSG) de esta semana indican que el país produjo 2.700 toneladas de níquel en los primeros 10 meses del año, luego de no haber producido nada en 2013.

Loma de Níquel es la única productora activa de ese mineral en el país. En plena capacidad podría aportar casi el 1 por ciento de la producción mundial del mineral.

Anglo American, con sede en Londres, tuvo hasta 2012 el 91,4 por ciento de la participación de la empresa, cuando el Gobierno del fallecido Hugo Chávez canceló 13 de sus concesiones y se negó a renovar otras tres, lo que obligó a la firma a abandonar sus operaciones en el país.

La producción de níquel de Venezuela bajó de 8.100 toneladas en 2012 a cero el año siguiente. En 2011 se extrajeron más de 14.000 toneladas.

Los datos muestran que la producción se reanudó a un ritmo de 200 toneladas mensuales en enero y aumentó a 300 toneladas al mes en abril.

Aunque la unidad todavía está muy por debajo de su capacidad, el reinicio y aumento de la producción es una señal positiva para el una vez boyante sector minero venezolano, que lucha contra una caída en las inversiones, conflictos laborales y tecnología obsoleta.

INGS, una organización intergubernamental basada en Lisboa, dijo que las cifras son estimadas y pueden ser modificadas.

Loma de Níquel ahora es manejada por un brazo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), de acuerdo con dos fuentes de la industria minera. La primera fuente dijo que está exportando ferroníquel a Estados Unidos, Bélgica, India, Corea del Sur y China.

Ni PDVSA ni el viceministerio de Minería estuvieron inmediatamente disponibles para comentar.

Anglo American había invertido cientos de millones de dólares en su filial venezolana y el cese de la operación de Loma de Níquel golpeó la producción anual de la empresa, que retrocedió un 12 por ciento ese año.

En abril, Anglo American interpuso un arbitraje internacional para reclamar una compensación al país petrolero, engrosando la veintena de pedidos de indemnización que acumula Venezuela tras una amplia ola de nacionalizaciones.