En los años 70 hemos estado a la par de varios países, y mejor que otros, pero tuvimos una importante debacle. La riqueza de una nación tiene tres variables fundamentales: la riqueza natural, la toma de decisiones de los líderes que nos han gobernado y el talento humano.

A mí me gusta compararnos con Corea, porque en aquellos años éramos muy similares. Y en 40 años vemos como se ha disparado y hoy por hoy, Corea ha superado 7 veces su valor de producción, por ejemplo, una sola empresa factura cuatro veces total de lo que exporta el Peru. Nuestra canasta exportadora se basa en la minería y aunque muchos están felices no debería ser así, aunque es muy difícil cambiar esto de la noche a la mañana. En cambio Corea tiene una industria diversificada: tecnología, electrónica, conocimientos. Nosotros deberíamos seguir ese ejemplo.

Hoy la economía peruana está venida a menos -es triste decirlo- por muchas razones como la baja de los precios, la confianza empresarial, la permisología, la tramitología, los conflictos sociales, etc. Esto se ha traducido en puntos porcentuales, por eso el 2014 cerramos a 2.7% cuando debimos seguir creciendo a un promedio de 6%.

La minería en el mundo sustenta casi el 45% de las actividades económicas, en el mundo. En el Perú es el 55%, y llegamos en algún momento al 62% de las exportaciones. No es bueno eso. En los ´80, casi el 71% era petróleo, pasaron los años y hoy el petróleo solo representa el 21%.

Para 2015-2016 tenemos un portafolio de US$61 mil millones de inversiones mineras, pero no hay grandes novedades y la inversión llegará cayendo. En 2014 apenas se llegó a los US$ 8.000 millones y para el 2015 muchas minas se terminan de construir y estaríamos hablando de un promedio de US$ 7.000 mil millones de inversión minera.

Hay varias dificultades. El tema de los precios de los metales no lo manejamos nosotros, este es un factor exógeno. Me preguntan a veces si éste es el motivo por el cual los proyectos no salen. No, las minas toman mucho tiempo, y los escenarios cambian, y si vemos la historia de la evolución de los precios, vemos que siempre han sido como un serrucho pero hacia arriba. El oro cuando se creó el FMI en el 44 costaba US$30, el año que inició Yanacocha ya valía US$250, y hace dos años llegó casi a US$1.800. Estoy casi seguro que en unos 15 a 20 años, el oro llegará a US$5.000 la onza. Y el cobre también va a crecer hasta los US$10.000.

Otro de los factores exógenos importante es que la población crece y el consumo per cápita sube cada día.

En cuanto a los factores endógenos, que dependen de nosotros, el principal es la falta de Política de Estado de la Minería, porque en realidad nunca la puso en valor. Un pasado triste y regulado que hoy nos pasa factura que son los pasivos ambientales, la desinformación en cuanto al uso de agua y la desconfianza de las comunidades hacia las empresas mineras que muchas han cometido abusos y pecado de soberbia.

Cuáles son las políticas a corto plazo. Si soy estratega, lo primero que tengo que hacer es convencer a la sociedad civil que queremos desarrollo, que queremos estar en el primer mundo. Ese es el punto crucial para que la gente entienda que la minería es importante. Porque los casi 200 años de nuestra vida seguimos discutiendo si es importante o no es importante. Lamentablemente, el Perú tiene una gran parte de la población que no entiende que es importante.

Cuando un empresario canadiense viene a invertir aquí y pregunta “¿Qué hago?”, uno le responde: vaya a ver a un abogado. Se ha complicado tanto que esa herramienta (la ley minera) ya no funciona. Fue hecha para promover, fue exitosa, pero los tiempos han cambiado. En aquel entonces no había plata, hoy hay bonanza. Entonces tenemos que generar una ley que apunte a la riqueza no a la miseria.

La remediación de pasivos ambientales, todos los gobiernos lo patean para el próximo. Cuando era Vice Ministro, hablábamos de casi 800 pasivos ambientales. Hoy se habla de casi 7.000 pasivos ambientales. Y los montos también han crecido, en ese momento hablábamos de US$ 800 millones para remediarlos, hoy cuesta casi US$ 4 mil millones. Pero es una necesidad que debemos afrontar porque esto afecta la credibilidad en la minería.
El Estado, con la plata de las mineras, debería poner un laboratorio de ciencia y tecnología al costado de la mina para poder analizar todos los temas ambientales y darle a la comunidad una mayor seguridad. Porque lamentablemente todo se mantiene a medias verdades.

Las empresas deben implementar la gestión social y ambiental en cada etapa del desarrollo. Las relaciones comunitarias siempre trabajamos en forma transaccional: dame y te doy, me regalas y te permito. Pero se recomienda siempre ir más allá en el desarrollo sustentable.

También hay que apoyar a los proveedores mineros. En el país del sur ya hay una asociación de proveedores de clase mundial que ya han llegado al Perú, y son más de 140 empresas. Aquí también tenemos buenos proveedores, pero como siempre, como peruanos, como los cangrejos, cada uno por su lado, porque no hay una institución que los agrupe.

Cuando fui Congresista, en un año saque tres leyes importantes, entre ellas la del canon minero, la de fiscalización y la ley de fiscalización de minas, y todo estaba funcionando. Pero hoy se ha “parcelado”. Todos apuntan aparentemente a paralizar la minería.

Como no tenemos políticos mineros, ni un congresista es ingeniero en minas, quien nos defiende. Necesitamos una institución sólida, científica, que realmente haga la fiscalización ambiental, de seguridad, para que todo el mundo crea en esta institución.

El Estado tiene que hacer pedagogía sobre todos los beneficios. Ya conocen el tema Conga… y junto a la soberbia de la empresa, hasta hoy el proyecto está paralizado haciendo perder al país miles de millones de dólares. Pero no solo perdió un proyecto minero, en la misma región tenemos los proyectos paralizados Galeno y Michiquillay, que Anglo American devolvió recientemente al estado perdiendo US$ 403 millones. Ahora el estado lo está ofreciendo de nuevo, pero en estas condiciones quien va a querer comprarlo.
Basta de leyes que administran la escasez.

Rómulo Mucho Mamani es Presidente de la empresa, Pevoex, profesor de la Universidad de San Marcos, y conferencista en Gestión Social y Voladuras de Rocas. Ha sido Vice Ministro de Minas, Congresista, Presidente del IIMP, y tiene la orden de Ingeniería otorgada por el Colegio de Ingenieros del Perú.