Las tecnologías digitales llegaron a las empresas de América latina hace tiempo, pero no todas están preparadas para enfrentar el vértigo que se le puede atribuir a dar un paso más allá para tratar de ganar productividad. Es el momento, según los expertos, de mejorar la performance con la digitalización de los procesos productivos. El impacto de este cambio llevaría a potenciar el desarrollo económico de los países del continente, que se vieron beneficiados en la última década por los precios de las commodities, pero que hoy se encuentran en un contexto macroeconómico distinto.
La solución, según un estudio del Grupo Assa, está en dar el paso de la digitalización del consumo a la digitalización de la producción. Y así, afirman, habrá una mejora en la competitividad regional y local
Una conclusión que surge de una encuesta realizada entre junio y agosto de 2015 entre más de 170 ejecutivos de 70 compañías de la región (Colombia, Chile, Brasil, México y la Argentina), es que se cree que el crecimiento económico anual del período de 2015 a 2017 alcanzará, en el mejor de los casos, un tercio de lo que fue en el lapso de 2003-2012. La idea es no quedarse de brazos cruzados, sino todo lo contrario; se propone atacar el problema por todos los frentes y romper la paradoja que se detectó en la investigación: la iniciativa para la transformación digital en las empresas está presente, pero no se ejecuta realmente. "Mientras el examen general muestra una alta adopción de tecnología digital entre las distintas industrias, la asimilación en los procesos de negocios es baja", cita el informe.
El promedio de digitalización de los procesos para las diferentes industrias, en el total de países antes mencionados, es de 48 puntos en un índice en el que el máximo es 100.
¿Y cómo se ubica nuestro país? La Argentina tiene un nivel promedio de 46,4 puntos, que se eleva a 57,5 en el rubro de telecomunicaciones, transporte y logística; de 51,9 puntos en las empresas de consumo masivo; de 63,1 en la salud y las ciencias; de 47,4 en servicios financieros, y de 28,9 en energía y recursos naturales. En el promedio general, el país se ubica por arriba de México (46,3 puntos) y debajo de Colombia (48.6). En tanto, Chile tiene el promedio más alto, de 54,4 puntos, y Brasil, el más bajo, con 44,2.
"Telecomunicaciones, transporte y logística son los sectores más avanzados de la Argentina, seguidos por ciencia y salud y el comercio minorista. La diferencia que pueda surgir entre la Argentina y otros países en esos sectores industriales es por ruido estadístico. Pero hoy el énfasis tiene que estar puesto en estos dos sectores, en el país y en el resto de la región: manufactura y recursos naturales, porque los índices son muy bajos y esto es un problema muy serio, si no no habrá posibilidad de agregar valor. Si no repunta la Argentina en esos rubros se pierde la posibilidad de competir en el mercado mundial", sostiene Raúl Katz, director de Estrategia de Investigación de Negocios de la Universidad de Columbia, quien trabajó en la realización del estudio.
"La región ha transitado un camino -sobre todo a nivel del aparato productivo- de importante adquisición e incorporación de una cantidad de tecnología, desde informática hasta banda ancha y telefonía móvil. Pero, a pesar de ello, todavía no vemos el impacto que está ejerciendo la adquisición de esa tecnología en la productividad de las empresas", explica Katz, en diálogo con LA NACION.
"El desafío tiene que ver con el hecho de que hemos pasado una década en la que el continente se vio beneficiado por el precio de las commodities y esto ha financiado la redistribución del ingreso y el crecimiento económico, por nombrar algunos puntos. Lo que ocurre es que ese período se agotó", enfatiza el analista. Y agrega: "Ahora estamos ante una situación en la que la dinámica macroeconómica ha cambiado, los precios bajaron y por lo tanto hay que plantearse cómo hacer para aumentar la productividad de la economía y potenciar ese desarrollo. Y en este contexto la digitalización de los procesos productivos es fundamental".
Pero, ¿a qué se refiere con la transformación digital? "Se trata de la implementación de procesos digitalizados en las cuatro etapas de la cadena de valor: infraestructura, abastecimiento, procesamiento y ventas y distribución, con el objetivo de incrementar ingresos y productividad. Pero no está la región tan avanzada, y es importante que vaya hacia este camino", explica.
Los resultados lo muestran: el 59,7% de los ejecutivos de las empresas de la región respondieron que no tienen una estrategia digital definida; el 16,88% dijo no tener una estrategia digital; el 15,58% que sí la tiene, pero que no la implementa, y el 7% indicó que, efectivamente, su estrategia está implementada en algún área de la empresa.
"Mientras muchos ejecutivos dijeron tener desarrollada la visión y la estrategia digital, sugirieron que el nivel de readiness (preparación) de las compañías para implementar una transformación (digital) exitosa se mantiene bajo en comparación con el desafío", dice el informe, que en un índice donde el máximo es 100 sitúa el valor promedio, en cuanto a la preparación de las empresas, en 46,5 puntos.
Para desarrollar estas estrategias es necesaria la acumulación de capital intangible, definida como la diferencia entre el precio de compra de nuevas tecnologías y el valor creado una vez que se lo incorpora de manera efectiva en el proceso productivo. Tanto en la Argentina como en la región, el talento de los recursos humanos -y su retención- más el compromiso de los altos ejecutivos de la compañía son la clave para un buen resultado. Al cual también habría que agregar, según se sugiere, una coordinación integral dentro de la empresa. En caso de no coordinar estos pilares, el crecimiento se vería estancado. "Es importante que el CEO tenga una visión amplia, macro. No alcanza ya con tener bien capacitado al personal del área de sistemas", sostiene Katz.
A los ejecutivos también se les consultó quién maneja la estrategia digital de sus compañías. Un 32,9% respondió que se encarga el digital officer, seguido por el CEO (19%). Detrás, en cuanto a la frecuencia de las respuestas, se ubica Business Unit Manager (18 por ciento).
La innovación también tiene su lugar en esta hoja de ruta. De hecho es parte del núcleo de la transformación digital. Y está definida como la habilidad de repensar una estrategia competitiva, incluir nuevos productos y servicios, nuevos modelos de negocios y nuevos procesos. Pero el estudio explica que dicha innovación sólo sucede cuando "hay un contexto y un estímulo" que inviten a los empleados a invertir tiempo y recursos en el desarrollo de nuevos productos y servicios.
Es cierto que no todas las compañías nacen digitales. Tampoco todas las industrias son similares en cuanto a la tecnología que requieren, y entre ellas tienen diferentes niveles de digitalización. El informe aconseja entonces que cada compañía haga primero una evaluación de las dinámicas competitivas entre las industrias en las que operan, para determinar de qué modo podrán confiar en las tecnologías digitales.
"Cuanto más rápido entren las empresas latinoamericanas en este desafío, menor será el tiempo en que la región estará lista para competir con paridad con el mundo industrializado en el futuro digital. El retraso de la transformación digital de las economías de la región no es una opción si se quiere asegurar el crecimiento a futuro", concluye el informe.
De los ejecutivos de la gerencia general de la empresa, el top management debe estar comprometido. Es muy importante que los altos mandos estén compenetrados con la dirección que decidió tomar la organización y desarrollen las condiciones como para que esos objetivos se cumplan
La transformación digital no es solamente desarrollar un canal de distribución, sino que es un cambio total de la estructura de la empresa. Es necesario un ejecutivo que tenga una visión totalmente integral y abarcadora de la empresa. Lo ideal en estos casos sería que ese lugar lo ocupara el CEO, con una fuerte capacidad de liderazgo
Se necesita atraer talento que entienda las dinámicas de la digitalización, y es un tema generacional. La empresa debe intentar atraer a las generaciones jóvenes que entienden estos procesos para que trabajen en ella. Y luego, por supuesto, realizar todas las acciones necesarias para retenerlos dentro de la organización
Se debe repensar la empresa en función de todos los procesos de negocio, para que incorpore el fenómeno digital y se transforme en sí misma. No debe pensarse en forma de compartimentos estancos, sino en un todo interrelacionado en el que cada parte enriquezca a las otras y viceversa. Es una de las premisas clave
