Luego de anunciarlo varias veces en las últimas semanas, Mauricio Macri llevó su plan para recibir refugiados que huyen de la crisis bélica en Siria a un ámbito que estaba esperando sus palabras sobre ese tema. El Presidente desplegó en una Cumbre de Jefes de Estado que convocó en la sede de la ONU el estadounidense Barack Obama su proyecto para llevar a tres mil la cifra de migrantes sirios que comenzaron a llegar al país en los últimos tiempos del gobierno de Cristina Kirchner.

Allí, en un salón del tercer piso del edificio que se levanta solitario sobre la costa del East River a la altura del midtown neoyorquino, Macri dijo que "llegó la hora de hacer más”. "Quiero anunciar que ampliaremos el plan para recibir a refugiados sirios" y que "implementaremos un plan de becas universitarias" para los migrantes, a los que les será otorgado "un permiso de residencia, para que tengan los mismos derechos civiles" que los argentinos, anunció el Presidente.

Un rato antes, Macri lo había anticipado en sus palabras ante la Asamblea General, cuando dijo: “Quiero anunciarles que vamos a ampliar la recepción de los refugiados de Siria o de sus países vecinos, privilegiando a grupos familiares con niños”.

Abrir las fronteras para recibir a tres mil personas de un área que expulsa cientos de miles de hombres y mujeres hartos de la guerra y de los ataques que llegan desde adentro y desde afuera de sus fronteras no hará una marca profunda en la arena política mundial, pero sí es un gesto de solidaridad que le sirve a Macri para presentarse ante sus pares como un hombre que es “parte de las soluciones del mundo y no de los problemas”, tal como él mismo suele machacar.

La crisis de los refugiados en Siria fue uno de los tópicos que más se repitieron en los discursos del primer día del 71° período de sesiones de la Asamblea General. Obama habló del tema, también se refirió a ello el francés Francois Hollande -que habló justo después de Macri en el estrado principal, y también lo dijo la británica Theresa May, con quien Macri tuvo un encuentro informal. "Tenemos que seguir con nuestros esfuerzos para poner fin a la matanza escandalosa en Siria", dijo la primera ministra británica.

May pidió un "debate honesto y global" acerca del "desafío" de los refugiados, "que también es global", y pidió implementar una "migración controlada, segura y legal".

Ante la Asamblea General, por la mañana, el Presidente recordó que en mayo pasado Argentina mandó cascos blancos para prestar asistencia humanitaria en la zona del conflicto sirio y trabajar en un campo de refugiados en el Líbano.

"Podemos ir incrementando gradualmente nuestra capacidad de recepción, en la medida que el acompañamiento financiero, la asistencia técnica y el apoyo logístico internacional nos lo permitan", insistió Macri.

Aprovechó para recordar que Argentina "es un país que siempre abrió sus puertas a hombres y mujeres del mundo que buscaban y buscan una vida mejor", en consonancia con lo que establece la Constitución Nacional. "Convivimos pacíficamente cristianos, judíos y musulmanes. Somos una sociedad que se enriquece de la diversidad; somos una sociedad abierta", recalcó el Presidente.

VIDEO. TODO LO QUE DIJO MACRI EN NEW YORK

 Mauricio Macri probó ayer en persona los conflictos que puede traerle la inexperiencia en el manejo del lenguaje diplomático preciso. El Presidente se reunió ayer con periodistas, en un alto de las reuniones dentro de Naciones Unidas y relató el encuentro que tuvo al mediodía con Theresa May, la primer ministro británica con la que no tuvo finalmente una bilateral pero sí un cruce de saludos entre las mesas en el almuerzo oficial para presidentes.

En ese cruce el entusiasmo, ya sea que haya sucedido así o que fuera un exceso en el relato de la anécdota, le jugó una mala pasada a Macri.

"En el almuerzo nos cruzamos con la primer ministro británica. Le dije que estoy listo para comenzar un dialogo abierto, que incluya por supuesto el tema de la soberanía", dijo Macri dando con eso una señal también hacia la Argentina donde tanto oposición como el propio oficialismo le vienen reclamando explicaciones sobre el acuerdo por vuelos y petróleo que comenzó a cerrar Susana Malcorra con la cancillería de Londres para saber si incluye alguna cesión de posiciones para el país.

Con ese refuerzo de estrategia claramente a la vista, Macri continuó: "Ella dijo que si, que habría que empezar a dialogar. Estas cosas llevarán años pero es importante que comencemos. Ella se acercó a saludar a mi mesa. Estaba en la mesa de al lado", relató Macri.

De hecho cuando el presidente habló sobre la declaración conjunta que firmaron ambos países, Macri aclaró que la soberanía sobre Malvinas había sido un requisito de la Argentina. 

Error

Esta claro que la única forma de interpretar que la premier May hubiera aceptado comunicarle a la Argentina semejante decisión histórica sobre la soberanía en Malvinas es porque hubo un error por parte de Macri en su inexperiencia en estas lides. Ninguna mente experta en materia diplomática podría avalar que ese tema se discutiera en esa situación entre mesas en medio de un almuerzo. Esta claro que cuando Macri relata la disponibilidad a dialogar, May le acepta en terminos generales, sin pararse sobre la cuestión soberanía. 

La realidad es que la infor-mación que comenzó a circular desde ese momento no se ajustó al dialogo que tuvo el presidente con la británica pero se convirtió en un infierno para los argentinos que vieron como se les complicaba el viaje de Macri a la ONU. De hecho Susana Malcorra tuvo que salir a desmentir.

Mediante un comunicado, la canciller contó que Macri habló con May sobre "la posibilidad de tener un encuentro más específico para avanzar en los múltiples temas que tenemos, entre los cuales está la cuestión de Malvinas que, para nosotros, es prioritario".

"Por supuesto la Primera Ministra dijo que se encontrarían, pero no es que se habló de una hoja de ruta, o dónde van a ser los próximos pasos, que este tema esté cerrado y arreglado y avanzado", añadió la y sostuvo que la soberanía es una cuestión por debatir con Gran Bretaña, pero "de ahí a decir que el tema ya está en la mesa, y que ya hemos acordado avanzar en el tema hay un gran recorrido".

"Puede que no lleguemos a nada, que avancemos en algunos temas y otros no o que nos tomen años. Es una señal de disposición de dialogar", remarcó.

Jornada

Macri arrancó el día ayer bien temprano con un desayuno en Naciones Unidas que ofreció Ban Ki moon a las delegaciones y luego al almuerzo de presidentes. Paso toda la mañana y gran parte de la tarde dentro del edificio de la ONU y solo se cruzó un rato a las oficinas de la misión argentina ante el organismo para saludar a todo el equipo allí y sacarse fotos.

Fue en esos desplazamientos en los pasillos que Macri tuvo encuentros no formales con el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, el de Ucrania Petro Poroshenko, el emir de Qatar, Tamin bin Hamad al Thani, el canadiense Pierre Trudeau y, el conflicto del día, Theresa May. El encuentro con la delegación de Palestina se suspendió, quizás uno de los coletazos de la cena que tuvo el día anterior Macri en la casa de Jack Rosen, presidente del Congreso Judío Americano donde le armaron al presidente argentino tres mesas, dos de 8 personas y una de 13, con empresarios y financistas que querían conocerlo.