La difícil negociación colectiva de Minera Escondida sumó un nuevo foco de diferencias entre la administración de la compañía -operada por BHP Billiton- y el sindicato Nº 1 de trabajadores, luego que no se alcanzara un acuerdo en los servicios mínimos en caso de concretarse una huelga.
Si bien ambas partes se encuentran negociando con la mediación de la Dirección del Trabajo -en los denominados buenos oficios- la posibilidad de huelga se mantiene latente, y por ello la relevancia de establecer qué funciones se realizarán en una eventual paralización.
Tanto así que la empresa informó el jueves pasado que, junto con solicitar los buenos oficios, pidió al sindicato mantener servicios mínimos durante el periodo de huelga, en caso de que ésta se materialice. “Ello con el fin de garantizar funciones críticas, indispensables para resguardar la seguridad de las personas, el cuidado del medio ambiente y la integridad de las instalaciones”, señaló la firma en ese momento.
Agregaron en esa comunicación que habían recibido una propuesta del sindicato, la que se encontraban analizando y evaluarían “la posibilidad de reclamar si se estima que no es suficiente para garantizar los procesos críticos requeridos”.
¿Cuál fue el resultado de este análisis? “Hay un rechazo a la propuesta de servicios mínimos. Ahora, nosotros, la empresa y la Dirección del Trabajo estamos revisando la propuesta para poder llegar a un acuerdo”, comentó al ser consultado el vocero del sindicato, Carlos Allendes.
Agregó que “entendemos que lo pidieron (Minera Escondida) es un exceso, creemos que lo que ellos pretendían era seguir trabajando durante la huelga. Ahora se está revisando en terreno”.
De no llegar a acuerdo, señala Allendes, habría que esperar un dictamen de la Dirección del Trabajo sobre cuáles serían los servicios mínimos requeridos.
Eso sí, de ser necesario el pronunciamiento de la autoridad, no se retrasaría el inicio de la huelga en caso de no alcanzar un acuerdo en los buenos oficios, indicó el vocero de la organización.
Hasta el miércoles, al menos, se extenderán los buenos oficios solicitados por la minera. Las primeras reuniones se realizaron el viernes y sábado, mientras que ayer se esperaba una respuesta de la minera sobre condiciones mínimas solicitadas por los trabajadores.
Entre los puntos establecidos por los trabajadores como un “piso” para seguir adelante con las negociaciones está el que se garanticen todos los beneficios vigentes y que no se recorten las remuneraciones variables.
También que todos los beneficios se hagan extensibles para los nuevos trabajadores de la minera y que se delimiten las jornadas de trabajo.
“Para hoy (ayer) en la tarde esperamos la respuesta de una petición formal que le hicimos a la compañía. Dependiendo de esa respuesta, entraríamos a negociar, de lo contrario entenderíamos que existe un rechazo por parte de la empresa”, señaló Allendes.
Añadió que “sí se respetan estos puntos, ahí entraríamos a negociar de verdad. En caso de no aceptarlas, se ratifica nuestra visión de que la compañía usó esta instancia para dilatar la huelga”.
Una vez terminada la reunión de ayer, a eso de las ocho de la tarde, el sindicato declinó entregar declaraciones respecto a sí fueron aceptados estos puntos por la empresa o no y sólo se limitaron a señalar que hoy seguían las jornadas de conversación en el marco de los buenos oficios.
Esta es la última instancia para desactivar la huelga en la principal productora de cobre del mundo, emplazada en Antofagasta. En caso de concretarse la paralización, los trabajadores han advertido que podría ser más larga que la de 2006, cuando duró 25 días.
El 19 de diciembre pasado comenzó el proceso de negociación de un nuevo contrato colectivo para los trabajadores de Escondida. El proceso partió con la entrega del petitorio por parte del Sindicato Nº 1 de la faena, que agrupa a 2.500 socios, casi la totalidad de los operarios.
Este documento incluía cuatro ejes, según lo informado por el sindicato: desarrollo de la carrera laboral, establecimiento de condiciones de egreso, aumento de los beneficios sociales y una mejor regulación de las compensaciones variables.
Además, el petitorio incluyó la demanda de un reajuste salarial del 7% y un bono por término de negociación (BTN) de $ 25 millones, el que supera la gratificación de $ 23 millones -incluyendo préstamo blando- pagada por la minera el 2013, el más elevado pagado en el país.
La propuesta de los trabajadores solicitaba una duración de 36 meses para el nuevo contrato colectivo.
Y desde un primer momento los trabajadores de la faena marcaron diferencias con Chuquicamata, en donde Codelco alcanzó un acuerdo anticipado en diciembre, que incluyó cero reajuste.
“En Escondida somos tres veces más productivos que en Chuquicamata, condición que haremos valer en nuestra negociación”, señalaron.
Agregaron que “desde el año 2013 a la fecha, hemos sido capaces de mantener la producción en cerca de 100 toneladas de cobre por trabajador a tiempo completo”.
