Cabrera, Arbeláez y Cogua son los tres municipios del departamento que resolvieron hacer uso de la consulta popular para decidir si en sus territorios se debe dar viabilidad a proyectos mineros y energéticos. La protección de los recursos naturales, en especial del agua, son la principal razón que han tenido para acogerse a este mecanismo de participación.

El pionero en Cundinamarca fue Cabrera, cuyos habitantes tenían una gran preocupación ante la construcción de una hidroeléctrica. “Buscaba recoger las aguas del río Sumapaz en su parte alta y así generar energía eléctrica, pero a la población esto le afectaría en gran medida porque es la principal fuente hídrica del municipio”, indicó Carlos Cárdenas Muñoz, alcalde Cabrera. 

Así que recogiendo esta inquietud, en este municipio de 43.679 hectáreas, se inició el proceso para dar paso a la consulta popular. 

El umbral que tenían que superar era de 1.150 votos, y en febrero votaron 1.465 personas en contra del proyecto de la hidroeléctrica; 15 en cambio lo hicieron a favor. 

“Es un municipio pequeño y netamente agropecuario. Aquí la gente vive de la agricultura y la ganadería. Se hubiera cambiado esa vocación, que es una despensa agrícola”, explicó Muñoz.

Con un argumento similar: la protección del agua, en Arbeláez también gestionaron la consulta, ya que hay compañías en busca de hidrocarburos en su territorio, y en julio próximo sus habitantes irán a las urnas.

Este municipio tiene jurisdicción en parte del páramo de Sumapaz, donde se encuentra la vereda El Cuartel, donde han realizado exploraciones compañías internacionales. Ante la situación decidieron acogerse a ese proceso de refrendación. 

“Actualmente realizan la solicitud de licencias ambientales. Por lo que nos organizamos, ya que la Corte Constitucional señala que las consultas populares son el mecanismo idóneo para que las comunidades determinen si quieren que se den esos procesos”, indicó Jorge Alberto Godoy, alcalde de Arbeláez. 

Así que enviaron la iniciativa a su Concejo municipal, donde fue aprobada, y ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca se dio viabilidad a la pregunta, por lo que en julio se llevará a cabo la consulta, que tendrá que superar un umbral de 4.000 votos para que sea válida. 

Si bien en Arbeláez, como en cualquier otro municipio, los proyectos mineros o energéticos puede ser fuentes de recursos o de empleo, en esta población señalan que su vocación es agrícola y los afectaría el hecho de que en su principal fuente de agua, el páramo, se realice la explotación de hidrocarburos. 

Entre tanto, este lunes en Cogua, su alcalde William Forero explicaba en qué consistiría el proceso de la consulta popular acerca de la expansión de la explotación minera en ese municipio. 

En ese lugar las compañías buscan expandir la explotación de canteras más allá del parque minero con el que ya cuentan. 

“Allí se extraen arcillas para ladrillos a cielo abierto. Tras el decreto 2001 del Ministerio de Ambiente hay más de 2.000 hectáreas compatibles con minería”, explicó Eduardo Borda, representante de la Fundación Cogua Verde, Cogua Unida, que elevó la petición ante la alcaldía de ese municipio para que se lleve a cabo la consulta.

También están a la espera de que en su concejo aprueben la propuesta.

Por otro lado, la pregunta que se le haría a sus ciudadanos se envió al Tribunal Administrativo de Cundinamarca para que decida si tiene viabilidad. 

En Cogua se tendría que superar un umbral de 8.000 votos para que sea válida la consulta. 

“Hay más empleo por el ecoturismo que el que se generaría por la minería. Igual pasa con los ingresos”, indicó Borda.

La consulta popular fue avalada por la Corte Constitucional para que los municipios puedan decidir sobre sus recursos.