SILVIA NAISHTAT

La celebración por los 20 años de PAE convocó al poder político y empresario. Hubo algunos faltazos como el del ministro de Energía. Se habló de Jorge Brito y del submarino.

El martes por la noche alfombras rojas y una carpa especial sobre la calle Libertad, cortada para la ocasión, ya eran un indicio que la celebración por los 20 años de Panamerican Energy (PAE) era la fiesta del año. La gala en el Colón convocó 1.200 invitados en una combinación de poder político y económico pocas veces vista.

Eso sí, hubo algunas ausencias notables como la del ministro de Energía, Juan José Aranguren. Las conversaciones giraban ese día en torno a la angustia por la desaparición del submarino y la citación a indagatoria del banquero Jorge Brito, amigo de muchos de los asistentes. El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, el senador electo Esteban Bullrich y el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni llegaron temprano y se fueron tarde.

El ministro del Interior, Rogelio Frigerio se sumó después a un cóctel que se desarrolló en dos ámbitos. Para los que habían sido invitados a los palcos, en el salón Dorado. Y a los que les tocó platea, en el foyer.

Entre los empresarios se pudo ver a Eduardo Escassany, al ex embajador de EE.UU. Noah Mamet, Adelmo Gabby, Oscar Vicente, Juan Carlos Lopez Mena, Juan Vaquer, Luis Galli, Gustavo Weiss, José Urtubey, Guillermo Stanley y Tomás Hess, junto a tantos otros. Algunos departían con León Arslanian, el abogado de Alejandra Gils Carbó. Otros con el embajador en China, Diego Guelar. Y la mayoría estaba atraída por la figura de Enrique “Coty” Nosiglia con esa presencia magnética que lo caracteriza.

“Vení Marcos, sacate una foto con los muchachos”, le decía el gremialista petrolero Guillermo Pereyra a Marcos Bulgheroni ahora CEO de la recién fusionada PAE con British Petroleum que dio nacimiento al coloso PAE Group, integrada desde la generación del crudo hasta su venta en el surtidor, que la convierte en la mayor petrolera privada dela Argentina y en la segunda después de YPF. Marcos se prestó a las selfies. Pereyra encabezó una delegación con representantes de todos los gremios de la industria. Ernesto Sanz observaba.

Alejandro Bulgheroni, actual presidente de PAE Group, habló después del himno cantado por Soledad Pastorutti junto a la orquesta de la Policía Federal. Recordó a su padre, fundador de Bridas y a su hermano Carlos, fallecido el año pasado. Y agradeció a los accionistas de la petrolera, los chinos de CNOCC y a British Petroleum.

Pero lo verdaderamente disruptivo fue el espectáculo Shadowland, que combinó danza y teatro de sombras. Fue preparado durante varios meses por el Grupo Ars cuya productora ejecutiva es Liana Vinacur, con el desafío de sorprender a un público acostumbrado a ver las obras más exquisitas en los mejores teatros del mundo. Liana viajó varias veces a New York y acudió la compañía de danza Pilobolus, que desafía las leyes físicas del movimiento humano: utilizaron multimedia, juegos de sombras y danza para representar la historia de PAE.

Tras una inversión de US$ 2, 5 millones nació un nuevo emprendimiento inmobiliario en la costa, a cargo de Divisadero de Cariló, de Carlos Guerrero nieto de Héctor Guerrero, el fundador de Cariló. Se trata de lotes para vivienda unifamiliar, hoteles y una pequeña zona comercial, que busca conservar el bosque. Se trata de 44 hectáreas y ya concretaron la venta del 30%, muchas financiadas en forma directa por el 70% del valor total de la compra. El proyecto se ubica hacia el Sur del Cariló actual y agrega un 8% de superficie urbanizada al lugar.

Mat Travizano, nacido en 1980, físico de profesión, es el co-fundador de GranData, la empresa que eligen las telefónicas de EE.UU. para descifrar el comportamiento de sus clientes. Bill y Melinda Gates estuvieron el año pasado seis horas reunidos con Travizano porque querían saber si podían usar la información que almacenan las torres de telefonía móvil en África para analizar migraciones de personas y predecir posibles epidemias. Ahora a Mat se le ocurrió otra idea, Acaba de crear Wibson. Se trata de una tecnología basada en blockchain, la misma de seguridad infranqueable que hizo famosa a los bitocins.

Pero con Wibson se propone que los usuarios generen ingresos vendiendo sus datos, sin intermediarios, y preservando la privacidad. “Esperamos con este proyecto poder cambiar la situación actual donde los datos de las personas son vendidos por terceros, sin consentimiento y sin compartir sus ganancias con quienes son de hecho los dueños de los datos, las personas”, dice Travizano. En su visión los individuos han perdido el control de sus datos y están a la intemperie.

Con 80% de las piezas made in Argentina y 20% que traen desde Italia Whirlpool hizo de su flamante planta de producción de lavarropas en La Tablada, Buenos Aires, otro eslabón de la cadena global de producción, tras una inversión de $ 300 millones, que comenzó con la fabricación de cocinas y se completa ahora con la incorporación de lavarropas de carga frontal de última con tecnología.

Esta plataforma global incorpora un sistema de control electrónico que en el caso del lavarropas genera bajo nivel de ruido y vibraciones, además de ahorro de energía y sensores inteligentes que eligen los movimientos ideales del tambor. Este año crecieron 50% sus ventas de cocinas y en el promedio de todas sus categorías, 15%. En 2018 esperan crecer 7%.