HÉCTOR VELÁZQUEZ ÁLVAREZ
Con relación a la publicación “Utopía en igualdad de oportunidades”, donde el Mario Capello, Subsecretario de Desarrollo Minero del Ministerio de Energía y Minería acertadamente afirma que “La Industria Minera Sustentable es el mejor instrumento con el que se cuenta para terminar con la desigualdad social en territorios donde su mayor riqueza no es la soja, trigo, carne y leche, sino que la diversidad de sus recursos minerales”, me permito señalar lo siguiente.
Desde el análisis crudo y comparativo que realiza en su publicación, resulta absolutamente entendible la impotencia que genera admitir, que mientras en Australia y Canadá la participación de la actividad minera en su PBI se ubica entre el 11% y 14%, en la Argentina esta participación, no supera el 1% actualmente. Resulta incómodo digerir también, que mientras en el Periodo 2007 - 2015 las inversiones destinadas a la exploración minera alcanzaron en Chile y Perú 80.500 MMU$S y 52.000 MMU$S respectivamente, estas mismas inversiones representaron en contraposición, solo 10.000 MMU$S en nuestro País.
En este baño de realidad, el adecuado análisis que lo habilita a concluir que “No existen razones para no convertir la utopía en igualdad de oportunidades”, corre el riesgo de convertirse en solo una expresión valórica de deseos, si no se admite desde un realismo que no es mágico ni azaroso, que las utopías no tienen que ver con la voluntad y la casualidad, sino que desde el pragmatismo y la causalidad, con Políticas de Estado visionarias, estratégicas, creíbles y realizables.
Solo desde este concepto de Política de Estado, se puede explicar en el caso de los países vecinos que él referencia, el porqué Chile, se ha se ha posicionado a escala mundial, como el 1º productor de Cobre, Renio, Yodo, Nitratos y Litio, el 2º productor de Manganeso, el 3º productor de Plata, el 4º productor de Selenio, el 15º productor de oro, y el porqué Perú, ha logrado consolidarse también a nivel planetario, como el 1º productor de Plata, el 2º productor de Cobre y Zinc, el 3º productor Estaño, el 4º productor de Molibdeno, Plomo y Renio, el 5ª productor de oro, el 6º productor de Tungsteno, el 8º productor de Selenio y Arsénico y el 10º productor de Cadmio.
Esta realidad que no es casual sino que causal, deviene de 2 situaciones que la inmensa mayoría de nuestra clase política y dirigente, se niega a visualizar y ponderar en toda su magnitud adecuadamente.
a) Nuestra Latinoamérica posee algo más del 30 % de las reservas mundiales de minerales, y en tal condición, nuestros países como ocurre con Perú, Chile, Brasil etc., albergan una diversidad de reservas globales que no se encuentran ni en los países, ni las economías más desarrolladas y avanzadas del mundo. En este escenario, la Argentina y Chile detentan el privilegio de compartir la parte más extensa de la Cordillera de los Andes, considerada a nivel planetario como el reservorio más imponente, importante, promisorio y diverso de minerales integrados. Pero lo que resulta más significativo, es que no lo hacen en partes iguales, ya que Argentina posee el 67% y Chile solo el 33%, de este colosal reservorio andino.
b) Las empresas extranjeras, como no lo ha entendido ningún Gobierno de turno en los últimos 20 años, desde sus capitales de inversión que se hacen necesarios para poner en valor solo una parte de nuestra riqueza minera, no tienen como objetivo resolver: las necesidades de industrialización que se declaman, los de desarrollo que se necesitan, la de creación de nuevos polos estratégicos de crecimiento regional que se hacen indispensables, y la de la creación de puestos de trabajo dignos e inclusivos, que en virtud a gestiones gubernamentales vergonzosamente ineptas, incompetentes, insustantivas y corruptas, se hacen urgentes e indispensables para derrotar la pobreza y miseria existente. Estas empresas desde el escenario global, están destinadas a resolver los requerimientos de materias primas minerales que sus países demandan, para mantener su condición de países altamente desarrollados e industrializados y para sostener el poder hegemónico, que le confiere su condición de potencias mundiales.
Son muchas las razones, que han impedido que la minería se proyecte y consolide como un Polo Estratégico de Desarrollo Económico, y como una actividad que gravite a nivel mundial, como lo aspìra el Ing. Capello. Pero el error de considerar que un Desarrollo Minero Metalífero solo puede ser concebido desde el impulso de los proyectos de Gran Minería, más la aviesa confusión, de que la única minería que es viable y posible, es aquella que desde la inversión, operación y ejecución de proyectos mineros, solo debe vincularse al capital y las empresas transnacionales y extranjeras, representa una dualidad que no solo deja traslucir un profundo componente antinacional, sino que un problema que atenta contra la propia natura minera.
La Minería como ocurre con cualquier actividad productiva o extractiva, debe apuntar a consolidar primariamente su Pequeña Minería y logrado este objetivo, avanzar hacia la consolidación de su Mediana primero, y luego a su Gran Minería. Esto es lo que ha ocurrido invariablemente en todos los países del mundo, y particularmente en todos los países de nuestra Latinoamérica.
El no entender razonablemente esta situación, es la que mantiene en una situación de zozobra, desesperanza e incertidumbre a la actividad, pero particularmente en una situación que ubica entre el “ser y no ser” a un empresariado minero que existe, y que lo único que ha logrado potenciar como vocación, es su invariable disposición a brindar solo la prestación de tareas, bienes y servicios a las empresas extranjeras. Esta situación que atenta contra el más elemental de los instintos empresarios, es la que no nos permite contar con un Empresariado Minero Nacional que opere proyectos productivos (explote minas), contribuyendo decididamente a un Desarrollo Minero Productivo Nacional que no existe, y del cual él no es parte.
Retomando el ejemplo que como antecedente ha esgrimido el Ing. Capello, a Chile sobre el que pesan muchas realidades claramente objetables, entre ellas, la enorme brecha que representa la desigualdad de la distribución de su riqueza, si algo debe reconocérsele es la visión con la que desde una Política de Estado, lo llevó a caracterizar a sus actores mineros. Un sector vinculado a la Minería Artesanal, un Sector asociado con la Pequeña y Mediana Minería, y un tercer sector vinculado con La Gran Minería.
1.- Para dar respuesta a las necesidades de fomento, asistencia financiera y sustentabilidad, creó en la década del 90 el Programa PAMMA. En este Programa de Asistencia y Modernización de la Minería Artesanal, el objetivo fundamental es la Capacitación y Transferencia Tecnológica. El irrestricto apoyo a este tipo de minería de baja escala, permitirá en relación al Presupuesto – Año 2018, asistir a mas de 1.000 mineros artesanales, solo en la región de Atacama.
2.- La determinación de asumir una Estrategia y Política de Acción, que desde el Diseño de un Plan Minero Nacional incorpore desde la perspectiva del Estado, un conjunto de actividades que desde la Pequeña y Mediana Minería eran intensamente demandadas, condujo en el Año 1960 a la creación de la Empresa Nacional de Minería (ENAMI).
Su Misión “Impulsar y vigorizar la actividad Minera Nacional, contribuyendo a hacer sustentables los negocios y empresas mineras de pequeña y mediana escala” y su Objetivo “ Fomentar la explotación y beneficio de toda clase de minerales, procesarlos y comercializarlos, así como desarrollar actividades relacionadas con la minería, proporcionando diversos servicios, entre ellos, servir de intermediario de los productores mineros para el mercado internacional”, conforman parte de un Modelo que está siendo evaluado en varios países de Latinoamérica.
La ENAMI es fundamentalmente una empresa maquiladora que compra materias primas, y una empresa procesadora de minerales en sus propias plantas o en plantas de terceros, ya que los minerales adquiridos a los pequeños y medianos mineros, son concentrados íntegramente en sus Plantas de Beneficios. Desde su Gestión, la ENAMI es una empresa generadora de divisas para el País (en la última década generó más 1.000 MMU$S anuales), y en lo que atañe a su Función, regula el Mercado Minero Nacional, determina la tarifa para los Minerales, otorga asistencia crediticia de corto y largo plazo, impulsa diagnósticos y programas de reinversión en diferentes regiones, y actúa como agente en representación del Estado, en el desarrollo de proyectos mineros en conjunto con inversionistas privados. Desde lo Ambiental, vela para que sus actividades productivas (Plantas de Beneficios) no dañen el Medio Ambiente, a través de un Sistema de Gestión Ambiental y un Sistema Predictivo de Impacto Ambiental.
3.- En el Año 1971, para dar respuestas a los temas vinculados con la Gran Minería, Chile creó la Corporación Nacional del Cobre de Chile – CODELCO, la empresa cuprífera más grande e importante del mundo, y la principal productora y exportadora de cobre del planeta.
CODELCO cuya propiedad en un 100% pertenece al Estado de Chile, cuenta con siete Divisiones Mineras: Radomiro Tomic, Chuquicamata, Gabriela Mistral, Ministro Hales, Salvador, Andina y El Teniente, más, División Ventanas dotada de instalaciones de Fundición y Refinería. A estas Divisiones se suma una red de subsidiarias y agentes de venta en todo el mundo, que respaldan su gestión comercializadora.
El principal producto de comercialización, es el cobre refinado en la forma de cátodos o lingotes con 99,99 por ciento de pureza y los principales concentrados obtenidos son el cobre, cobre blister y anódico y subproductos como molibdeno, barro anódico y ácido sulfúrico. Codelco fabrica además en Alemania, el alambrón un producto semi elaborado que usa cátodos de cobre como materia prima. Sus principales mercados son: Asia (59%), Europa (20 %), Sudamérica (10%), Norteamérica (9%) y Oceanía (2%).
El prestigio que a nivel mundial la posiciona como una de las empresas mineras más reconocida del mundo, se apoya en el gestionar de COCHILCO (Comisión Chilena del Cobre) que es un organismo estatal creado con el objetivo de resguardar los intereses del Estado, en sus Divisiones Mineras. La Misión de Cochilco está orientada, a definir estrategias de desarrollo y de metas de gestión y a fortalecer el aporte del sector minero, al resto de la economía del país y su Objetivo Estratégico, se orienta a elaborar y desarrollar estudios, que contribuyan al diseño, implementación y fiscalización de políticas públicas orientadas al desarrollo sustentable de la minería, generando una información de carácter pública, oportuna y confiable, que contribuye a facilitar la toma de decisiones donde se vean involucrados los intereses superiores del Estado.
Desde lo técnico – profesional para ir concluyendo, comparto la afirmación “de que ninguna posibilidad de generar riquezas debe ser desestimada en Argentina”. Pero en el caso de la Minería que nos compete, se hace necesario que el Ing. Capello acceda a los tantos documentos emitidos, entre ellos los de la OIT – Ginebra. En ellos se señala, “ que los graves problemas de postergación y miseria que exhibe el mundo subdesarrollado, deben resolverse con la aplicación de programas de desarrollo y crecimiento económico, apoyados en la inmediata ejecución de programas de activación y desarrollo de sus pequeñas y medianas empresas (Pymes), ya que en virtud de las asimetrías que muestra la globalización, no es posible concebir un Desarrollo Económico si este no se traduce, en un efectivo y armónico Desarrollo Humano".
De la misma con la que no se le pueden pedir que dé peras al olmo, no se puede pretender que sin la consolidación de un empresariado nacional y sin el crecimiento de todo el sector minero metalífero y minero No metalífero, se pueda alcanzar un desarrollo que sea soberano, nacional e integral. Las experiencias mineras en nuestra Latinoamérica y particularmente las experimentadas por Chile, han demostrado que el crecimiento de la minería privada de capitales extranjeros y nacionales, más el de la minería estatal, ha dado origen al caso más notable de convivencia entre los tres modelos de propiedad existentes.
Quiero manifestar a título final, que un Modelo de Desarrollo Económico Minero Nacional que privilegie el Interés Nacional, requiere contemplar al menos, cinco objetivos básicos:
a) Representar desde una visión estratégica de largo plazo, una clara y contundente Política Minera del Estado Nacional.
b) Propender como objetivo irrenunciable, al Desarrollo Productivo de todo el Sector Minero Metalífero y No Metalífero, y desde su faz operativa, a las actividades vinculadas con la Pequeña, Mediana y Gran Minería y la Minería Artesanal.
c) Consolidar una Estrategia de Desarrollo y Crecimiento, desde la consagración de una Argentina Minera, y no desde un País con solo materias primas minerales exportables.
d) Afianzar desde la existencia de una Empresa Minera Nacional el Fomento de las Pymes mineras, y desde el sector empresario privado nacional y extranjero, el desafío que importa desarrollar proyectos de Gran Minería.
e) Defender desde la idea de este Modelo Minero Nacional, un desarrollo que se traduzca en un Polo Minero Productivo y de Desarrollo Tecnológico e Industrial, en cada una de las provincias mineras.
