El Grupo Antofagasta presentó una declaración sobre la estabilidad de los tranques y los relaves de las compañías que forman parte del grupo.
Dado que Chile es un país sísmico, la legislación en torno a la construcción en el país es muy estricta. Esto se aplica en toda construcción minera incluyendo los tranques donde se depositan relaves. Así, las normas chilenas, con el fin de asegurar la seguridad de los tranques de relaves, prohíbe que estos se construyan con el método aguas arriba, que es utilizado habitualmente en otros países.
Por otra parte, la legislación chilena vigente obliga a realizar análisis de estabilidad del muro, factores de seguridad y cálculo de la distancia peligrosa, además de contar con planes de emergencia para estar preparados en caso de un mal funcionamiento.
Todo esto permite no sólo tener un diseño seguro, sino que además disponer de sistemas de comunicación frente a una eventual emergencia.
Las compañías pertenecientes al Grupo Antofagasta Minerals, tales como Minera Los Pelambres y Minera Zaldívar, operan tranques de relaves que cuentan con sistemas de monitoreo que cumplen con todas las normas exigidas por la legislación chilena.
Por su parte, Minera Centinela es pionera a nivel mundial en el uso a gran escala de relaves espesados que se almacenan en depósitos de relaves. Esta innovación permite importantes ventajas en materia de sustentabilidad, como estabilidad ante eventos como sismos y precipitaciones intensas, así como importantes ahorros de recurso hídrico. Además, dado que Minera Centinela utiliza agua de mar sin desalar, sobre el depósito se forma una costra salina que impide la emisión de material particulado.
En el tranque El Mauro, de Minera Los Pelambres, hubo especial preocupación en que el diseño y la operación tengan todos los controles de calidad y de seguridad para evitar la eventualidad de una falla. En particular, el tranque dispone de 76 instrumentos en el muro, los que permiten realizar monitoreos en línea de su estabilidad y seguridad. El Mauro cuenta con 17 diferentes indicadores de control operacional, los que se están constantemente revisando para asegurar la estabilidad física del depósito y su operación de acuerdo con su diseño, sin riesgo de ningún tipo.
Respecto al comportamiento frente a un sismo, hay que recordar que, en septiembre de 2015, hubo un terremoto de magnitud 8,3° Richter, cuyo epicentro se ubicó a unos 100 kilómetros de El Mauro. Minera Los Pelambres realizó una exhaustiva revisión de la estabilidad del tranque y, exactamente de acuerdo a como estaba previsto en su diseño original, se confirmó que no sufrió ningún impacto y siguió operando normalmente dentro de sus parámetros de diseño. Adicionalmente, se contó con la inspección de especialistas y de líderes de las comunidades aledañas para verificar que El Mauro soportó bien el terremoto más fuerte de la región en más de 70 años.
Estudios y modelos realizados por consultoras de renombre internacional han demostrado que El Mauro es capaz de resistir sin riesgos un terremoto de magnitud 9,0 a una distancia de 90 kilómetros. Dado que la escala de magnitud es exponencial, esto significa que este tranque está diseñado para soportar un terremoto aproximadamente más de 10 veces más intenso de lo que se vio en 2015. Sin embargo, cabe destacar que estudios científicos demuestran que, dadas las características y ubicación de la Placa de Nazca, no sería posible la ocurrencia de un evento de dicha magnitud en la región de Coquimbo.
Adicionalmente, tras un proceso de diálogo participativo con la comunidad de Caimanes ubicada en las cercanías del Mauro, que fue monitoreado por Chile Transparente, se consensuaron y luego implementaron medidas adicionales para asegurar el bienestar de esta comunidad en caso de fallas en el tranque.
Además, Minera Los Pelambres participa en el Programa Tranque, impulsado por la alianza público-privada Alta Ley. Como parte de esa iniciativa, en el tranque El Mauro se inició el proyecto piloto de monitoreo en línea de las variables relevantes para los depósitos de relaves. En este programa participa Antofagasta Minerals, junto a otras mineras y servicios fiscalizadores, como Dirección General de Aguas (DGA) y el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).
LA SEGUNDA
Más de 40 muertos y 300 desaparecidos van en Brasil tras el colapso, este fin de semana, de un dique de la empresa minera brasileña Vale en la localidad de Brumadinho, Estado de Minas Gerais, en el centro del país. La catástrofe de inmediato enciende las alertas de cómo se están manejando en Chile los relaves, país minero por excelencia.
“Nadie puede asegurar que algo así no suceda en Chile, pero tenemos elementos a favor, como una normativa específica, mucha experiencia y conocimiento”, describe Ángela Oblasser, Directora Ejecutiva Programa Tranque de Fundación Chile.
Según el último catastro del Sernageomin —entidad a cargo de su fiscalización—, en el país están identificados 740 de estos depósitos de desechos mineros, de los cuales 469 se encuentran inactivos, 170 están abandonados y 101 están calificados como activos. El 52% del total de los relaves está en la Región de Coquimbo, el 21,8% está en Atacama y el 10,9% está en la región de Valparaíso.
Con estos números en manos, el director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo, explica que en el país existe una realidad muy diversa en torno a este pasivo minero. “Hay iniciativas que están bajo el alero de Alta Ley, (iniciativa público-privada) han estado colaborando con Fundación Chile, y lo que busca es abordar de manera integral este desafío, y para el caso de los relaves inactivos y abandonados, hay un sistema con monitoreo satelital.
En el caso de los relaves activos, hay plan piloto para establecer un sistema de monitoreo en línea de los relaves, apuntando a generar información que permita que todo el mundo conozca la realidad que significan estos cuerpos, y que haya una mayor seguridad”.
Claro que el país no está ajeno a crisis por el tema. Lo más reciente, aunque de proporciones bastante menores respecto a Brasil, se conoció la semana pasada, cuando se produjo la rotura de una cañería en la planta de Codelco Andina que generó un derrame de relaves mineros a las aguas del Río Blanco, uno de los afluentes del Río Aconcagua, situación que es investigada por la PDI.
Por eso, según explica Angela Oblasser el sector minero está enfrentando en el corto plazo dos prioridades. Por un lado, el sector definió una meta para evitar cualquier falla a tiempo operando con los máximos estándares posibles —en la industria recalcan que los relaves más modernos están diseñados para soportar incluso terremotos de grandes magnitudes—, y por otro, la prevención temprana de emergencias, con un monitoreo constante. Sin embargo, siempre hay dificultades en esta tarea.
“Hay una fiscalización permanente a los depósitos de relaves en Chile, pero como en la mayoría de los países la capacidad de fiscalización que tenemos es limitada”, comenta la experta.
Consultados sobre la fiscalización desarrollada en este tipo de pasivos mineros y las principales dificultades, no fue posible obtener la opinión de Sernageomin, ni del Ministerio de Minería.
