Si el mundo posterior a la pandemia retrocede a los combustibles fósiles o avanza hacia una economía limpia se aclarará en las próximas semanas a medida que el Fondo Monetario Internacional y Argentina decidan si continuarán apoyando los vastos campos de petróleo y gas de Vaca Muerta en la Patagonia.

El desarrollo tiene como objetivo aprovechar los segundos depósitos de esquisto más grandes del planeta (después de la cuenca del Pérmico en Texas), pero su futuro ha sido puesto en duda por el bloqueo del coronavirus, que ha provocado la caída más pronunciada del precio del petróleo en 30 años.

Los analistas dicen que Vaca Muerta (que significa Dead Cow en inglés) se encuentra ahora entre los proyectos de combustibles fósiles económicamente más vulnerables del mundo. Los activistas climáticos creen que podría ser uno de los primeros lugares donde se toma la decisión de "mantenerlo en el suelo".

El gobierno argentino lanzó el proyecto al limbo la semana pasada, cuando el ministro de desarrollo productivo, Matías Kulfas, calificó a Vaca Muerta como "un problema que tendrá que esperar" hasta que termine la crisis. El mes pasado, el presidente de la compañía petrolera nacional de Argentina, YPF, dijo que el colapso del precio del petróleo "pone en duda toda la producción petrolera argentina".

Como en otras partes del mundo, las decisiones clave se han suspendido. Pero más que cualquier otro país, el FMI desempeñará un papel inusualmente crucial en la decisión del destino del proyecto, y esto enviará una fuerte señal sobre la postura de las instituciones internacionales en la configuración del mundo pospandémico.

Hace dos años, el FMI hizo su mayor préstamo de $ 44 mil millones (£ 35 mil millones) para ayudar a Argentina en una crisis de deuda que continúa hoy. El fondo está organizando una nueva reestructuración, que también espera realizar su "control de salud" anual en el país el próximo mes. Eso incluirá una revisión de Vaca Muerta.

Inicialmente, el FMI promovió este proyecto como una forma de que Argentina gane divisas y se vuelva más independiente de la energía. Pero, con la creciente presión sobre las instituciones internacionales para que se alejen de los combustibles fósiles, el fondo insistió el año pasado en que Argentina reduzca los subsidios para Vaca Muerta. Esto fue potencialmente fatal incluso antes de la pandemia.

El gobierno argentino ha tenido que atraer a compañías petroleras extranjeras como Chevron, Shell, ExxonMobil, ConocoPhillips y Pan American Energy (una subsidiaria de British Petroleum) con miles de millones de dólares en subsidios. Sin esta muleta financiera, los proyectos no podrían resistir económicamente incluso a un precio del petróleo muy superior al nivel actual de alrededor de $ 20 por barril.

La región era demasiado remota, los enlaces de transporte demasiado pobres y la demanda local demasiado débil. El proyecto también se ha enfrentado a una feroz oposición de la comunidad indígena mapuche que dice que su territorio ha sido robado y contaminado en beneficio de los extranjeros. Esto lo convirtió en uno de los proyectos de combustibles fósiles más caros y controvertidos del mundo .

El bloqueo es otro golpe. "La caída histórica en los precios del petróleo es una nueva señal de la inviabilidad de Vaca Muerta", dijo Fernando Cabrera del observador independiente Observatorio Petrolero Sur en Neuquén. “Hemos advertido durante mucho tiempo que había una falta de infraestructura esencial de exportación, una demanda mundial débil y una dependencia excesiva de los subsidios que Argentina no puede permitirse debido a su crisis de deuda. La pandemia profundiza los problemas ".

Los veteranos ejecutivos petroleros argentinos, conocidos dentro de la industria como viejos petroleros o viejos petroleros, están presionando al gobierno para que siga adelante con Vaca Muerta, infle el precio del petróleo dentro del país y transfiera los costos a los conductores en las bombas. “En esta industria hay que hacer lo que nadie hace. No persigas al rebaño ”, escribió José Luis Sureda , ex secretario de recursos de hidrocarburos del gobierno. Pero sin fondos, las manos del gobierno están atadas.

"La caída de la demanda y los precios ciertamente está interrumpiendo los planes de expansión de combustibles fósiles del gobierno argentino en el corto plazo", dijo Lorne Stockman, analista de investigación de Oil Change International . Dijo que esto era parte de una tendencia mundial. Es probable que decenas de proyectos de petróleo y gas planificados sean desechados o pospuestos indefinidamente, incluidas tres plantas de gas natural líquido en Brownsville, Texas, y muchas terminales petroleras costa afuera de EE. UU. Las arenas bituminosas canadienses, los pozos petroleros offshore brasileños y los proyectos de perforación de Guyana también tendrán dificultades para alcanzar el punto de equilibrio.

A un precio de $ 35 por barril, el 4% del suministro de petróleo existente se vuelve antieconómico, según un estudio reciente de los analistas de la industria energética Wood Mackenzie. Si los valores caen por debajo de $ 25, como lo han hecho en los EE. UU., Esta participación con pérdidas aumenta al 9%, equivalente a 10 millones de barriles por día.

La situación es aún más difícil para los nuevos proyectos de petróleo y gas. A $ 35 por barril, el 75% de los nuevos proyectos de petróleo y gas no cubren sus costos financieros.

Desde el comienzo de la pandemia, las principales compañías petroleras del mundo han reducido la inversión de capital en casi $ 25 mil millones . Esto dificultará que las empresas alcancen sus pronósticos de producción. El año pasado, The Guardian reveló que las 50 compañías petroleras más grandes del mundo planeaban bombear 7 millones de barriles adicionales por día para 2030. Esto ahora es mucho menos probable.

"Si los precios no repuntan, los grifos se cerrarán inevitablemente", advirtió el estudio. "Dadas las dificultades y los costos asociados con el reinicio de la producción madura, una proporción de este suministro puede que nunca regrese".

Cuánto dependerá en gran medida del liderazgo del gobierno, dijo Valentina Kretzschmar, vicepresidenta de investigación corporativa de Wood Mackenzie. “En última instancia, se trata de la demanda. Si hay demanda de petróleo, se producirá. No se quedará en el suelo ”, dijo. “La pregunta es qué aprendemos de la crisis de Covid. ¿Cómo nos va a cambiar? ¿Cómo responderán los gobiernos? Realmente será la respuesta del gobierno lo que tendrá un gran impacto en lo que suceda después ”.

El FMI dijo el año pasado que incorporaría los riesgos climáticos en la toma de decisiones, lo que podría socavar la ya débil viabilidad de Vaca Muerta. María Marta Di Paola, directora de investigación de la Fundación de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Argentina, dijo que el proyecto no estaba alineado con el acuerdo climático de París. "Si el fracking Vaca Muerta se expande según lo planeado inicialmente, sus emisiones se cuadruplicarán para 2050", escribió.

Stockman instó al FMI, Argentina y otros gobiernos a alejarse de los combustibles fósiles en sus paquetes de estímulo económico. Más subsidios, dijo, simplemente crearían otro auge y caída en el futuro. “En lugar de rescatar a las compañías para que los ejecutivos y accionistas estén protegidos, los gobiernos deberían usar el estímulo para apoyar la producción y demanda de energía limpia, y ayudar a los trabajadores en la transición. Eso no está sucediendo ".

Si bien muchos proyectos parecen poco rentables en la situación actual, pocos están siendo descartados activamente cuando las perspectivas de un aumento de los precios pueden estar a solo un año de distancia. Una vez más, la ausencia de políticas para guiar y gestionar una transición nos está fallando en el clima, así como en la equidad, la justicia y la prevención del próximo desastre.