AMAIA ORMAETXEA

La inversión extranjera, que alcanzó los 164.000 millones de dólares el año pasado, se verá reducida a la mitad en 2020, según estimaciones de la Unctad.

América Latina recibió el año pasado inversión extranjera por valor de 164.000 millones de dólares. Fue una cifra récord que este año se verá reducida a la mitad a causa de la pandemia, las protestas sociales y la debilidad estructural de las economías de la región. La consecuencia de todo ello es que América Latina se hundirá en una severa recesión que complicará la recuperación de las inversiones foráneas. Así lo vaticina la Unctad, en su informe anual de inversiones publicando recientemente.

Los datos muestran que las inversiones que entraron en Brasil durante el primer trimestre del año para poner en marcha nuevos proyectos cayeron un 36%. En México, la entrada de capitales se redujo un 31% Sin embargo, estas cifras corresponden al periodo de entre enero y abril, cuando la pandemia aún no había alcanzado en la región toda su crudeza y el confinamiento acababa de comenzar. Por lo tanto, los expertos de Unctad creen que, los datos del segundo trimestre del año serán sensiblemente peores. y lastrarán los del conjunto del año.

Un ejemplo del shock que está viviendo la región en materia de inversiones llega de la mano de las fusiones y adquisiciones: la compra de compañías latinoamericanas por parte de empresas extranjeras había caído un abril un 78% en relación con los datos de 2019.

El impacto de este descalabro de la inversión extranjera tendrá un impacto diferente en cada sector. Las materias primas (como la minería o el sector petrolífero), el turismo y los transportes estarán entre los más perjudicados. Por otra parte, el sector manufacturero -textil y de automoción, principalmente-, que cuenta con un peso muy relevante en la economía regional, sufrirá tanto por la caída de la demanda como por el recorte de los suministros, según asegura la Unctad.

Los exportadores de materias primas también soportarán un doble golpe. Este sector, pieza central de las inversiones en América Latina, afronta una caída de precio global para las commodities -petróleo, cobre, hierro y soja, entre otros- y un menor volumen de exportaciones hacia sus principales socios comerciales.

Las cifras del primer trimestre en Brasil señalan que las inversiones en petróleo y gas se recortaron un 77%. El número proyectos de nuevas inversiones relacionadas con en el sector extractivo -petróleo, gas y minería- cayó un 40%.

En las economías de América Central y el Caribe, el sector más afectado será el turismo, que es vital para la economía de estos países. La Inversión Extranjera Directa (IED) en esta parte de América Latina en el sector turístico pueda llegar a suponer hasta un tercio del total. Los nuevos proyectos relacionados con el negocio turístico cayeron un 45% en el primer trimestre de 2020.

En el ámbito de la manufactura textil, que también es una industria clave en los países más pobres, como Honduras, El Salvador, Nicaragua, Haití o Guatemala, el desplome de la inversión extranjera ha sido histórico igualmente, aunque estas fábricas han encontrado una manera de sobrevivir cosiendo mascarillas y otros productos textiles relacionados con la atención sanitaria.

La Unctad cree que la recuperación de la inversión extranjera a medio plazo dependerá de la profundidad de la crisis y de rapidez con la que se instale la recuperación. Las previsiones apuntan una caída del PIB regional del 5,2% este año que vendrá seguida de una recuperación muy limitada que rondará el 3,4%, según las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional. Las economías latinoamericanas se verán especialmente perjudicadas por el recorte global de la demanda, particularmente las de China y Estados Unidos. China es el principal comprador de materias primas de Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela.