JUAN CARLOS ZULETA *

Con la promesa de apoyar el ingreso completo de Bolivia al Mercosur, llegó a La Paz el máximo representante de la diplomacia argentina. Fue, por supuesto, muy bien recibido por quienes, al parecer, se hicieron los desentendidos respecto a un detalle “insignificante”: Que para lograr la incorporación plena de Bolivia al bloque de integración regional se requiere mucho más de un voto.

Sin embargo, el enviado del Grupo de Puebla tenía un objetivo distinto para venir a Bolivia. Traía en su valija diplomática un proyecto de acuerdo absurdo. Un mamarracho. Una propuesta de producción conjunta del litio del Salar de Uyuni. ¿Qué?

Así como se lee. Después de enterarme de semejante grosería, a través de todos los medios serviles al gobierno de turno, me di cuenta de que volvió a primar la sinrazón en nuestro país con pasquines encaramados en otrora periódicos prestigiosos y canales de televisión amarillos por doquier a cargo de activistas recién llegados de la tierra de San Martín.

Pero, hay más. En declaraciones a la prensa, señaló que Bolivia y Argentina “quieren tener una cooperación muy amplia de tipo tecnológica” que podría derivar luego “en una producción conjunta”.

A continuación, y, al parecer, sin darse cuenta de lo que había terminado de decir, sostuvo que Bolivia “cuenta con una capacidad tecnológica importante y desarrollada para la extracción de litio”.

¿En qué quedamos, canciller Solá? Si Bolivia tiene una capacidad tecnológica importante en el tema litio, entonces ¿por qué no invita a YLB a compartir su tecnología para trabajar de manera conjunta en algún salar argentino? ¿Para qué vino aquí?

Lo que pasa es que, como buen socialista del Siglo XXI, el diplomático pasa por alto el dato «irrelevante» de que todos los salares del vecino país han sido subastados a empresas transnacionales y que el Estado Federal argentino no controla ni un milímetro cuadrado de salar en todo su territorio.

Como si lo anterior fuera poco y en una nueva muestra de desfachatez sin parangón, en seguida se pone a hablar de algo que, con seguridad, desconoce: La industrialización del litio, para decir muy suelto de cuerpo que «se precisa establecer las reales posibilidades de industrializar el litio entre ambos países para fabricar productos de ´mayor valor´ en el mercado internacional».

Al respecto, le pregunto: ¿Qué está haciendo su gobierno para evitar que el 100% del carbonato y cloruro de litio producido por Livent en la provincia argentina de Catamarca, sea reprocesado en Carolina del Norte, EEUU, para la obtención del hidróxido de litio que es vendido a Tesla? Le advierto que esto sucede desde hace más de 20 años, razón por la cual toca a las diferentes gestiones de gobierno Kirchner y compromete también al actual régimen de turno del que él forma parte.

En efecto, y para ser actuales en nuestros comentarios, ¿por qué no sugiere hacer algo sobre la exportación de salmueras semi-concentradas (líquidas) de la Puna argentina sin prácticamente ningún valor agregado en lugar de venir a meter sus narices en el litio boliviano?

Si quiere tomarnos al conjunto de los bolivianos como a unos idiotas, se equivoca de palmo a palmo. Así como en 2019 el valeroso pueblo de Potosí a la cabeza de su ente cívico, forzó al gobierno antidemocrático de Evo Morales a abrogar el decreto 3.738 por ilegal y entreguista, le anticipo que esta vez no serán sólo ellos sino el pueblo boliviano en su conjunto y todas sus organizaciones más representativas los que saldrán al frente a defender sus recursos estratégicos más valiosos.

Por último, le aconsejamos al emisario de la mandamás peronista, que vaya a mostrar sus espejitos «Mercosur» a otra parte y que no pierda su tiempo en el país que le podría dar cátedra en lo que a dignidad y soberanía nacionales concierne.

* Analista de la economía del litio.