José Cantillana: "En el país la industria del cemento tiene un mal año”

José “Pepe” Cantillana es un sevillano que desembarcó en la Argentina al frente de una de las compañías líderes de la producción mundial de cemento. Holcim fue fundada en Suiza en 1912 y cuenta con plantas en 70 países, incluida la que Minetti instaló en Puesto Viejo (Jujuy) y comercializa su producción, desde agosto de 2011, con la marca suiza.

Entrevistado por El Tribuno, el CEO de Holcim Argentina describió el escenario internacional, nacional y regional de la industria cementera que, con sus números, refleja los niveles del consumo, la construcción y el crecimiento.

En 2011, la Argentina llegó a un consumo anual de cemento de 280 kilos por habitante, ¿cómo está en estos momentos el mercado?

El cemento tuvo en 2011 un año récord, con máximos niveles de producción y de consumo. Se llegó a casi 12 millones de toneladas. Este crecimiento estuvo influenciado, como sucede en todas partes del mundo, por las elecciones. Este año estamos esperando un número que estaría entre un 5 y un 6% por debajo de la cifra de 2011.

Según estimaciones oficiales, 2011 había tenido un crecimiento del 11% con respecto a 2010.

El crecimiento de 2011 estuvo cerca del 11%. Así es. Este año se perderá terreno, pero eso forma parte de los ciclos económicos y políticos. Hay años mejores y también los hay peores. Este no nos toca tan bueno, pero esperamos que el próximo sea mejor.

¿Cómo impacta la crisis internacional en el mercado argentino?

El mundo se ha hecho pequeño y lo que pasa en cualquier sitio te afecta, estés donde estés. La situación internacional es un poco convulsa. A nivel de países desarrollados y maduros, tenemos a Europa muy mal, particularmente a España, Italia, Grecia y los países de la periferia europea en general. Por otro lado, tenemos a Estados Unidos, que no está tan mal, pero que no acaba de salir de la crisis. Y está la otra parte del mundo, que antes no salía en la foto, pero que ahora tiene mayor peso y es la más dinámica. Son los países emergentes de América Latina, Africa y, sobre todo, de Asia. En China, la India y todo lo que está entre ambos países los mercados están con buenos números. Si EEEU arranca, en un año la situación debería mejorar sustancialmente también en Europa.

España llegó a tener un consumo de cemento de 1.200 kilos anuales por habitante. ¿Cómo está ahora?

Hoy el consumo está por debajo de la media de Europa, que se ubica entre 350 y 400 kilos per cápita/año. España está en estos momentos abajo de eso, en el borde de los 300 kilos/año. La situación ha cambiado dramáticamente. En 2007 llegó a consumir 59 millones de toneladas y este año se espera, con suerte, un volumen que no creo que llegue a 15 millones.

Volviendo a la Argentina, ¿en qué medida impacta la merma de la obra pública en las ventas del grupo Holcim?

El consumo de cemento tiene dos grandes motorizadores: uno es la iniciativa privada y el otro es la iniciativa pública. Nuestra industria necesita de las dos. Una sola no es suficiente. Tampoco es sano. En este país ha sido siempre importante la parte privada, que no viene tanto de la gran construcción, sino del autoconstructor, el pequeño consumidor. Es lo que llamamos el consumo de cemento en bolsa, que se vende en pocas cantidades, pero que compra mucha gente. Ese es el gran motorizador de la industria del cemento en la Argentina, en general, y en el norte del país, en particular.

¿Y cómo está hoy esa porción del mercado?

Esa parte sigue bien, porque no es tan sensible a los vaivenes de la economía, sino que siempre tiene una base sólida. Lógicamente, sube y baja, pero es mucho menos elástica. La otra parte del mercado, que se relaciona con la inversión pública, depende mucho de situaciones presupuestarias y tiene ciclos económicos y políticos. Los años electorales, desde el punto de vista de la obra pública, siempre son años buenos. Del mismo modo, los años que siguen a los períodos electorales no suelen ser tan buenos.

¿Qué participación tiene Salta en las ventas del grupo?

Dentro de la zona norte, como la tenemos definida nosotros, el mercado de Salta es el más importante en lo que respecta a volúmenes. La zona norte es atendida básicamente desde la planta de Puesto Viejo y comprende a Jujuy, Salta, Tucumán y otras provincias de la región. En determinados momentos, cuando el mercado interno está cubierto, también se exporta a Bolivia y Paraguay, pero son cantidades muy pequeñas.

¿Qué significa para la industria del cemento contar con un ferrocarril?

Un buen ferrocarril, al igual que un buena infraestructura vial y el aprovechamiento de hidrovías como la del Paraná, resulta fundamental. El cemento es un material muy voluminoso, que pesa mucho y vale relativamente poco, si lo comparamos, por ejemplo, con el precio que tiene una tonelada de soja. Las demandas no siempre están cerca de las fábricas y se necesita aprovechar la flexibilidad que ofrecen los distintos modos de transporte para llegar al cliente con los precios, la calidad y rapidez que exige en los servicios.

En la localidad jujeña de Puesto Viejo ustedes iniciaron tiempo atrás un programa de repoblación de flora y fauna nativa. ¿Sigue?

Este programa lleva algunos años y seguirá por muchos años más. Tenemos un acuerdo con la Fundación Bosque Modelo y estamos orgullosos del trabajo que nuestra gente está haciendo allá. En las canteras, nosotros tomamos recursos de la tierra y tenemos que devolverle, de algún modo, algo de lo que nos da para que sea sostenible. El proyecto que tenemos en Puesto Viejo ha sido premiado y ha tenido una posición destacada en el último reporte de sostenibilidad del grupo Holcim. Hoy ese programa es modelo para otras canteras en los 70 países donde el grupo está.

Los datos

En Argentina el consumo anual de cemento se ubica en 280 kg por habitante. 2011 cerró con casi 12 millones de toneladas vendidas. Las proyecciones para este año están entre un 5 y un 6% abajo.

En España el consumo de cemento cayó de 1.200 kg por habitante/año a un nivel de 300 kilos. Esto refleja la crisis de ese país europeo que bajó de 59 millones de toneladas en 2007 a 15 millones.

En Europa, el promedio de consumo se ubica en la actualidad por encima de los 350 kilos por habitante. Además de España, Italia, Grecia y otros países de la periferia europea evidencian serias dificultades en sus economías.