El 7 de mayo se celebra en la República Argentina el Día Nacional de la Minería, en conmemoración al día en que la Asamblea General Constituyente de 1813 sancionó la Ley de Fomento Minero, con el objetivo de “desarrollar explotaciones de recursos naturales tales como minerales, agua, petróleo y carbón”.

La minería es una actividad elemental de la civilización humana, ya que aporta gran parte de las materias primas para un amplio abanico de industrias, como la electrónica, la farmacéutica, la automotriz y la textil. Detrás de artículos tan cotidianos como celulares, aviones, bicicletas, herramientas, y un sinfín de objetos, hay un trabajo de manufactura que utilizó algún tipo de mineral.

En la Argentina existen más de 150 proyectos mineros activos en etapa de producción, exploración o prospección. Nuestro país concentra la mayoría de las existencias de oro, plata, cobre, aluminio y zinc en la región cordillerana, y de litio en Salta y Jujuy.

Los entornos donde trabaja la minería suelen ser adversos, ya sea por la altura, por la profundidad, por los climas extremos o por las difíciles condiciones de accesibilidad. En este sentido, las empresas involucradas buscan equiparse con máquinas confiables, que puedan trabajar en condiciones extremas sin descanso, ya que la actividad suele extenderse durante las 24 horas.

Sany es una empresa líder mundial en la provisión de equipos para este segmento, como excavadoras, cargadoras frontales, rolos compactadores y motoniveladoras. De la mano de su representante exclusivo en Argentina, Grúas San Blas, las máquinas Sany forman parte del paisaje habitual de las operaciones mineras.

Gracias a su red de sucursales y talleres zonales, Grúas San Blas está cerca de todos los equipos que forman parte de su flota de alquiler, y de esta manera, puede brindar rápida asistencia y un servicio de mantenimiento preventivo que reduce significativamente los tiempos de parada de los equipos.

En minería, el tiempo cuenta, y por eso, la atención sobre toda la maquinaria involucrada debe ser permanente. Es una actividad que no debe parar porque es el primer paso para el funcionamiento de las más variadas industrias que dependen de la provisión de insumos que se extraen a miles de kilómetros de distancia, en las profundidades de la tierra o los altiplanos de la cordillera.