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ANÁLISIS
Bonelli: Los cuatro puntos del FMI que complican los deseos de Massa
CLARÍN/MINING PRESS/ENERNEWS
07/07/2023

MARCELO BONELLI 

Es un secreto. Está bien guardado. Pero la realidad quema en Washington. La relación con el FMI pasa del éxtasis a la urgencia y del cierre a la decepción. Sergio Massa y Kristalina Georgieva avanzan hacia un “préstamo puente” hasta diciembre.

Ambos hablaron el último lunes y lo habían hecho el fin de semana. Los diálogos fueron sinceros pero densos. Kristalina le exigió a Massa que acepte las condiciones que proponen los funcionarios del FMI: un salto cambiario y ajuste fiscal. Massa contragolpeó: “No vengan con un excel y una devaluación. Eso es inviable”. Y remató: “Queremos una solución política”.

Después bajaron la tensión y tomaron una decisión conjunta: acordaron que viaje –al final será este viernes- la misión argentina a los EE.UU. para tratar de limar las fuertes diferencias y cerrar un acuerdo. Massa comunicó el detalle a Cristina.

La vice sigue con su relato anti Fondo, pero quiere un cierre inmediato para que haya “pax” en las elecciones. El vetusto cuento intenta contener a sus “gurkas”, como Máximo. De eso forma parte el escandaloso coqueteo con Amado Boudou. Massa afirmó: “Yo no pongo al equipo en EE.UU. sin tener todo cerrado. A mí no me toman de rehén en Washington”.

Pero el staff del FMI está “pesado” y no quiere ceder. Clarín confirmó que existen cuatro diferencias clave sin cerrar y que eso podría complicar todo. Estas serían: Primero, el crucial monto del auxilio. Segundo, la forma de auditar el acuerdo. Tercero, el monto de intervención . Y cuarto, la actualización-devaluación del dólar.

Son temas centrales. Todos juegan con fuego. Un acuerdo permitiría a Alberto terminar su mandato y al FMI negociar –en serio– con el próximo gobierno. El staff mantiene conversaciones fluidas con Carlos Melconian, Hernán Lacunza, Martín Redrado y Luciano Laspina. De ellos salen sapos y culebras.

La Casa Blanca auspicia un acuerdo “light” y el FMI pretende no quedar empujando al abismo a Argentina. Pero existe un peligro: de continuar las desavenencias, podría activarse la corrida cambiaria. Las condiciones están latentes. Un informe que circula en ADEBA, dice que el BCRA tiene reservas negativas por US$ 5.500 millones.

El dinero se compensa con fondos apropiados de SEDESA y un auto préstamo en el Banco de Basilea. En Washington, el líder de los burócratas es Rodrigo Valdés, el chileno titular de la Dirección del Hemisferio Occidental del FMI. Valdés encabeza a los “inflexibles” del FMI: está exigiendo un cronograma de unificación cambiaria.

En otras palabras: una maxidevaluación que empujaría la inflación y haría difíciles los últimos meses de Alberto.

Así, Valdés endureció esta semana los reclamos iniciales de Luis Cubeddu. Hasta ahora pedían una devaluación del 30%: ubicar –en una primer etapa- el billete oficial entre 330 y 367 pesos. Leo Madcur-Gabriel Rubinstein es la dupla que negocia. El viceministro contestó: “Fuman porro”. Madcur contragolpeó: “Abriría las puertas de la hiperinflación”.

El endurecimiento surge por varias cuestiones. El staff técnico del FMI está molesto por las promesas incumplidas del equipo económico. Cubeddu –el segundo de Valdés– repite: “Argentina no cumplió ninguna meta en el primer semestre”. Ambos cubren sus espaldas. No quieren fracasar y terminar su días ordenando libros en la biblioteca del FMI.

Los dos tienen el apoyo de varios directores duros del FMI. Entre ellos, Jun Mizuguchi, de Japón; Joeng Stephan, de Alemania y Marcel Peter, que representa a Suiza. La delegada de Inglaterra, Shona Riach, espera qué hará EE.UU. Este grupo “intransigente” lo integraba el director de Brasil. Alfonso Bevilaqua –fue nombrado por Jair Bolsonaro- era un militante contra la Argentina.

Pero Bevilaqua se dio vuelta como una media. Prefiero archivar sus convicciones y mantener sus privilegios. Acató la reprimenda de Lula: ahora es un defensor del acuerdo.

Su máximo aliado es Zhengxim Zhang, el director de China. Zhang propicia un cierre inmediato y envió una nota interna al Board del FMI. En ese texto el director chino irritó a Elizabeth Shortino, la poderosa directora de EE.UU.

Washington tiene poder de veto en el FMI. Zhang comunicó al Board que si el FMI no aprueba el préstamo, China autorizaría a la Argentina a usar el segundo tramo del swap para abonar todos vencimientos. La carta puso los pelos de punta a Shortino. Washington no quiere consolidar el avance de China en Occidente.

Clarín anticipó que Janet Yellen envió dos emisarios secretos a Buenos Aires. La misión elevó un informe “reservado” y severo a la jefa del Tesoro. Ese paper hablaba de la debilidad política de Alberto, la crisis social y el desquicio macroeconómico.

La salida propuesta sería un “préstamo puente”. Una fórmula para estirar la agonía y eludir responsabilidad de lo que ocurra en Argentina. Massa quiere el dinero para que el “puente” llegue a diciembre. Reclama un giro de U$S 9.800 millones.

Valdés –y los funcionarios del FMI– solo están dispuestos a otorgar US$ 7.000 millones, para que el “puente” dure hasta las elecciones.

También hay diferencias con las fechas de la revisión del futuro acuerdo. Valdés quiere meter un examen en medio de la campaña electoral. Y Massa pretende que el FMI vuelva después del balotaje.

Pero la diferencia mayor está en la forma del ajuste. El equipo de Massa sugirió postergar todo hasta diciembre . Así insinuaron: “Si gana Sergio, después hablamos de una devaluación”. Cubeddu respondió que no. Que esas promesas eran incumplibles y que el FMI pretende ahora un ajuste.

En Wall Street sostienen que Madcur-Rubinstein contragolpearon: propusieron una devaluación fiscal. En Manhattan se habla de un engendro. Una suerte de devaluación, pero sin anunciar una devaluación: se estudia aplicar una retención a las importaciones del 30%.


NÚMEROS CONFIDENCIALES
Ya los banqueros están atentos a una encuesta secreta. Serían casos presenciales y estaría pagada por un poderoso banco extranjero. Ese informe confidencial dice que Massa está arriba como candidato. Pero como frente electoral gana Juntos. Insiste en que Patricia y Larreta están parejos – unos puntos arriba Bullrich - y que Milei aún tiene 20%.

Por eso fuerzan el increíble armado de la unidad peronista. Cristina y Alberto se odian, se insultan y se desconfían. Ambos estarán en la inauguración del gasoducto este domingo, juntos, con Massa y Máximo.

Alberto y Máximo también se detestan. El Presidente lo burla en Olivos: “No heredó nada de Néstor”. Héctor Maselli, el autor de “Los Campanelli” ya inmortalizó la situación en la TV: “No hay nada más lindo que la familia unida”.

Gerardo Zamora y los gobernadores apoyan estos gestos. Ahora se mofan de la fratricida pelea -fomentada por entornos tóxicos- entre Larreta y Patricia. Pero existe temor e inquietud por el discurso de la vice. Muchos temen que ocurra aquello que advierte en privado José de Mendiguren. El Vasco critica las peleas internas y suele decir en los encuentros del equipo económico: “A veces parece que jugamos a cabecear granadas adentro de un gasoducto”.


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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews