El paquete de medidas se prepara bajo el máximo hermetismo. Solo la mesa chica conoce los detalles y Javier Milei prohibió que se filtre al círculo rojo.

Las medidas son drásticas, duras, intransigentes y disruptivas. Luis Caputo y Nicolás Posse se las anticiparon en el FMI y a algunos privilegiados lobos de Wall Street.

El plan incluye un ajuste mayor al que pide EE.UU. y medidas más fuertes a las que exige el FMI. Clarín confirmó que ese paquete incluye 10 medidas. El propio Javier Milei lo festeja en la intimidad. Dijo al terminar su charla por Zoom con Kristalina Georgieva: "Fue excelente, no pueden creer lo que vamos hacer".

El viaje a Nueva York y Washington fue un baño de realismo político. Los capos de las finanzas fueron incisivos y repitieron una cuestión. Piden que primero haya un plan, después que logren instrumentarlo y recién entonces estarían dispuestos a hablar de dinero y préstamo.

La conclusión fue idéntica a la que se llegó hace unos meses en la casa del banquero Gerardo Mato: ver para creer.

En el FMI la cuestión fue similar. Gita Gopinath -la mujer fuerte del Fondo- por ahora clausuró la posibilidad de “dinero fresco”.

Caputo exploró hace unas semanas un préstamo adicional de U$S 15.000 millones. La reunión no fue buena con Rodrigo Valdés. En esta nueva misión el (ahora confirmado) ministro pidió un monto menor y se habló de un desembolso mixto. Plata pendiente y agregarle US$ 7.000 millones.

Valdés contragolpeó: "Primero hagan el ajuste". Los burócratas también aconsejaron sostener el actual convenio pactado con Sergio Massa y evitar que un nuevo acuerdo deba ser aprobado en el Congreso.

Los lobos de Wall Street y los burócratas del FMI tienen las misma inquietud. Dudan sobre la gobernabilidad que pueda llegar a existir para llevar adelante semejante “paquetazo.”

Milei volvió de su viaje a Estados Unidos convencido de su receta. Ir a fondo con el ajuste y por eso habló de un futuro difícil, con la peor combinación económica, la temible "estanflación".

Trabajó y discutió la idea con Karina en el vuelo que los trajo de regreso. Se trata del embrión de su mensaje inaugural. Dice que tiene que hablar claro: la herencia lo condena a dos años de recesión e inflación del 200%.

En el Hotel Libertador circula un memo confidencial que tiene el detalle del paquete económico. Ese paper se depura y se reescribe varias veces por semana. Pero es el borrador del plan económico que se va anunciar.

El memo dice que habrá una devaluación y también ajuste fuerte de tarifas. Caputo tiene que calibrar la magnitud del salto cambiario. Hace unas semanas se insistía con un dólar comercial a 650 pesos. Ahora se habla de otro valor. A ese precio -billete exportador - las cerealeras bloquearon la liquidación.

Los CEOS de Bunge, Molinos, Cargill y AGD -los dueños de los billetes- insisten que un dólar competitivo seria igual al MEP. Se trataría de una devaluación del 40%.

Caputo monitorea la cuestión. En su oficina confirmaron que evalúa para el inicio de su gestión un desdoblamiento cambiario. También que alienta a Santiago Bausilli como capo para el Banco Central y a Pablo Quirno como viceministro.

Así, Caputo habría borrado de un plumazo dos mandamientos libertarios. Primero puso en el freezer la dolarización y ahora quiere relativizar el dogma de la independencia del BCRA.

NO MÁS PASOS EN FALSO
Los banqueros locales y los de Manhattan dicen que fue un baño de realismo y que ambos mensajes provocaron la baja del billete. La cuestión no estaría resuelta. Ya hubo dos puff graves. El primero fue la dimisión nonata de Demian Reidel. Había vuelto de Estados Unidos a pedido de Posse para aceptar el cargo y desairó a todos el fin de semana.

Ocurrió algo parecido con la AFIP. Posse contrató al influyente estudio Bruchou-Funes de Rioja para su asesoramiento. De ese bunker surgió el nombre para conducir la AFIP de uno de los capos del bufete, que capitanea Hugo Bruzone.

El elegido fue Liban Kusa. Estaba cerrado el sábado. Pero el Turco -así le dicen- imprevistamente rechazó el puesto, en una comunicación que tuvo con el propio Milei. Karina se enfadó y pidió explicaciones porque no quiere exponer a su hermano a esos traspiés. Por eso este jueves Posse intentó reflotar la candidatura para frenar la reprimenda de “El Jefe” .

En la gatera está Santiago Montoya. Milei lo quiere, pero el grupo “aeropuerto” lo resiste. Otros ven un tapado, el influyente Darío Epstein. Habría que convencerlo.

El programa incluiría una seis medidas de recorte público con una fuerte poda a la obra pública. Eliminación de subsidios a tarifas, recortes a la subvención de empresas privadas y guadañazo a las jubilaciones de privilegio.

En los memos secretos se propone una amplia privatización -alcanza a unas 20 empresas- y se auspicia un amplio plan de desregulación.

Federico Sturzenegger fue quien elaboró un ambicioso y dogmático proyecto. Propone eliminar 3.000 regulaciones de golpe incluido el régimen de Tierra del Fuego y el sistema de promoción fabril como el automotriz. En la lista también hay medio centenar de organismos como ANMAT, INTI, INCAA, el Instituto Indígena y el Fondo del tabaco.

Su propuesta esta en un documento de 1.500 carillas. Sturzenegger lo había preparado para Patricia Bullrich y lo heredó Milei. Pero la dura propuesta abrió una interna. Milei fue advertido que una reforma de tal magnitud podría estancarse en el Congreso.

Miguel Ángel Pichetto, en la última reunión de Juntos, fue concluyente: “Esto no pasa”. Por eso apareció una reforma alternativa que propone Eduardo Chirillo y que es patrocinada por Carlos Bastos, el ex colaborador de Domingo Cavallo. El creador de la convertibilidad está activo: bendijo a Osvaldo Giordano para que fuera a ANSES.

Las internas son fuertes. La última reunión de Juntos fue un papelón. Hubo objeciones contra Cristian Ritondo y Patricia Bullrich. Ricardo Buryaile gritaba: "Ritondo vos no podés asumir". El fuego amigo pone en duda a Bullrich como ministra.

El tema del gabinete había entrado en un impasse el fin de semana por el armado de la agenda en Washington. Gerardo Werthein intentó cerrar una reunión con el secretario de Estado. Recurrió a los oficios de Gustavo Cinosi. El lobista fue claro: "Así no se arman las cosas".

El embajador Mac Stanley al final fue quien sacó las papas del fuego al armar la cumbre Sullivan-Milei. Werthein hace tres años y medio tiene residencia legal y fiscal en Uruguay y está totalmente desvinculado de los negocios familiares en Argentina.

Jake Sullivan habló en la cumbre de apoyo a Milei. Pero advirtió sobre dos temas clave. Primero indagó sobre la viabilidad política del “ajustazo”. Existe temor a un desborde social. Pero también transmitió una inquietud política concreta de Joe Biden .La Casa Blanca quiso conocer que vinculo concreto tiene Milei con su archienemigo Donald Trump .

El Consejo de Seguridad advirtió -y esta en alerta- sobre los coqueteos de Milei con el ex presidente de EE.UU. En el circulo rojo trascendió que la frase fue esta: “Si juegan en la interna nuestra, no nos pidan nada después”.