Los precios actuales de surtidor no alcanzan para cubrir los costos de adquirir el barril criollo, de US$45
MARTÍN BIDEGARAY
YPF postergó el aumento de los combustibles hasta la primera hora del miércoles . Los precios de los surtidores subieron ayer más de un 6% en Buenos Aires y el conurbano. Shell y Puma ya imitaron a la petrolera estatal, mientras que Axion hará lo propio desde el jueves .
Los estacioneros respaldaron la decisión de YPF, mientras que las empresas de logística avisaron que impactaron en sus costos . Cada incremento en los combustibles termina agregando más costo al desplazamiento de mercaderías, como los productos de consumo masivo.
El incremento estaba previsto para el viernes de la semana pasada. YPF lo postergó para que el Gobierno no asuma el costo político de avalar el aumento. Es el primer incremento de precios energéticos de esta etapa kirchnerista . El presidente de YPF, Guillermo Nielsen, había propuesto un incremento a principios de año, pero el Frente de Todos lo rechazó y no prosperó.
El litro de nafta súper de YPF se encareció un 6%: pasó de $ 53,47 a $ 56,68 en las estaciones de la ciudad de Buenos Aires, que suele ser la plaza más económica del país, con excepción de la Patagonia. La "prima" también escaló un 6%, de $ 61,94 a $ 65,39.
El precio del gasoil también subió un 6,2% en Buenos Aires: estaba en $ 49,84 y se fue a $ 52,94. Ese mismo combustible, pero en versión premium, también avanzó un 6%, ubicándose en $ 61,95. Hasta ayer, estaba en $ 58,44.
Los precios de los combustibles vienen por detrás de la inflación . En 2019, los remarcaron 43%, mientras que el aumento del costo de vida fue 10% superior a eso. Este año, la inflación acumula un 15,8%, mientras que este incremento promedia -según YPF- un 4,5% a nivel nacional.
"El aumento que se materializó en el día de hoy por parte de YPF impacta fuertemente en el costo del transporte ya que el combustible representa un poco más del 30% de la matriz de costos del transporte de cargas y, en consecuencia, un aumento de este insumo impacta también en las tarifas de nuestro sector ", manifestó la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC). "Hay que tener en cuenta que el transporte de cargas no es formador de precios y, como cualquier actividad de servicios, tiene que trasladar sus aumentos de costos a las tarifas", agregaron.
Raizen, que comercializa la marca Shell, suele tener los importes más altos del mercado. Desde el miércoles, el litro de nafta está a $ 57,68, y el de "v power" (prima) a $ 66,73. El gasoil está a $ 54,99 y el "V-Power diesel" a $ 62,99. Puma, cobra $ 57,30 la súper y $ 65,72 la "max" (mayor octanaje). Esta compañía, que viene ganando participación de mercado, despacha a precios más baratos que los de YPF en la Patagonia.
En la industria todavía hay preocupación, porque considera que el litro de nafta debiera estar en torno a US $ 1 , una relación predominante durante los últimos 30 años. Con los ajustes, están a US $ 0,80 al tipo de cambio oficial. Las empresas remarcan que se quedan con la mitad de ese precio, ya que el resto lo captura el Estado en impuestos.
YPF perdió más de $ 83.000 millones en el último trimestre (abril-junio). Sus autoridades convencieron a todo el Poder Ejecutivo sobre la necesidad de una recomposición. Pero la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se oponía a este aumento. La ex presidenta lo habría aceptado tras las explicaciones de los referentes ultracristinistas en YPF. Miguel Galuccio, dueño de Vista y ex presidente de YPF, también suele hablar con Fernández de Kirchner sobre el rumbo de la industria.
El Gobierno decidió que mantendrá los impuestos a los combustibles sin cambios hasta octubre. Fue en el decreto que avaló el "barril criollo", o precio sostén para la producción de petróleo local. En caso de realizar modificaciones, eso podría generar un impacto adicional en los precios.
"La actualización de precios tendrá en esta oportunidad como en el futuro el objetivo de recomponer asimetrías históricas a nivel federal, recortando brechas entre la Capital Federal y el interior del país. A modo de ejemplo, una vez calculados los costos logísticos, la provincia de Jujuy esta hoy en un 7% por arriba con respecto a la capital del país ", detalló la petrolera.
La Nación
SOFÍA DIAMANTE
Con los precios de los combustibles atrasados en alrededor de un 15%, según consultoras privadas, las refinerías advierten que se encuentran en una "situación crítica de abastecimiento de crudo".
Hace días se estaba esperando y finalmente el Gobierno le dio luz verde a YPF para que aplique desde hoy un aumento promedio del 4,5% en los precios de sus combustibles. En el área metropolitana, el incremento es del 6% aproximadamente. En las próximas horas se espera que el resto de las marcas de estaciones de servicio -Shell, Axion y Puma Energy- acompañen la medida.
"Esta decisión se da en pos de avanzar con los objetivos de producción de la compañía, teniendo en consideración las particularidades del contexto macroeconómico del país", dijeron en YPF.
De esta forma, los nuevos valores para YPF en la Ciudad de Buenos Aires quedarán aproximadamente así: nafta súper, $56,54; nafta premium (Infinia), $65,23; diésel D500, $52,94, e Infinia diésel, $61,95.
Los nuevos valores para YPF en la Ciudad de Buenos Aires quedarán aproximadamente así: nafta súper, $56,54; nafta premium (Infinia), $65,23; diésel D500, $52,94, e Infinia diésel, $61,95
Se trata del primer aumento en el valor de los combustibles que autoriza la administración de Alberto Fernández, luego del intento frustrado de YPF de incrementar sus precios 6% a fines del año pasado. El último aumento había sido bajo la gestión de Mauricio Macri, unos días antes de dejar el poder, en diciembre pasado.
"La actualización de precios tendrá en esta oportunidad, como en el futuro, el objetivo de recomponer asimetrías históricas a nivel federal, recortando brechas entre la Capital Federal y el interior del país. A modo de ejemplo, una vez calculados los costos logísticos, la provincia de Jujuy esta hoy en un 7% con respecto a la capital del país. La propuesta de YPF sostiene el descuento al personal de salud del 15%, el cual es un colectivo muy sensible de unas 100.000 personas que se encuentran adheridas al programa de YPF", indicó la petrolera.
+El último incremento de precios fue el 1º de diciembre pasado; desde entonces, la inflación acumulada fue de 17,6%, mientras que el peso se devaluó 18,2%. Se trata de un sector que tiene su insumo principal (el petróleo) dolarizado.
+Si bien en ese entonces, el barril de petróleo valía US$63, y hoy está en torno a los US$45, las refinerías ya advertían que los precios estaban atrasados. Además, desde entonces, el Gobierno aumentó 30% el impuesto a los combustibles, costo que no se trasladó al surtidor, lo que hubiera significado un incremento del 5% en el precio de la nafta y el gasoil.
+YPF, con una incidencia del 55% en el mercado de los combustibles, tiene el 70% de sus ingresos que proviene del despacho de la nafta y el gasoil. Si este segmento le da pérdidas, afecta directamente su presupuesto de inversión en otros rubros, como en la producción de gas y petróleo en Vaca Muerta.
+Las refinerías no integradas, que deben comprarles el petróleo a terceros -como Raízen (a cargo de las estaciones de servicio de Shell) y Trafigura (Puma Energy),- advirtieron que podría haber desabastecimiento, ya que con los precios anteriores no les alcanzaban los ingresos, según dijeron, para comprar el barril a US$45.
Antes de aplicar este incremento, según cálculos del sector, los precios estaban atrasados 10% en relación con el precio de paridad de exportación (el valor que obtienen las petroleras por el petróleo exportado, restándole los costos de transporte y las retenciones) y 15% con respecto al precio de paridad de importación (si hubiese que comprar el crudo del exterior).
Es decir, con este aumento todavía habría que aplicar un nuevo incremento para que los precios de los combustibles en surtidor dejen de estar atrasados, pero no se espera que la actualización sea en el corto plazo.
Por otro lado, a medida que aumente el tipo de cambio, como los costos están en dólares y los ingresos en pesos, cada vez más los precios correrán por detrás.
Según explicó ante inversores el CEO de YPF, Sergio Affronti, hay que "mantenerse realistas de la delicada situación económica en la que entró el país, sobre todo luego de la irrupción de la pandemia", luego de que admitiera que los precios necesitaban un ajuste.
Por el lado de las productoras, encabezadas por Vista Oil, dicen que no hay faltante de stock de petróleo en las terminales, pero admiten que "debe haber un reacomodamiento" en los precios de surtidor.
Hasta ahora, la única refinería que hizo pública la necesidad de ajustar los precios fue YPF, que tiene aproximadamente el 55% del mercado del despacho de combustibles. El CEO Sergio Affronti lo admitió en una conferencia ante inversores, pero dijo que están analizando el impacto que tiene aplicar un aumento en el resto de la economía. Unos días antes, el presidente de YPF, Guillermo Nielsen, dijo que los precios tienen "un atraso significativo" y advirtió: "Peor que la nafta cara es que no haya nafta".
YPF y Axion -la refinería de Pan American Energy (PAE)- cuentan con su propia producción de petróleo, lo que ayuda a paliar un poco la situación. Pero en el caso de las refinerías no integradas como Raízen (Shell) y Trafigura (Puma Energy) la situación es más crítica porque deben comprarle el barril de petróleo a terceros.
Según dicen las refinadoras, las empresas petroleras están priorizando el mercado de exportación, luego de que el precio internacional del Brent -la cotización que se toma de referencia en el mercado local- se recuperara en torno de US$45 y tras la reducción de retenciones, que se aplicó con el decreto del barril criollo. De hecho, el precio de paridad de exportación está en torno a los US$40 y US$41, menor a los US$45 que debe pagar el mercado local.
Este incentivo a la exportación, que comenzó cuando el consumo local de combustibles estaba en niveles en torno al 60% a los pre-pandemia, continúa al mismo ritmo a pesar de que se está recuperando la demanda local y de que casi no hay más stock almacenado de naftas en las refinerías, como hubo cuando se frenó la actividad.
"Los productores exportan mucho crudo que en realidad se necesita en el mercado interno. Eso va en contra de la ley de hidrocarburos, que establece como prioridad abastecer el mercado interno y genera un serio riesgo de frenar a corto plazo la producción en refinerías, por falta de petróleo para procesar", explicaron en una de las empresas del sector.
Los precios en surtidor están atrasados 15% si se compara con el valor de paridad de importación y 10% en comparación con el de paridad de exportación Fuente: Télam
Las productoras, por su parte, comentan que todas las exportaciones que se hicieron fueron con los permisos concedidos por la Secretaría de Energía. "No hay ningún motivo para que se frenen las exportaciones de crudo liviano que están siendo fundamentales para dinamizar el sector y sostener niveles de actividad en un momento complejo por la pandemia global", indicó una de ellas.
Si embargo, esto generó una paradoja: que las refinerías soliciten permiso para importar petróleo para evitar el desabastecimiento. Trafigura ya pidió a la Secretaría de Energía autorización para importar nafta y gasoil, aunque todavía no fue aceptado. La situación, dicen, es complicada para septiembre, sobre todo para el abastecimiento de asfaltos y barcos.
En números concretos, las refinadoras dicen que, mientras están obligadas a comprar el petróleo a US$45 por barril, la venta de combustibles representa un costo equivalente de US$35. "Esto nos coloca en situación de pérdida estructural, a no ser que los precios de surtidor aumenten 20%", indican. Para poder pagar paridad de exportación de petróleo, en cambio, señalan que habría que aumentar el precio de combustibles al menos un 10%.
Los valores de las naftas y el gasoil no aumentan desde inicios de diciembre pasado, cuando el tipo de cambio mayorista valía $60 y el Brent estaba en US$63, pero ya en ese entonces las refinerías decían que los precios estaban atrasados. De hecho, Nielsen intentó aplicar un alza a fin de año que el Gobierno finalmente no autorizó.
Luego de casi nueve meses, la devaluación acumulada es de 18,2%, mientras que la inflación es de 17,6%. En abril, además, el Gobierno aumentó 30% el impuesto a los combustibles, que no se trasladó al surtidor, lo que hubiera significado un incremento del 5% en el precio de la nafta y el gasoil.
El mercado de combustibles no está regulado por el Estado -como sí sucede con las tarifas de gas y electricidad-, pero los gobiernos inciden sobre el precio a través de YPF. Según indicó el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, en una entrevista con LANACION, "al ser YPF mixta hay diálogo. Se dialoga con todos los operadores. Es una decisión que va a tomar YPF", al referirse al atraso en los precios.