Se observó una eficiencia entre el 60 y 79,9 %
El auge del gas natural (fuente fósil) ha llevado el aprovechamiento de la hidroelectricidad en el país hacia un estado de estabilización en el que no se genera el potencial de electricidad que se tiene, lo que hizo que la eficiencia no creciera en el tiempo estudiado.
Los países que generen mayor cantidad de energía por medio de esta fuente –como Paraguay– deberían evaluar y seguir sus prácticas de producción.
A estas conclusiones llegó un estudio que midió la eficiencia relativa de la generación eléctrica, adelantado por el ingeniero mecánico Michael Stivens Cifuentes Yate, magíster en Ingeniería Mecánica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá.
Para la medición se tomaron fuentes renovables y no renovables de energía, y además las toneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalente evitado.
“Se buscaba conocer cuáles eran los países más eficientes en generación eléctrica, sus principales fuentes de producción, y enfocar el análisis hacia la eficiencia comparando a Colombia con los otros países”, señala el ingeniero Cifuentes.
En estudios anteriores se encontró que por lo general a Colombia se la compara con países latinoamericanos como México, Venezuela y Ecuador, pero no hay investigaciones que lo compararen con países de Europa, Asia, África y Oceanía.
No compararse con otros países del mundo podría incluso hacer que Colombia refleje más eficiencia de la que realmente tiene, ya que la generación de electricidad en este continente puede ser menor que en Europa o en países como Canadá o Estados Unidos. Este estudio, dirigido por la profesora Gloria Isabel Rodríguez Lozano, de la UNAL Sede Bogotá, trató de ser más global.
“Esto pesa porque los inversionistas, los bancos y las agencias de energía alrededor del mundo están vigilando a qué país se le puede prestar dinero para llevar a cabo sus proyectos y cuál será rentable para que los préstamos puedan ser amortizados”, subraya el ingeniero Cifuentes.
Para estos análisis se utilizó un método matemático y una revisión bibliográfica sobre la manera como otros autores manejan estos estudios. Se utilizaron las bases de datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA), la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA) y la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena).
De la IEA se obtuvieron datos de la producción de energía de cada país a partir de todas las fuentes de energía; de la base de datos de la EIA se consultaron las capacidades de generación; y la Irena proporcionó los datos de CO2 equivalente evitado.
“Estas entidades tienen una calculadora con un registro –de 2000 a 2016– de los países que han acogido las energías renovables, y la Irena han calculado cuánto CO2 se está ahorrando determinado país en producir al cambiar ciertas energías fósiles por renovables”, explica el ingeniero Cifuentes.