Se les ha dicho al menos a dos de los importadores más pequeños de gas natural licuado (GNL) de China que eviten comprar nuevos cargamentos de Australia, un ejemplo más del impacto en el comercio de los lazos amargos entre los dos países.

Las empresas han recibido órdenes verbales de funcionarios del gobierno para evitar comprar GNL adicional de Australia para su entrega durante el próximo año, según personas con conocimiento de la directiva, que pidieron no ser identificadas ya que los detalles no son públicos.

Los importadores estatales más grandes que realizan casi el 90% de las compras no han recibido ninguna orientación y planean seguir comprando GNL australiano, dijeron comerciantes independientes, lo que indica que el impacto en las importaciones puede ser limitado.

Un fax en el que se solicitaban comentarios de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China, la principal agencia de planificación económica del país, no recibió respuesta.

Los compradores de GNL de segundo nivel de China representan alrededor del 11% de las importaciones totales de la nación asiática, según BloombergNEF. Las grandes empresas estatales (China National Offshore Oil Corp., China Petroleum & Chemical Corp. y PetroChina Co.) componen el resto.

Una serie de importaciones de productos básicos de Australia han sido objeto de aranceles o restricciones chinas a medida que las relaciones entre las dos naciones se han deteriorado en los últimos años, particularmente después de que Canberra buscara una investigación sobre los orígenes de la pandemia de coronavirus. China anunció la semana pasada que suspendería un diálogo económico ministerial, mientras que Australia está analizando la posibilidad de obligar a una empresa china a vender un contrato de arrendamiento a un puerto de importancia estratégica utilizado por los ejércitos australiano y estadounidense.

China importa más del 40% de su GNL de Australia, uno de los mayores proveedores del mundo, y no hay indicios de que se estén desviando las entregas, según los datos de seguimiento de buques compilados por Bloomberg. Australia envió el año pasado A $ 13 mil millones ($ 10 mil millones) en GNL a China, que sería difícil de reemplazar.

Los compradores de GNL más pequeños planean continuar con las importaciones de cargamentos australianos previamente comprados o contratados, dijeron las personas familiarizadas. Los impactos de las restricciones serán limitados ya que las empresas son menos activas en el mercado al contado que sus rivales más grandes, mientras que un reciente repunte de los precios también ha frenado su apetito por los envíos.

Si bien la medida de China probablemente solo tendrá un impacto insignificante en los productores australianos, plantea preguntas a más largo plazo sobre el comercio del combustible entre los dos países, dijo Saul Kavonic, analista de energía de Credit Suisse Group AG.

“La pregunta clave es si la situación puede escalar con el tiempo hasta el punto en que los compradores chinos busquen salirse de los compromisos contractuales y las posiciones de capital existentes”, según Kavonic. Los proyectos australianos podrían enfrentar desafíos materiales si China adopta "enfoques mucho más estrictos en los asuntos de riesgo compartido y revisiones de precios de contratos", dijo.

Los usuarios finales chinos se han mostrado reacios a firmar contratos de suministro de GNL a largo plazo con exportadores australianos o invertir en nuevos proyectos desde que las tensiones aumentaron el año pasado.

La directiva verbal se hace eco de la orden dada a las centrales eléctricas y acerías chinas el año pasado de detener las importaciones de carbón de Australia. Beijing también ha apuntado al GNL antes, agregando aranceles a las importaciones estadounidenses en 2018.