VICENTE NIEVES Y JAVIER BARRIOCANAL
Es probable que el mercado de petróleo siga siendo volátil hasta que haya claridad sobre la política de producción de la OPEP +. Y la volatilidad no ayuda a garantizar transiciones energéticas ordenadas y seguras, no beneficia ni a los productores ni a los consumidores", sentencia la Agencia Internacional de la Energía en su informe mensual. Los precios del crudo siguen subiendo en medio de la incertidumbre, lo que no ayudará a construir unos pilares fuertes para sostener la recuperación económica.
Un riesgo importante es que la falta de acuerdo en la OPEP (choque entre Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí) se prolongue y lleve al precio del petróleo a unos niveles que entorpezcan la recuperación económica, lo que a su vez podría frenar la transición energética, que quedaría en un segundo plano si la economía no termina de remontar.
Ahora mismo, el petróleo Brent cotiza en 75 dólares, unos precios que aunque elevados, aún son tolerables para muchas economías que está creciendo a buen ritmo, para otras puede ser un peligro. Pero la AIE advierte: "Aunque los precios en estos niveles podrían incrementar el ritmo de electrificación del sector del transporte y ayudar a acelerar las transiciones energéticas, también podrían frenar la recuperación económica, particularmente en los países emergentes y en desarrollo".
El mercado de petróleo se encuentra en un punto incierto. La expansión de la variable Delta del covid también plantea riesgos por el lado de la demanda, que se suman a los de la oferta. "Al mismo tiempo, la posibilidad de una 'guerra' por la cuota mercado, aunque sea remota, se cierne sobre los mercados, al igual que la posibilidad de que los altos precios del combustible aviven la inflación y dañen una frágil recuperación económica. La incertidumbre sobre el posible impacto global de la variante covid-19 Delta en los próximos meses también está moderando la confianza", sostiene el informe.
En junio, los precios minoristas de la gasolina en EEUU se situaron por encima de los 3 dólares el galón por primera vez en casi siete años. Los precios de los surtidores también han aumentado considerablemente en Europa. En India, los precios de la gasolina y el diésel se encuentran en su nivel más alto, lo que se suma a las presiones inflacionarias en medio de un repunte general de las materias primas. Los precios del combustible también están aumentando en Brasil, donde la inflación ha tocado máximos de cinco años.
"El estancamiento de las negociaciones de la OPEP + significa que hasta que se logre un compromiso, las cuotas de producción se mantendrán en los niveles de julio. En ese caso, los mercados petroleros se ajustarán significativamente a medida que la demanda se recupere de la caída provocada por el covid el año pasado", señala el informe del organismo internacional.
El exceso de inventarios (reservas de barriles de crudo y refinados) mundiales de petróleo que se acumularon el año pasado se han esfumado en unos pocos meses, y ahora mismo los inventarios de la OCDE están muy por debajo de los promedios históricos, advierte el organismo internacional.
"Se espera que el balance (oferta-demanda) de crudo sea especialmente ajustado. Las refinerías están aumentando rápidamente su actividad para satisfacer una mayor demanda", advierten desde la AIE.
Según los cálculos de la AIE, en el tercer trimestre de 2021 podría ver la mayor caída de inventarios de petróleo crudo en al menos una década. Además, las reservas de productos refinados también caerán a medida que los conductores frustrados por el confinamiento y las restricciones cojan la carretera en masa.
Los datos de movilidad muestran que los viajes en EEUU en las últimas semanas superaron con creces los niveles anteriores al covid. Nuestro pronóstico para la demanda mundial de petróleo se mantiene prácticamente sin cambios desde el Informe del mes pasado, aumentando 5,4 millones de barriles este año y otros 3 millones de barriles diarios en 2022.
Un transición energética inestable
Por otro lado, la falta de acuerdo en la OPEP y la expansión de la variante Delta están incrementando los niveles de incertidumbre en el mercado de petróleo, lo que podría crear importantes socavones en el camino de la transición energética.
La AIE cree que la inestabilidad en el mercado de petróleo puede impedir que se generen los incentivos adecuados para asegurar una transición energética estable.