Bajas reservas, competencia internacional y falta de renovables, son algunas de las causas de la disparada de precios en el continente
El productor de fertilizantes estadounidense CF Industries se ha visto obligado a parar la producción en dos fábricas del Reino Unido por el elevado precio del gas natural. Algunos analistas apuntan que puede ser ejemplo para otras compañías para evitar producir a pérdidas. La inflación en materias primas aumenta el riesgo de un descarrilamiento de la recuperación económica.
La remontada económica tras la pandemia está amenazada por la enorme crisis energética que se está generando en Europa, principalmente por la escalada de precios en el gas natural y la falta de reservas. La primera señal de alarma la ha emitido CF Industries, una compañía de fertilizantes de EE.UU. con fábricas en Reino Unido, que se ha visto obligada a tomar la decisión más dolorosa, paralizar la producción en sus instalaciones en las localidades de Ince y Billingham.
Según informó El Economista, la compañía alude a los altos precios del gas natural y no ha puesto fecha para volver a la actividad. La compañía de Illinois es un importante productor de fertilizante y en el actual mundo global su decisión puede tener consecuencias importantes. CF produce principalmente nitrato de amonio y afectará a los precios internacionales, explica Alexis Maxwell, analista de Bloomberg Intelligence.
Una decisión así solo la toma una compañía cuando producir con elevados costes ocasiona grandes pérdidas. Para el experto la parte más negativa es el mensaje que lanza al resto de la competencia. "El mercado leerá esto como que es probable que cierren otros productores europeos, y los precios del nitrógeno seguirán aumentando debido a la escasez de oferta", apunta Maxwell.
"No nos sorprendería ver más producción de nitrógeno y productos químicos en Europa inactiva en los próximos días hasta que los precios del gas se moderen", especula Joel Jackson, analista de BMO Capital Markets. Los precios elevados de los fertilizantes plantean problemas para la economía. Los agricultores ya soportan un fuerte incremento de costes por el transporte, a lo que habría que añadir también los productos químicos que se utilizan en las cosechas. Se puede avecinar un empujón mayor al precio de los alimentos.
En Francia, los altos precios de la energía están creando "presión inflacionaria sobre todos los costes" que terminarán traspasándose a los clientes, dice Pascal Leroy, vicepresidente de Roquette Freres , una empresa de procesamiento de alimentos con sede en el norte de Francia. Y el principal productor de azúcar de Francia, Tereos, advierte sobre el aumento de los precios del gas natural que elevan los costos de producción para la empresa "tremendamente".
No es un problema aislado del sector de los fertilizantes. Europa se va a enfrentar a problemas de suministro en energía este invierno. Los precios están comportándose ya como en una crisis energética.
Los precios del gas, electricidad y petróleo baten récords día a día. La escasez se focaliza en el gas natural. La producción interna es limitada y las aportaciones de Rusia y Noruega no serán suficientes. Ambos países luchan por aumentar sus reservas después de un invierno especialmente frío. Por estas fechas Europa ya debería hacer lo propio pero en estos momentos se encuentran en los niveles más bajos en más de una década para esta época del año.
BBC: TRES CLAVES DEL ALZA
José Carlos Cueto/BBC
Los precios de la electricidad llevan varias semanas a niveles récords y consumidores y empresas sufren pagando de su bolsillo facturas desorbitadas.
"Están desquiciados. En España ha habido subidas de hasta 15 euros de megavatio por hora de un día para otro. Es una barbaridad", dice a BBC Mundo Joaquín Giráldez, socio cofundador de Ingebau, una consultora especializada en energía en Sevilla, España.
El 15 de septiembre de 2020, el megavatio/hora en Alemania y Francia promediaba los 56 euros (US$66). El 15 de septiembre de este año promedió 166 euros(US$195), según la consultora global de energía y materias primas ICIS.
El mismo día, España registró 177 euros (US$200) por megavatio/hora. Un año antes costaba 50 euros (US$58), una subida de más del 150%.
Para aplacar el impacto en el consumidor, el gobierno de España, presidido por el socialista Pedro Sánchez, anunció esta semana una reducción de varios impuestos sobre los precios de la electricidad.
Otros gobiernos europeos también planean intervenir.
Analistas y organizaciones advierten que, de prolongarse la crisis, Europa podría enfrentarse a un duro invierno, con posibles apagones de electricidad, cierre provisional de fábricas y más subida de precios.
Un riesgo extra de muertes por frío y un lastre para la recuperación económica tras el varapalo de la pandemia.
En Reino Unido, por ejemplo, se estima que 10.000 muertes al año están vinculadas a habitar una vivienda sin climatizar, según la organización caritativa National Energy Action.
El disparatado precio del gas natural está detrás de esta tendencia alcista. Pero, ¿cómo se explica la frenética subida de este combustible? ¿Qué puede pasar con el resto de materias primas?
1. Bajas reservas
"La demanda mundial de gas ha aumentado sin que suba a la par la oferta. El megavatio de gas cotizaba alrededor de los 10 euros el año pasado. Ahora mismo ronda los 70 euros", explica Giráldez.
En plena transición ecológica, buscando fuentes de energía con menor impacto medioambiental, Europa depende del gas natural.
La combustión de esta fuente de energía emite mucho menos CO2 que el petróleo y el carbón.
El invierno es la época en que más se consume; clave para calentar hogares. También se utiliza en transporte y otros procesos industriales.
Cada verano, el continente repone sus reservas para afrontar los meses más fríos. Lo ideal es que a estas alturas haya un 90% almacenado, pero ahora mismo solo hay un 70% en países como España.
"Esto es horrible", califica Carlos Martín, de la consultora energética española Enerjoin.
"El invierno pasado fue duro y prolongado. La demanda de gas subió mucho. Se utilizó demasiado de las reservas", explica a BBC Mundo el analista Roy Manuell, de ICIS en Londres, Reino Unido.
Por otra parte, Martín dice que "en Europa no se han hecho los deberes a tiempo".
"Hemos tardado en comprar reservas esperando a que los precios del gas bajaran. Ahora nos hemos acercado peligrosamente a la época en que más se consume, cuando ya los precios se han comenzado a disparar", analiza Martín para BBC Mundo.
2. Competencia internacional
Al igual que Europa, Asia también ha sufrido un invierno muy frío. Esto se traduce en más demanda de gas desde países con gran población como China.
Además, la recuperación de la actividad económica tras varios meses ralentizada por la pandemia empuja todavía más la necesidad de quemar combustible.
"El problema de gas es global: China, Japón, Pakistán, Europa. Todos están afectados", dice Giráldez.
Europa suele abastecerse en gran parte del gas provisto por Rusia y Noruega.
Ambos países han sufrido varios problemas de suministro y, aunque este jueves se corrigió un 14% la tendencia alcista en precios por un reestablecimiento del flujo del gas noruego, los inventarios siguen en números críticos.
El ambicioso proyecto Nord Stream 2, un gasoducto desde Rusia hacia Europa a través del Báltico, no termina de ponerse a punto. Esa fuente alternativa también lastra las reservas.
"Europa ha tenido que buscar otras alternativas, pero los buques metaneros prefieren ir a Asia. Europa no puede competir contra Asia en precios", señala Martín.
"En nuestro continente también tenemos el problema de los derechos de emisiones de CO2, un 'papelito' que subastan los Estados miembro para que utilicen las empresas que emiten CO2. Pero estos derechos, en medio de la transición ecológica, son también muy caros", explica Giráldez.
3. Falta de viento
En la búsqueda de energías limpias, el viento y el sol ofrecen la alternativa fundamental a los denostados carbón y petróleo.
Sin embargo, depender de estas fuentes renovables conlleva un problema que ahora mismo es irremediable.
"Los políticos dicen que las renovables abaratarán el costo de la electricidad y que son maravillosas. Es cierto, pero estas no cubren el 100% de la demanda y, además, son intermitentes", dice Giráldez.
Este verano no ha habido mucho viento. Las turbinas no han podido crear suficiente energía.
"La generación de viento en Reino Unido y Europa ha sido muy baja en las últimas dos semanas. Menos del 15% de lo que normalmente se espera en septiembre. Se ha tenido que quemar más gas de lo normal también en verano", analiza Manuell.
El analista explica que esto podría resolverse con una mejora en la tecnología de almacenamiento. La energía del sol y viento que no se consuma, se almacena y así no se desperdicia. Pero todavía no existen dichas condiciones.
"Cuando no hay viento o sol, hay que seguir tirando del gas", dice Giráldez. "Es un problema puntual, pero a largo plazo será persistente", añade.
A corto plazo tampoco hay mucho por hacer. ¿Volverá el viento? "Sí", responde Manuell, "pero los precios se mantendrán altos durante el invierno".
Una época que los analistas auguran complicada si se repite la crudeza del año pasado.
"Si el invierno viene frío, vamos a tener problemas. Y no será de precio, será de suministro", teme Giráldez.
YouTube: El timo de los molinos de viento y la factura eléctrica
¿Qué deben hacer los inversores frente al alza de precios?
CARLOS MONTERO/INVESTING
Dejamos a atrás una semana muy volátil en los principales índices de renta variable, con un balance semanal ligeramente negativo. El S&P 500 retrocedió un 0,57% en la semana y el EuroStoxx 50 un 0,95%. Peor desempeño ofrecieron los índices asiáticos, especialmente el Hang Seng de Hong Kong con una caída semanal del 4,90%, que se contagiaron del caso Evergrande.
Este gigante chino del sector inmobiliario se encuentra virtualmente en default, suspendiendo pagos de deuda y generando un contagio en el sector inmobiliario. El gobierno ha designado un grupo de trabajo para tratar su situación y el Banco Central ha inyectado una cantidad record de liquidez en el sistema financiero para evitar una crisis de liquidez.
Parece que, a pesar de las dificultades de liquidez de esta compañía, su gran tamaño la hace demasiado grande para caer y volvemos a ver como las autoridades monetarias salen al auxilio evitando que se generen tensiones en el sistema financiero.
En la renta fija soberana se produjo un repunte de las TIRes tras una filtración donde el BCE alcanzaría su objetivo de inflación en 2025, lo que implicaría un adelanto en la subida de tipos simular a lo que ocurría en EE.UU. La TIR de la deuda española a 10 años cerró la semana en el 0,355% y la del Bund alemán en -0,2815%.
Las dos noticias destacables de la semana fueron el dato de inflación de EE.UU. y el repunte significativo de los precios de la electricidad que han provocado la intervención del Gobierno de España para intentar rebajar la factura generando incertidumbre regulatoria en el sector de las eléctricas y energía en general.
El dato de la inflación interanual en EE.UU. fue una décima inferior a la del mes anterior. Este dato índica que el repunte está remitiendo. Aunque todavía se encuentra por encima de la inflación objetivo, supone una relajación de los temores de inflación persistente y apuntala el programa monetario de la FED.
Al repunte de los precios de la electricidad vamos a tener que darle una mayor relevancia en los análisis y en su posible impacto en el mercado. Desde el punto de vista económico, la energía es un factor de producción cuyo precio afecta tanto a las empresas como consumidores. Para las empresas incrementa los costes de producción de sus productos y obliga a, o bien trasladar el coste a los consumidores (inflación) o bien a reducir sus márgenes (impacto en beneficios).
Para los consumidores, la subida del precio de la electricidad reduce su renta disponible, al tener que utilizar mayor porcentaje de sus ingresos al pago de suministros. Si además las empresas trasladan a sus productos el coste de la electricidad, el encarecimiento de la cesta de la compra reduce aún más la cesta de la compra y limita el consumo de otros bienes.
Esta situación puede suponer un riesgo para la recuperación económica en Europa en un momento crucial para retomar el crecimiento tras la pandemia. Si le unimos la subida de precios esto se parecería bastante al entorno de estanflación vivido en los 70. Una situación nada positiva ni para la renta fija ni para la renta variable.
Aunque todavía no estamos en este momento y en el futuro la tendencia del precio de la energía puede cambiar, deberíamos tenerlo en cuenta en nuestra construcción de carteras. Para ello conviene un aumento de exposición en renta variable a través de compañías de calidad, con poder de fijación de precios y por lo tanto capaces de proteger sus márgenes. Y por otro lado una reducción en renta fija donde el riesgo es asimétrico y los yields ofrecidos difícilmente aseguran rentabilidades reales positivas.
En este entorno es clave la gestión activa del ahorro para preservar el poder adquisitivo del patrimonio. La inversión en compañías de calidad, en bonos ligados a la inflación, en oro o en compañías vinculadas a megatendencias y temáticas como las energías renovables, es fundamental para una buena orientación en la preservación del poder adquisitivo a largo plazo de nuestras carteras.
La semana en la que entramos el hecho relevante desde el punto de vista macro económico es la reunión de tipos de la Fed. El mercado espera un mensaje de flexibilidad en su programa de compra de activos. No es de esperar sorpresas en este sentido ni afecciones importante en la tendencia del mercado tras esta reunión de la autoridad monetaria estadounidense.