INGRID GUTIÉRREZ

Cinco días consecutivos al alza han llevado al precio del petróleo a recuperar niveles en los que no se movía desde octubre de 2018, hace tres años. El barril de Brent de referencia en Europa supera los US$ 78.

Este encarecimiento inquieta a un mercado muy pendiente de la inflación, dado que puede presionar a los bancos centrales a actuar con más agresividad de lo previsto inicialmente para contener una escalada generalizada de los precios en plena recuperación de la pandemia y tiene impacto además en el bolsillo del consumidor.

Hay varios motivos que presionan al alza el precio del 'oro negro'. El fuerte aumento de la demanda en algunas zonas del mundo -el caso de la India es uno de los más evidentes-, donde la actividad ha retornado a niveles previos a la Covid, ha avivado las preocupaciones por el suministro. 

Los mayores productores están teniendo problemas para adecuar su oferta a las nuevas exigencias del mercado por la caída de la inversión que ha traído consigo la crisis sanitaria y porque las interrupciones de la producción mundial han obligado además a las empresas de energía a retirar grandes cantidades de crudo de los inventarios.

"No hay visos de que, cuando se reúnan los países de la OPEP+ a principios de octubre, vayan a variar su estrategia de seguir aumentando su producción en sólo 400.000 barriles al día cada mes, hasta alcanzar los niveles de producción que tenían antes de los recortes que se autoimpusieron cuando el precio del crudo estaba por los suelos, al comienzo de la crisis sanitaria", apunta Juan J. Fernández-Figares, responsable de Análisis de Link Securities.

El alza del petróleo también se ve propiciada por el fuerte incremento que están registrando los precios del gas, ya que éste se vuelve relativamente más barato para la generación de energía. Del mismo modo, los problemas generados con el huracán Ida tienen un impacto evidente. 

Royal Dutch Shell, una de las mayores petroleras del mundo, comunicó la pasada semana que la producción de dos de sus mayores campos petrolíferos del Golfo de México no reanudarán el bombeo hasta el próximo año debido a los daños ocasionados por el huracán. 

Esta interrupción afectará a la capacidad de producción en aproximadamente 300.000 barriles diarios. A ella se suma, por último el debilitamiento del dólar, que sirve de impulso del crudo porque es la moneda en la que éste se intercambia. Con todo ello, el barril de Brent se encarece ya un 51% en lo que llevamos de ejercicio. 

Mientras, el crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) se encarece un 54,57% hasta los US$ 75 que alcanza en la preapertura de las bolsas occidentales. También se mueve en máximos desde el último trimestre de 2018.

Goldman Sachs ha actualizado sus previsiones del precio de las materias primas y contempla que el crudo Brent finalice el año en los US$ 80 y que el Texas lo haga en el entorno de US$ 77.