Salga como salga la apuesta, la minería debe reconocerle al gobernador chubutense Mariano Arcioni su terca insistencia en pos de la aprobación de una zonificación que permita practicar la minería en la sedienta Meseta Central.
Arcioni no ha especulado en vísperas de unos comicios nacionales que tienen a Chubut como centro de atención por la suerte de una elección local que podría mover el fiel de la balanza en el país.
Sin ninguna necesidad, salvo su obsesión por la cuestión minera más allá de cualquier especulación electoral, el mandatario por Chubut Somos Todos, reiteró en la difícil Esquel, donde nació el movimiento "No a la Mina", que "tenemos que dar una discusión con respeto del proyecto de ley que ya tiene dictamen. La minería no debe ser un tema tabú y muchas personas por falta de conocimiento no la conocen. En eso estamos de acuerdo con el presidente del partido radical Alfredo Cornejo".
La cuestión minera es una papa caliente que ha tratado de evitar la clase política de la provincia patagónica. O de usufructuar por el Sí o por el No, de acuerdo a conveniencias o coyunturas. El amplio espectro de caciques del justicialismo en Madryn, Trelew, Rawson y Comodoro Rivadavia sabe mucho de estos zig zag.
Desde cuando vivía el prolongado y malogrado gobernador Mario Das Neves y después, hasta hoy, hay dos maneras de evitar a la minería en Chubut y de frustrar su proyecto más factible e importante, la explotación argentífera de Navidad: poniéndole palos en el andar o elevando la cuota de tributos y peajes hasta hacer insostenible el negocio de la explotación.
Arcioni lo sabe y también quienes aspiran a sucederlo en 2023. Más cerca de eso el 14-N donde se votarán tres bancas en el senado que obsesionan a Cristina y dos de las cinco plazas de la provincia en Diputados, es la batalla que viene.
Alberto volvió a desembarcar para achicar el pánico. La Casa Rosada a priori no podría remontar su derrota de las primarias 12-S y perdería dos de tres poltronas en la Cámara Alta. Tal vez por eso AF guardó silencio sobre la minería el pasado 18 en Comodoro y Madryn. Las pedradas de los anti minería, pro mapuches y kas díscolos del 13 de marzo en Chubut fueron un trago amargo y teste de fidelidad a la minería que hizo zozobrar al poder central.
Tras aquel insólito episodio en el que se la vio a la pareja del reivindicado por el kirchnerismo Facundo Jones Huala, se dice en Chubut que "los antis están tranquilos" pero la experiencia indica que estos grupos extremos y dispuestos a todo se activan y acosan a legisladores y funcionarios tan pronto se quieren mover los proyectos legislativos que pretenden cumplir el mandato de la le ley 5.001 de 2003 que estipulaba zonificar el territorio provincial para habilitar faenas mineras.
Arcioni no le teme al pinchazo ni a los efectos colaterales de la vacuna pro minería y ha mandado a su elenco a dar la cara por la actividad que podría revolucionar el aparato productivo, diversificar las opciones económicas, sanear finanzas y sobre todo dar una oportunidad inédita al extenso páramo de la meseta que por su magra demografía ha sido condenada al ninguneo de conservadores y progres.
Después de las elecciones que hoy absorben toda la energía política quedarán un puñado de sesiones en la Legislatura de Rawson en que el oficialismo podría intentar el debate de la Ley 128.
Esa si que será una contienda trascendental por donde se la mire. Y un desafío para la coherencia histórica del pensamiento peronista pro industria y desarrollo. Además de un reto para el temple de Mariano, el insistidor.
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