Chile era el país más adecuado en América Latina para instalar una nueva fundición
El estudio “Análisis económico de las cadenas globales de valor y suministro del cobre refinado en países Latinoamericanos” fue realizado en el marco del Programa de “Cooperación regional para la gestión sustentable de los recursos mineros en los países andinos" con el objetivo de evaluar económicamente las vulnerabilidades y oportunidades de la cadena global de valor del cobre refinado.
Se concluyó que Chile era el país más adecuado en América Latina para instalar una nueva fundición refinería y que ello no constituiría un aumento de capacidad de fundición, debido al potencial cierre de varias fundiciones existentes en Chile durante esta década.
Una primera vulnerabilidad identificada, que es la perdida creciente de capacidad negociadora de las tarifas de tratamiento y refinación de la industria minera del cobre en América Latina, sería abordada solo en forma marginal en la práctica, debido al hecho que la capacidad de fusión no aumentaría.
El efecto demostrativo de establecer una nueva fundición en América en décadas, sin embargo, constituiría una prueba que ello es posible, y que podría repetirse.
La instalación de una nueva fundición refinería en Chile representa una oportunidad para demostrar que el manejo integral de la cadena de valor del cobre refinado puede traer beneficios para reducir sustancialmente la huella de carbono del cobre de mina y para lograr carbono-neutralidad.
También es una oportunidad para elevar la reputación de la industria de fundiciones y refinerías en el país, mediante el manejo, reciclaje, y reuso de los residuos, y mediante la integración efectiva del sector académico tecnológico para desarrollar tecnologías que puedan procesar sustentablemente los cada vez más complejos minerales y concentrados de cobre, utilizando menos energía, agua y territorio.
Finalmente, el rol del Estado en esta empresa es crucial como habilitador e incentivador de esta inversión, en el entendido que se trata de una inversión estratégica para el desarrollo del país, y qué, por tal motivo, no puede esperarse que el mercado por sí solo resuelva este desafío.
Además, el Programa busca favorecer una gestión más sostenible de la actividad minera en los países andinos a partir de una integración transparente en las cadenas globales de suministro y la incorporación de información y salvaguardas sociales y ambientales en el análisis económico del sector.
Adiferencia de lo que ocurre con el uso del cobre refinado, América Latina es clave en la producción de cobre de mina. En 2020, Chile produjo 27,9% de este, Perú un 10,3%, México un 3,7%, Brasil un 1,7% y Ecuador un 0,2%.
Es decir, América Latina produjo el 43,8% del cobre de mina mundial en 2020 (9,21 millones de toneladas), mientras que en 1990 esta cifra era 24,1% (2,24 millones de toneladas) (WBMS,1994). Entretanto la capacidad de fusión de América Latina decreció desde constituir el 21,9% del mundo en 1990 a ser el 11,2% en 2020 (WBMS,1994;Incomare,2021).
Estas cifras significan que mientras la primera parte de la cadena de valor del cobre refinado creció al doble en América Latina desde 1990, el segmento final de ella decreció a cerca de la mitad. Ello enfatiza la necesidad de examinar la cadena devalor del cobre refinado, insumo clave de la industria semimanufacturera y de la industria manufacturera que utiliza el cobre.
El 84,5% del cobre refinado que se usaba en el mundo en 2020, de un total de 23,05 millones de toneladas (Incomare, 2021), se extraía de yacimientos, que son zonas con una concentración de metales muy por sobre el promedio que contiene la corteza terrestre (0,3% a 6%), la que tiene, estimativamente, 67 ppm, es decir 0,0067% de cobre (Greenwood and Earnshaw, 1984).
La investigación muestra que la cadena de suministro del cobre refinado se encuentra amenazada en América Latina, pero que los países que actualmente tienen capacidad de fundición, en particular Chile y Perú, se verían beneficiados por la instalación de una nueva fundición.
Los resultados contribuyen a la discusión de políticas públicas que favorezcan la generación de enlaces positivos entre la actividad extractiva, la innovación, el desarrollo de capacidades técnicas y científicas, los encadenamientos productivos y la agregación de valor, en concordancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
El documento fue ejecutado por la CEPAL en conjunto con la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ), y financiado por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ).