Como mayor exportador de crudo del mundo, la economía de Arabia Saudita está estrechamente ligada a la salud del mercado mundial del petróleo, a pesar de los importantes esfuerzos realizados para diversificar y promover su sector privado.

En una declaración presupuestaria emitida el 12 de diciembre, el reino señaló el papel desempeñado por los recortes de producción de la alianza OPEP+, junto con el despliegue mundial de vacunas, en el apoyo de una subida del 69,5% de los precios del Brent de enero a octubre.

De hecho, a pesar de una caída del 3,4% en la producción de crudo saudí en enero-octubre, con 8,9 millones de b/d, en comparación con los mismos meses de 2020, se prevé que los ingresos totales del reino en 2021 aumenten a 930.000 millones de riales (US$ 248.000 millones) desde los 782.000 millones de riales (US$ 208.000 millones) de 2020.

Para el año fiscal 2022, el reino espera que los ingresos se sitúen en 1,045 billones de riales (US$ 279.000 millones), un aumento del 12% respecto a 2021, ya que los recortes de la producción de la OPEP+ siguen su curso.

Los gastos, en cambio, se reducirán de 1,015 billones de riales (US$ 271.000 millones) en 2021 a 955.000 millones de riales (US$ 255.000 millones) en 2022.

Tras un déficit fiscal previsto del 2,7% del producto interior bruto este año, Riad estima que logrará un superávit de 90.000 millones de riales (US$ 23.990 millones), o el 2,5% del PIB, el próximo año, su primer superávit desde que entró en déficit tras el desplome de los precios del petróleo en 2014.

Este nivel de ingresos convertirá un déficit presupuestario del 2,7% en un superávit del 2,5% y se prevén nuevos superávits para 2023 y 2024.

"El reino busca -a través de su política petrolera y sus esfuerzos para apoyar el acuerdo OPEP+- aumentar gradualmente sus niveles de producción para apoyar la estabilidad de los precios del petróleo y lograr un equilibrio entre la demanda y la oferta para hacer frente a posibles riesgos en el lado de sus ingresos petroleros", dice la declaración presupuestaria.

La OPEP y sus aliados han estado reduciendo de forma constante los históricos 9,7 millones de b/d de recortes de producción que aplicaron durante lo peor de la pandemia en la primavera de 2020, en 400.000 b/d cada mes, aunque la debilidad estacional de la demanda prevista para el primer trimestre ha llevado a algunas especulaciones de que la alianza podría considerar una pausa.

Los ministros de la OPEP+ se reunirán nuevamente el 4 de enero para decidir los niveles de producción de febrero.

La cuota de enero de Arabia Saudita en virtud del acuerdo es de 10,12 millones de b/d, lo que supone 880.000 b/d menos que su objetivo de 11 millones de b/d una vez que los recortes de la OPEP+ se reduzcan por completo, lo que se espera que ocurra a finales de 2022.

Balance fiscal de Arabia Saudita

Diversificación de la economía

Los analistas de Al-Rajhi Capital, con sede en Riad, señalaron que los gastos proyectados para 2022 requerirían un precio del Brent de equilibrio fiscal de alrededor de US$ 65 por barril, mientras que la estimación de los ingresos parecería basarse en un precio de US$ 75 por barril, dada la división de aproximadamente 60/40 entre los ingresos petroleros y no petroleros de Arabia Saudita.

S&P Global Platts valoró el Brent fechado en 74,32 $/b el 10 de diciembre.

El presupuesto señala que la OPEP ha previsto que la demanda mundial de petróleo crezca un 4,3% en 2022 para alcanzar los 100,8 millones de b/d, frente a los 96,6 millones de b/d de 2021.

Los grupos de análisis e instituciones financieras han pronosticado para 2022 que los precios del petróleo oscilarán entre 65 $/b y 90 $/b.

También reconoce los riesgos asociados a la incierta trayectoria de la pandemia de coronavirus, así como la persistencia de los problemas de la cadena de suministro mundial y el aumento de la inflación, que podrían presionar los mercados del petróleo.

Arabia Saudita pretende desprenderse de su dependencia de los ingresos del petróleo fomentando sus industrias no petroleras, en gran medida a través del célebre programa Visión 2030.

Las cifras de ingresos en la declaración presupuestaria muestran que los sectores no petroleros han crecido de forma constante durante la última década y son mucho menos volátiles que los ingresos del petróleo, que siguen los giros de los precios del crudo.

Los niveles de deuda del reino se sitúan en torno al 25,9% del PIB, y se espera que se reduzca al 25,4% en 2024, debido a los superávits previstos.

El príncipe heredero Mohammed bin Salman "destacó el papel de liderazgo que está desempeñando el reino en la estabilización de los mercados energéticos", en un comunicado recogido por la agencia oficial de prensa saudí, al tiempo que destacó el crecimiento del 5,4% del PIB no petrolero hasta el tercer trimestre.