SILVIA NAISHTAT
No cabe duda que sobra gas en Vaca Muerta, la segunda reserva del mundo. Pero el problema es que por esa procrastinación tan argentina, el gasoducto para transportarlo a las zonas de mayor consumo y que debería haber estado listo hace ya unos años, recién se licitará a fin de mes y con mucho viento a favor podrá utilizarse a fines de 2023.
En el medio apareció como un cisne negro: la dramática invasión rusa a Ucrania y el precio del gas que escaló hasta los US$ 60 por millón de BTU. La nueva realidad está tensando tanto las cosas que hasta se pelean en público por fondos el secretario de Energía, Darío Martínez y su jefe, el ministro Guzmán.
Lo cierto es que vienen otros dos inviernos en que se hará patente un multimillonario gasto en dólares que se podría haber evitado.
Escrutinio
Tal vez para no someterse a ese escrutinio, este lunes los funcionarios de Energía en la que es la mayor exposición del sector han decidido no recorrer ningún stand y mostrarse apenas en el cóctel de inauguración oficial.
Dario Martínez secretario de energía Foto Federico Lopez Claro - RGonzalez gonzalez
De forma muy simplificada, el gasoducto Néstor Kirchner sale de Neuquén y consta de dos tramos. La apertura de los sobres de la licitación el próximo 31 de marzo, según aseguran fuentes de Energía, no se postergará. Y la elección no es solo en función del precio sino también de la velocidad. El año pasado mientras el gobierno reconocía a los productores locales US$ 4,70 el millón de BTU la forma en la que se paga el gas, se importaba a US$ 8,5.
Este año a un precio que se anticipa en torno a US$ 40, se suma otra complicación. Bolivia no produce como antes, algo que los petroleros atribuyen a la estatización de yacimientos. En vez de los 14 millones de metros cúbicos diarios reduce entregas a 11 millones. Si el invierno es seco, las ce ntrales hidráulicas tampoco responderán.
Claro que el gasoducto no es solo es un caño nuevo y de mayor capacidad. El primer tramo, que implica un desembolso de US$ 1.200 millones, es para 24 millones de metros cúbicos de gas adicionales a las zonas de mayor demanda. El segundo tramo insume US$ 1.000 millones y entre ambos se completarían 44 millones de metros cúbicos extras por día lo que permitirán abastecer totalmente.
La construcción en la primera etapa incluye las obras entre Tratayen en Vaca Muerta, Neuquén y Salliqueló en la provincia de Buenos Aires. Y entre las bonaerenses Mercedes y Cardales, la ampliación del Gasoducto NEUBA II, la construcción de los tramos finales en la zona metropolitana (Amba Sur y Amba Norte), la reversión del Gasoducto Norte y la ampliación del Gasoducto Centro Oeste.
La segunda etapa contempla la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner entre Salliqueló y San Jerónimo en Santa Fe, la culminación de la reversión del Gasoducto Norte, la ampliación de la capacidad de transporte a San Jerónimo y un aumento de Compresión en Aldea Brasilera que es el gasoducto de Entre Ríos.
Las empresas, listas
Marcelo Mindlin
Hay grupos listos. Es el caso de Pampa que invertirá US$ 400 millones este año en 13 áreas de producción y 5 de exploración en sus cuencas. Pampa, bajo la batuta de Marcelo Mindlin , es co-controlante de Transportadora del Gas del Sur que transporta el 60% del gas consumido en el país.
Los planes apuntan a elevar 60% la producción de 2020 para alcanzar 11,4 millones de metros cúbicos por día en el invierno. En el yacimiento El Mangrullo, a 50 kilómetros de Cutral Co en Neuquén están realizando 20 nuevos pozos y una nueva planta de tratamiento de gas en la que trabajan 800 personas.
Paolo Rocca y el jefe de Gabinete, Juan Manzur
Otro tanto pasa en Tecpetrol, la controlada de Techint, que aporta el 14% del gas de la Argentina y se encamina a otro récord. En Fortín de Piedra en Vaca Muerta en 243 kilómetros produce 17,5 millones de metros cúbicos de gas que subirá otro 20%. El gas está, aún falta el gasoducto.