Joe Biden indicó que "no puede tomar medidas inmediatas" para reducir los precios récord de la gasolina
AMARA OMEOKWE Y ANDREW DUEHREN
El Presidente Biden advirtió que es poco lo que la administración puede hacer a corto plazo para reducir los altos precios de la energía y de los alimentos, mientras la Casa Blanca lucha por contener las consecuencias de la altísima inflación.
El aumento de los precios se ha convertido en una gran responsabilidad para el mandatario y el Partido Demócrata, que tratan de reforzar su posición entre los votantes de cara a las elecciones de mitad de mandato de noviembre.
“Hay muchas cosas que están sucediendo en este momento, pero la idea de que vamos a ser capaces de, ya sabes, presionar un interruptor y bajar el costo de la gasolina, no es probable en el corto plazo, ni tampoco lo es con respecto a los alimentos”, declaró Biden.
Los precios de la gasolina alcanzaron el miércoles un récord de 4,67 dólares por un galón de gasolina normal, según la AAA (American Automobile Association). Mientras tanto, la inflación anual tiende a superar el 8%, un máximo de cuatro décadas, según el índice de precios al consumo del Departamento de Trabajo.
“No podemos tomar medidas inmediatas, que yo sepa, para averiguar cómo vamos a bajar el precio de la gasolina a 3 dólares el galón”, dijo Biden, respondiendo a las preguntas de los periodistas. “Pero podemos compensar con la reducción de otros costos necesarios para las familias”, aclaró.
El jefe de Estado comentó además que se podrían aumentar los impuestos a las empresas y a los ricos para ayudar a pagar la reducción del déficit y aliviar a las familias. Sostuvo que esos planes, que los demócratas están discutiendo en el Congreso, no serían inflacionarios.
Sin embargo, para conseguir la aprobación de los aumentos de impuestos, a los que los republicanos se oponen firmemente, Biden necesitaría el apoyo de manera unánime de su propio partido en el Senado, un objetivo que le ha sido esquivo durante meses.
Las declaraciones de Biden siguieron luego de un comentario de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en la televisión el martes por la noche, ya que se había equivocado en la trayectoria de la inflación durante el año pasado.
En conjunto, las declaraciones muestran la profundidad del desafío al que se enfrenta la administración a la hora de discutir la inflación, que ha dominado el panorama económico y político, y ha frustrado a los funcionarios de la Casa Blanca.
Como parte de un impulso más amplio para abordar públicamente la inflación, Biden, en un artículo de opinión en The Wall Street Journal, argumentó que la administración está abordando el aumento de los precios y que la economía en general sigue siendo fuerte. Los funcionarios del gobierno también reconocen cada vez más que la Reserva Federal, que es en gran medida independiente de la administración Biden, desempeña el papel más importante en la lucha contra la inflación.
Dada la persistencia de los altos precios, así como la dificultad para frenar su aumento, será difícil remodelar la visión de los estadounidenses sobre la economía en los próximos meses.
“Este va a ser el tema que defina las elecciones de mitad de mandato”, advirtió Ken Spain, un consultor político republicano que ayudó a dirigir los esfuerzos de mensajería para los republicanos de la Cámara de Representantes en 2010. “Este tema está ahora arraigado en la mente de los votantes estadounidenses y será muy difícil cerrar la brecha de aquí a noviembre”, agregó.
Jason Furman, uno de los principales asesores económicos del entonces presidente Barack Obama, dijo que el impulso de la mensajería más amplia representó la articulación más clara y coherente que Biden ha dado sobre la inflación hasta ahora.
“Creo que hay una sensación de que han estado diciendo cosas y que no todas han llegado a buen puerto”, comentó Furman sobre la administración. El renovado impulso “es una forma de recordar a la gente, en cierto sentido, lo que ya están haciendo al respecto, al mismo tiempo que queda completamente claro que entienden el dolor que siente la gente”, añadió.
Por otra parte, el aumento de los precios amenaza con eclipsar varios puntos positivos de la economía, como la baja tasa de desempleo y el aumento del empleo.
A finales de abril había 11,4 millones de puestos de trabajo vacantes, según informó el miércoles el Departamento de Trabajo. Esta cifra está justo por debajo del nivel más alto registrado desde el año 2000, establecido el mes anterior, y casi duplica el número de estadounidenses desempleados que buscan trabajo. Los economistas pronostican que el informe de empleo del viernes mostrará la tasa de desempleo de mayo igualando el mínimo de medio siglo establecido justo antes de que comenzara la pandemia.
Mientras tanto, el sector manufacturero estadounidense se expandió a un ritmo más rápido en mayo, a pesar de enfrentarse a las limitaciones de la cadena de suministro, anunció Institute for Supply Management.
Pero aunque la administración deposita sus esperanzas de controlar la inflación en la Reserva Federal (FED), los movimientos del banco central también corren el riesgo de detener la economía, y algunos pronósticos proyectan una recesión en los próximos años.
Por su parte, el presidente de JPMorgan Chase & Co., Jamie Dimon, dijo el miércoles en una conferencia de inversores que ve un riesgo creciente de desaceleración económica al hablar de la capacidad de la Fed para frenar la inflación.
“Ese huracán está justo ahí, en el camino que viene hacia nosotros”, sostuvo Dimon. “Sólo que no sabemos si es uno menor o la supertormenta Sandy. Hay que prepararse”, agregó.
A su vez, la Fed comenzó el miércoles a reducir su cartera de activos de 9 billones de dólares, que se ha duplicado desde marzo de 2020 al embarcarse en un programa de estímulo masivo.
El banco central permitirá que hasta 17.500 millones de dólares en títulos hipotecarios y 30.000 millones de dólares en bonos del Tesoro venzan cada mes como parte de un plan para reducir pasivamente sus tenencias a través del desgaste.
La rentabilidad del bono del Tesoro estadounidense a 10 años avanzó el miércoles hasta 2,930%, desde 2,842% del martes. Los rendimientos y los precios de los bonos se mueven de forma inversa.
La Casa Blanca está planeando una campaña de mensajes económicos que comenzó esta semana y que se extenderá durante todo el mes de junio. Como parte de ella, Yellen apareció el martes por la noche en CNN, donde dijo que sus proyecciones sobre la inflación eran erróneas en las declaraciones que hizo el año pasado, cuando los precios al consumo comenzaron a subir.
“Creo que me equivoqué en ese entonces sobre el camino que seguiría la inflación”, comentó Yellen a CNN. “Ha habido grandes e imprevistos choques en la economía que han disparado los precios de la energía, de los alimentos, y las trabas de la oferta que han afectado gravemente a nuestra economía, y que yo, en ese momento, no entendía del todo”, añadió.
Asimismo, un funcionario de la Casa Blanca sostuvo que los comentarios de Yellen sobre estar equivocada estaban “señalando que ha habido sacudidas en la economía que han exacerbado las presiones inflacionarias que no se podían haber previsto hace 18 meses.”
El año pasado, los funcionarios de la administración afirmaron en repetidas ocasiones que esperaban que la elevada inflación fuera temporal. En marzo de 2021, Yellen declaró en una entrevista con ABC que la economía estadounidense se enfrentaba a un “pequeño riesgo” de inflación. “Creo que es manejable”, dijo.
Los funcionarios del gobierno de Biden sostuvieron que sus políticas -en concreto, un paquete de ayuda de 1,9 billones de dólares aprobado el año pasado- han impulsado la recuperación económica de Estados Unidos, al mismo tiempo que rechazan en su mayoría la idea de que sus acciones contribuyan de forma significativa a la inflación, como comentan muchos republicanos.
“Algunos tienen una curiosa obsesión por exagerar el impacto del Plan de Rescate mientras ignoran hasta qué punto la alta inflación es global”, escribió el asesor de la Casa Blanca Gene Sperling en un tuit el miércoles, mientras que señaló que los precios de la energía se han visto exacerbados por la guerra de Rusia en Ucrania.
Incluso si la FED es capaz de reducir rápidamente la inflación, los votantes pueden no dar crédito a la administración de Biden, dijo Brian Riedl, un exasesor presupuestario republicano que ahora es un miembro senior del Instituto Manhattan.
“Aunque la inflación se detenga, el costo de vida sigue siendo mucho más alto que hace un año, sólo que no se está acelerando”, comentó Riedl. “Todo lo que se hace para dominar la inflación es detener la hemorragia. No soluciona los altos precios”, concluyó.