El mercado del oro se mantiene firme en un territorio relativamente neutral, cotizando en un estrecho rango entre US$ 1.800 y 1.850 la onza; sin embargo, algunos analistas de materias primas son optimistas en cuanto a que el oro podría atraer de nuevo el interés de los inversores desencantados con la caída de los mercados financieros y el desplome de las criptomonedas.
En 2021, la subida del precio del bitcoin hasta alcanzar su máximo histórico de US$ 65.000 lastró la evolución del precio del oro. De hecho, algunos analistas afirmaron que el repunte de la principal criptomoneda redujo el precio ideal del oro hasta en US$ 200.
Como señalan desde Kitco News, muchos inversores consideraban al bitcoin y demás criptomonedas como un mejor depósito de valor que el propio metal precioso. Una situación que ha cambiado de forma radical en las últimas semanas, después de que el bitcoin cayera por debajo de los US$ 18.000 y el ethereum, por debajo de los US$ 900.
Para Kristina Hooper, de Invesco, el desplome de las criptomonedas refuerza el valor del oro: “solo hay un activo que históricamente tiene las cualidades de ser una cobertura contra la inflación y el riesgo geopolítico, y no son las criptomonedas precisamente”.
Muchos analistas han subrayado que las criptodivisas han caído al mismo tiempo que los activos de riesgo como la renta variable, mientras la Reserva Federal sigue endureciendo su política monetaria para tratar de contener la inflación y, de paso, frenar la economía.
Estas medidas de la FED han reducido la liquidez del mercado, lo que ha afectado a los activos de mayor riesgo. Así, el bitcoin ha bajado más de un 70% desde sus máximos históricos de 2021. Solo en lo que llevamos de 2022, la moneda digital ha perdido más del 50% de su valor.
No solo es una cuestión que afecte al bitcoin y otras criptomonedas: muy pocos activos financieros están funcionando bien en el entorno económico actual. El S&P 500, índice bursátil estadounidense, ha registrado una caída del 23% en 2022. Y los bonos del Tesoro estadounidense, que suelen considerarse como un activo refugio, han perdido valor en el año.
Para Robert Minter, director de inversiones en ETF de abrdn, en el entorno actual, a medida que los tipos de interés y la inflación aumentan, los inversores deberían buscar activos sólidos para sus carteras, en las que siempre debería estar presente el oro y los metales básicos, que son una excelente cobertura frente a la inflación: “en definitiva, uno quiere algo real en su cartera. Quieres algo que si se te cae en el pie, te va a doler”.
Por su parte, George Milling-Stanley, estratega jefe del mercado del oro en State Street Global Advisors, cree que la caída del bitcoin demuestra que es otro activo de riesgo: “el oro empieza a parecer cada vez más el último valor atípico. Espero que el metal precioso mantenga su valor. Hay muchas posibilidades de que, a medida que otros activos caigan, el rendimiento relativo del oro se vea aún mejor”.