MARTÍN DINATALE
Se titula el "Libro Blanco. La seguridad de la tecnología china y el proyecto Atucha III". Está guardado bajo llaves, contempla un amplio justificativo político-técnico por el cual la Argentina debería construir la nueva central nuclear bajo auspicio de China, hay duras críticas a Estados Unidos y constituye la herramienta de presión del kirchnerismo para que el ministro de Economía, Martín Guzmán, avance con la propuesta de Beijing.
El texto que contempla 90 páginas y fue elaborado por el grupo de funcionarios que responden a Cristina Kirchner desde la Secretaría de Energía que lidera Darío Martínez y la estatal Nucleoeléctrica Argentina S.A.
Según se pudo saber, el documento al que tuvo acceso El Cronista ya fue girado al despacho de Guzmán y ahora se espera que tanto el ministro de Economía como el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz le den el visto bueno para avanzar con el contrato financiero para llevar adelante una obra gigantesca que tiene un costo de US$ 8.500 millones y percibe objeciones de Estados Unidos.
El "Libro Blanco" de Atucha III tiene cinco capítulos y además de los detalles técnicos con datos de la tecnología Hualong de China que la Argentina se propone construir la nueva central nuclear, detalla una respuesta política a los cuestionamientos que hizo Washington sobre el tema.
"El reactor tendrá una potencia de 1200 MWe y estará ubicado en el Complejo Nuclear Atucha, en Lima, partido de Zárate, donde ya funcionan las centrales nucleares Atucha I y Atucha II", dice el documento en el prefacio inicial.
También sostiene que la construcción de una nueva central nuclear que fue acordada entre los presidentes Alberto Fernández y Xi Jinping "permitirá sostener la diversificación de la matriz energética y asegurar el suministro de energía confiable, segura y limpia".
Y aclara que Atucha III "tendrá una vida útil inicial de 60 años y permitirá ampliar las capacidades nucleares nacionales gracias a la transferencia de tecnología para la fabricación local de elementos combustibles nucleares". ·
A la vez, destaca como eventuales "beneficios" de la nueva central de China los siguientes datos:
+ Atucha III tendrá un rol central en la contribución argentina hacia un mundo con energía baja en carbono mientras permite el abastecimiento de más de 3 millones de habitantes.
+ Evitará la emisión de 3,5 millones de toneladas de CO2 por año.
+ Permitirá complementar las capacidades actuales con vistas a la comercialización futura del reactor CAREM (CNEA) que la Argentina podría exportar al mundo.
+ Reemplazará el consumo de 1.646 millones de m3 anuales de gas natural (vs. Ciclo Combinado), liberando ese volumen para consumo o exportación.
+ Creará 7000 empleos directos y 1400 indirectos durante la obra y 700 empleos estables para su operación.
CRITICAS A ESTADOS UNIDOS
Pero más allá de los datos técnicos que elaboró Nucleoeléctrica Argentina junto con la Secretaría de Energía a cargo de Darío Martínez, el documento que llegó a manos de Guzmán contempla un pasaje de alto contenido para la geopolítica mundial.
Es que allí hay un duro cuestionamiento a la visita que hizo a la Argentina el 6 de abril de 2022 una delegación liderada por la subsecretaria Adjunta de Política de No Proliferación en la Oficina de Seguridad Nacional y No Proliferación del Departamento de Estado, Ann Ganzer.
Allí el informe del kirchnerismo destaca que "la delegación estadounidense presentó una serie de cuestionamientos a la tecnología que será usada en el proyecto Atucha III. Las mismas podrían resumirse en lo que, en su consideración, son deficiencias en la industria nuclear civil de China, falta de transparencia y de independencia en organismos del ámbito nuclear, incumplimiento de la normativa internacional, problemas técnicos en el diseño y baja calidad de suministros".
Ante esas supuestas objeciones que dejó en su visita a varios integrantes del gobierno la delegación de Estados Unidos, desde Nuclelectrica y la Secretaría de Energía respondieron en el "Libro Blanco" de Atucha III que "las premisas descriptas fueron sustentadas por una serie de artículos periodísticos de diferentes fuentes, agrupados en un cuadernillo titulado "Information of Interest on the People's Republic of China's Civil Industry. Ninguno de estos recortes mostró sustento de carácter técnico o provenir de organismos de referencia del ámbito nuclear".
A la vez, el documento de Energía agregó sobre la visita de Ganzer que "entre la información proporcionada se presentó un estudio genérico realizado por la Agencia de Defensa de reducción de Amenazas del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, cuyo objetivo es el de mostrar las posibles consecuencias catastróficas que podría tener un accidente nuclear en el sitio de emplazamiento planteado para la central".
Ante esto, el "Libro Blanco" sostiene que Estados Unidos "omite la información de cuan robusto es el diseño de los sistemas de seguridad de la tecnología HPR1000 en documento de la referencia".
Y remata diciendo: "cuando esa reseña proviene del país que tiene la mayor cantidad de centrales nucleares en operación de todo el mundo (93 en operación y 3 en construcción) sólo se puede pensar en intereses direccionados a evitar el desarrollo técnico en el área nuclear de nuestro país".
En tanto, acto seguido a estas objeciones el documento comienza a enumerar todos los detalles técnicos para defender el acuerdo de la Argentina con China.
El informe también remarcó que el acuerdo con China se trata del contrato por la ingeniería, suministros y construcción para la compra "llave en mano" de la central nuclear de referencia. Y subraya que "las Partes valoraron la cooperación estratégica en el ámbito de los usos pacíficos de la energía nuclear y, recordando el Acuerdo entre Gobiernos para la Cooperación en este campo, alentaron el desarrollo de nuevos proyectos en áreas vinculadas a la producción de medicina nuclear, radioisótopos y tecnología nuclear, entre otros."
Este informe que llegó a manos de Guzmán y de Beliz fue leído previamente por Cristina Kirchner. La decisión de presionar al ministro de Economía y al Secretario de Asuntos Estratégicos es clara ante los reparos que estos funcionarios habrían impuesto al proyecto con financiamiento de China.