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ESCENARIO
Petróleo tenso: Mercados, Arabia Saudita y fracking
EL ECONOMISTA/ENERNEWS

Arabia Saudita asegura que está al borde de llegar a su techo de producción. El precio del barril podría dirigirse de nuevo a los US$ 120 por unidad

25/07/2022

VICENTE NIEVES

Los precios del petróleo se han enfriado en las últimas semanas. El miedo a una recesión ha llevado al crudo Brent, de referencia en Europa, a perder momentáneamente los US$ 100 por barril. Sin embargo, esta caída podría tratarse de un simple 'descanso'.

El mercado de petróleo físico (el crudo que se comercia hoy al contado y no a futuro) sigue mostrando una tensión histórica (hay gran demanda de crudo y la oferta muestra cierta rigidez), lo que mantiene al mercado en su estructura de backwardation, un palabro que describe esa tensión (hay más demanda inmediata que oferta y por eso el petróleo físico o spot es más caro que el petróleo a futuro).

La capacidad ociosa de producción a nivel global es escasa y está muy concentrada en dos países, cuya industria petrolera no se rige por las normas del mercado, mientras que la industria del fracking americano no parece dispuesta a salir al rescate, al menos, en el corto plazo.

Pese a todo, el petróleo acumula ya dos semanas convulsas. El crudo parece haberse convertido en una montaña rusa que sufre grandes oscilaciones en periodos muy cortos de tiempo al calor de las expectativas y las noticias que llegan de la economía (recesión, Rusia, fortaleza del dólar...). En tres de las últimas diez jornadas ha registrado variaciones de más del 4% (una hacia arriba y dos hacia abajo).

No obstante, detrás de todo este ruido aparecen los fundamentales del mercado. La demanda de crudo se ha incrementado con fuerza en los últimos meses (el verano es temporada alta), mientras que la oferta sigue mostrando cierta rigidez. La OPEP y sus aliados pondrán en agosto algo más de crudo en el mercado (unos 650.000 barriles por día) en lo que podría ser el último incremento (ya han devuelto al mercado del total de los históricos recortes de 2020). ¿Qué pasará después?

El grupo de 23 naciones, liderado por Arabia Saudita, 'inyectará' en el mercado 648.000 barriles por día en agosto, devolviendo así el tramo final de los 9,7 millones de barriles por día que se recortó hace dos años con la pandemia. Pero ahora llega lo complicado.

Estos países no han invertido en los últimos años para ampliar su capacidad de producción (daba la sensación de que el petróleo ya no iba a ser necesario en la era post-covid), de modo que nadie sabe qué pasará después de agosto en un mercado que ya se encuentra muy ajustado.

Los expertos de TD Securities creen que el petróleo podría retomar las subidas en las próximas semanas ante la encarnizada lucha entre la demanda y la oferta: "La demanda total de crudo superó la oferta total desde mayo de 2021 hasta febrero de 2022. Desde febrero de 2022 hasta mayo de 2022, la oferta total ha superado la demanda total... sin embargo, el suministro de petróleo crudo de la OPEP se está desacelerando e incluso muestra una disminución cuando se publiquen los datos de junio".

Por el lado de la demanda, pese a los tambores de recesión que suenan cada vez con más fuerza en EE.UU. y la Eurozona, "es probable que el consumo supere las expectativas", aseguran desde TD Securities. La destrucción de demanda, aunque ya habría comenzado a producirse, podría llevar más tiempo del esperado en alcanzar un nivel suficiente para templar el precio del petróleo.

Los analistas de BCA Research creen que el crudo rebotará hasta la zona de los US$ 120 en su escenario base. Estos expertos también ponen el acento en la escasa capacidad de la OPEP pera incrementar su producción.

En el mejor de los casos, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos podrían aumentar el bombeo en unos 2,3 millones de barriles por día, pero esto acabaría con toda la capacidad ociosa del mundo para producir más crudo, lo que podría generar cierto nerviosismo en el mercado ante el riesgo de que se produzca cualquier evento que merme la producción de otros productores como Libia o Nigeria.


NO ESPEREN A LOS HÉROES DEL FRACKING
La última vez que los precios del crudo se encontraban por encima de los US$ 100 el barril (allá por 2014), el fracking de EE.UU. rescató a los consumidores. La industria petrolera americana llevaba tiempo inmersa en un intenso ciclo de inversión que permitió a EE.UU. casi doblar su producción de petróleo y hundir los precios a través de una mayor oferta. Ahora, este proceso llevaría tiempo y el mundo necesita el petróleo ya.

Desde BCA Research sostienen que "los productores de petróleo de esquisto de EE.UU. van a seguir manteniendo cierta disciplina de capital y continuarán dando prioridad a los intereses de los accionistas, intentando devolver el capital a los inversores a través de la recompra de acciones y fuertes distribuciones de dividendos".


El sector petrolero americano está usando gran parte de su beneficio para retribuir a sus dueños (accionistas) después de muchos años de críticas. Era habitual escuchar en los círculos empresariales que el fracking era una ruina, una eterna promesa que nunca generaba beneficios. Como se puede ver en el gráfico, la producción de petróleo en EE.UU. aún no ha recuperado los niveles previos al covid pese al tremendo incentivo que supone para los productores el elevado precio del petróleo.

"Además, cada vez parece más complicado incrementar la producción este año en EEUU, dada la escasez de equipos de servicios petroleros, mano de obra y la falta de maquinaria", aseguran desde BCA Research. Un mercado laboral muy ajustado y unos tipos de interés al alza complican la expansión del sector. Pese a todo, el Departamento de Energía de EE.UU. prevé que la industria aumente su producción hasta los 12,8 millones de barriles por día a finales de 2023.

"En nuestro escenario base, seguimos anticipando que la demanda aumentará 2 millones de barriles diarios (mb/d) este año y 1,8 mb/d el próximo año. Esta previsión ya es inferior a nuestras estimaciones a principios de año en cerca de 3 mb/d", aseguran desde BCE Research. Lo único que podría detener al precio del petróleo es una recesión económica potente, que lastre el consumo de petróleo y derivados.

 

Si la economía se mantiene viva, "la demanda de petróleo sigue creciendo, aunque lentamente, lo que, en un contexto de escasez de suministros, significa que el riesgo para los precios sigue siendo alcista. En nuestro caso base, los fundamentos de la oferta y la demanda están en gran medida equilibrados", sostienen los analistas de BCA Research.

Los expertos de esta casa de inversión, además del escenario base (unos US$ 120 el barril), ofrecen dos simulaciones realizadas con modelos econométricos en los que se incluyendo dos variables bien diferentes.

Uno de ellos habla de una recesión que reduce la demanda de petróleo en 2 millones de barriles por día (la demanda actual total se sitúa en torno a los 100 millones de barriles). Entonces, céteris péribus, el precio del petróleo se hundiría hasta los US$ 60 por barril a medida que la oferta supera a la demanda y los inventarios comienzan a acumularse.

El otro escenario mantiene la demanda con el crecimiento previsto en el escenario base, pero incluye una caída en la oferta de petróleo ruso de dos millones de barriles por día. Por ahora, pese a las sanciones, el petróleo ruso sigue fluyendo en los mercados internacionales, simplemente se ha producido una reconfiguración de los flujos.

Europa compra más crudo a la OPEP y a África, mientras que China ha pasado a comprar el petróleo ruso que antes adquiría Europa. Un recorte real de la oferta (2 millones menos de barriles de crudo ruso) dispararía el precio del petróleo a US$ 220 por barril. Dos escenarios opuestos, pero no improbables.


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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews

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