Los estudios de Rystad Energy muestran que, con los recientes precios del gas, sería 10 veces más caro operar centrales eléctricas de gas a largo plazo que construir nueva capacidad solar fotovoltaica en Europa.

Aunque no se espera que los precios del gas se mantengan en niveles tan altos a medio y largo plazo, cuando bajen, el gas tendrá dificultades para seguir siendo competitivo en el mix energético europeo.

Este estudio utiliza el coste nivelado de la energía (LCOE) para la generación de electricidad con gas y carbón a diferentes niveles de precios y lo compara con el LCOE de la energía solar fotovoltaica y eólica.

Los precios del gas en Europa han alcanzado máximos excepcionales este año, ya que la caída de las exportaciones de gas ruso ha elevado el coste de la generación de energía.

Los precios al contado en el centro de gas Title Transfer Facility (TTF), con sede en los Países Bajos y principal referencia para Europa Occidental, han pasado de una media de 46 euros por megavatio-hora (MWh) en 2021 a 134 euros por MWh en lo que va de año, lo que supone un aumento del 187%.

El precio alcanzó un máximo histórico de 330 euros por MWh en agosto, con lo que el coste de la generación de electricidad a partir del gas se acerca a los 700 euros por MWh.

A pesar del aumento del precio, la producción de gas aumentó un 4% durante los siete primeros meses de 2022, principalmente debido a la caída de 100 teravatios-hora (TWh) de la producción hidroeléctrica y nuclear.

Es poco probable que la situación mejore durante el próximo invierno en Europa. Por ello, Rystad Energy prevé que la generación con gas será necesaria para mantener las luces encendidas, a pesar del elevado coste del gas. Para 2023, el regreso de las centrales nucleares y el aumento de la capacidad de las energías renovables deberían reducir gradualmente la necesidad de energía de gas.

Está previsto que el año que viene se pongan en marcha más de 50 gigavatios (GW) de nueva capacidad solar y eólica, y el generador francés EDF espera volver a poner en marcha hasta 30 GW de capacidad nuclear que actualmente está en mantenimiento.

Rystad prevé que los precios de la TTF se estabilizarán en torno a los 31 euros por MWh en 2030, lo que sitúa el LCOE de las centrales existentes cerca de los 150 euros por MWh. Esto sigue siendo tres veces más que el LCOE de las nuevas instalaciones solares fotovoltaicas.

Para que las centrales de gas sigan siendo competitivas, los precios del gas tendrían que bajar más cerca de los 17 euros por MWh y los precios del carbono tendrían que descender hasta los 10 euros por tonelada, lo que actualmente es impensable.

"Los responsables europeos tienen que decidir entre seguir utilizando un gas caro y menos seguro o invertir en energías renovables más baratas y opciones de almacenamiento. El gas seguirá desempeñando un papel importante en la combinación energética europea durante algún tiempo, pero a menos que algo fundamental cambie, la simple economía, así como las preocupaciones climáticas, inclinarán la balanza a favor de las renovables", afirma Carlos Torres Díaz, responsable de energía de Rystad Energy.

EL GAS FRENTE A LAS ALTERNATIVAS: ESCENARIOS HASTA 2025 Y 2028
En 2025 podrían desarrollarse más de 100 GW de nueva capacidad de energía renovable si los fondos necesarios para la generación de electricidad con gas se utilizaran en su lugar.

Esta estimación parte de un coste de capital medio ponderado de las tecnologías solar fotovoltaica y eólica terrestre de 1,3 euros por vatio y de que se necesitarían un par de años para poner en marcha el desarrollo.

En 2028, la nueva capacidad de generación renovable instalada con el dinero que de otro modo se habría gastado en la generación de gas alcanzaría los 333 GW, lo que bastaría para generar 663 TWh de electricidad.

La generación de energía renovable sería suficiente para sustituir la generación prevista de gas para este año.

En 2050, la nueva capacidad de energía renovable generaría más de 2.000 TWh. Este crecimiento de la generación sólo tiene en cuenta la producción de la nueva capacidad desarrollada con "fondos procedentes del gas" y se suma a la previsión del caso base de Rystad, que prevé la instalación de 2.385 GW de capacidad solar fotovoltaica y eólica, y 520 GW de baterías a escala de servicio público para 2050.

ALTOS PRECIOS AFECTARÁN  PERSPECTIVAS A LARGO PLAZO
El abandono de la generación de electricidad con gas ha resultado más difícil de lo previsto, pero los elevados costes incurridos en el último periodo han llevado a los países europeos a acelerar el desarrollo de la capacidad de generación renovable.

Las perspectivas a corto plazo de los precios del gas en Europa no son optimistas, ya que el mercado tardará algún tiempo en adaptarse a una nueva realidad sin gas ruso.

Para las empresas de servicios públicos y los Estados miembros europeos, a precios superiores a 100 euros por MWh es insostenible seguir generando electricidad con gas, sobre todo cuando la energía solar fotovoltaica y la eólica terrestre ofrecen alternativas mucho más baratas.

En la hipótesis de base de Rystad, se prevé que la generación por gas siga desempeñando un papel importante en el mix energético europeo. A corto plazo, esta fuente de electricidad es vital para ayudar a satisfacer la demanda.

A largo plazo, la capacidad de generación por gas seguirá siendo necesaria para respaldar la intermitencia de las energías renovables, especialmente durante el invierno, cuando la capacidad de almacenamiento en baterías a escala de los servicios públicos no puede servir para este propósito.

La menor utilización de las plantas de gas significa que las empresas de servicios públicos tendrán que recibir pagos por capacidad para incentivar a las empresas a mantener sus plantas operativas.

Sin embargo, dado el elevado coste que representa el gas y el futuro tan incierto del suministro, tiene sentido que las empresas eléctricas se replanteen sus estrategias y aceleren el desarrollo de las energías renovables y la capacidad de almacenamiento.

Aunque la Comisión Europea está allanando el camino para lograrlo con nuevas políticas de seguridad energética, el aspecto económico podría ayudar a acelerar las cosas. En lo que respecta a las energías renovables, es el momento de explorar formas de evitar los cuellos de botella en la cadena de suministro y asegurar el apoyo de las instituciones financieras.