MAOLIS CASTRO

El gobierno de Chile está intentando calmar a los inversionistas respecto de los procesos de reformas que se desarrollan en el país. La ministra de Minería, Marcela Hernando, reconoce que se necesita “tranquilizar el ánimo”, ya que considera que últimamente “los inversores están reservándose” y “muy expectantes” ante un clima de incertidumbre mundial, pero también por posibles cambios a nivel local como una nueva Constitución.

Está convencida, no obstante, de que el sector minero no debería sentirse amenazado por las reformas que se están planteando en Chile—principal productor de cobre a nivel mundial —porque existen herramientas institucionales que protegen los negocios.

De hecho, el portafolio de proyectos mineros para 2022-2031 considera 53 iniciativas por un total de 73.655 millones de dólares, donde el 24% de la cartera equivale a seis proyectos que corresponden a la estatal Codelco y un 57% a la gran minería privada del cobre.

- ¿Qué estrategias aplicará Chile para atraer a más inversores a la industria cuprífera y mantener a los existentes?

- Primero, yo diría que tranquilizar el ánimo. Los inversores están reservándose, muy expectantes, sobre las situaciones sociales, económicas, y también políticas. Están muy atentos a lo que pasa, y en un contexto mundial, uno tiene que ser realista: hay muchísimas cosas en las cuales somos tremendamente permeables. Somos muy globalizados. No es muy diferente lo que está ocurriendo en Chile respecto del mundo en materia económica. 

Desde el punto de vista sociopolítico (…) existe inquietud con respecto de lo que ocurrió a partir de 2019, probablemente por el estallido social, la posibilidad de una nueva Constitución, el royalty, la reforma tributaria, varias reformas relacionadas con cómo financiamos un país que sea más equitativo y así hacernos cargo de esa demanda social que sigue larvada.

Nuestra forma de dar tranquilidad a los inversionistas e invitarlos a invertir, que concreten proyectos, es dando certeza jurídica; mostrarle las herramientas que existen, que no han cambiado, y aunque existiera una nueva Constitución, tampoco cambiarían. Hay tratados internacionales, y existe un soporte institucional que debería dar confianza.

- Hay inquietud por el royalty minero. ¿Ustedes están dispuestos a negociar una reducción de la carga tributaria?

- Tenemos, primero, que ponernos de acuerdo con cuál va a ser el cálculo que vamos a consensuar respecto de cuál es la carga tributaria real, porque partimos con una referencia de 5 a 6 puntos en lo que hoy es la carga tributaria de la minería. 

En ese contexto, depende de quién es el analista, qué cosas introduce en la ecuación, cómo resulta esto. Pero Hacienda, el gobierno, la estima en una cierta cantidad, y la minería estima que ellos parten de 5 o 6 puntos más. Si a eso le sumamos el royalty, yo diría que, sobre la estructura del royalty y las conversaciones previas, respecto de cuál sería el porcentaje ad valorem, en cómo se iría incrementando, no hay mayores problemas. 

Diría, incluso, que los gremios aceptan que como gobierno nos hemos hecho eco de algunas de sus observaciones y se ha morigerado bastante la estructura. Tenemos que consensuar respecto de cuál es la carga tributaria, y hemos escuchamos al ministro de Hacienda cómo también nos hemos allanado a considerar la depreciación. 

Ese diálogo que se está dando por ahora en la comisión de Minería del Senado, llegará algunos acuerdos, los que implican que hay concesiones de ambos lados (...) Tenemos toda la voluntad del mundo de dedicarle tiempo y los diálogos que sean necesarios, escuchar; y como decía el presidente: “Diálogo y más diálogo hasta que nos pongamos de acuerdo”.

- ¿Le preocupa la caída de la producción de cobre?

- Sí, a quién no le preocupa. Estamos viendo de qué manera desde el punto de vista de Codelco, que es nuestro brazo armado, aceleramos – dentro de los plazos que se han postergado – los proyectos estructurales. La minería chilena estaba condenada de la manera en que estaba y venía siendo explotada; a rajo abierto en el caso de Chuquicamata, que ya estaba bajando la ley. 

El encarecimiento de algunos insumos ha significado que, entrecomillas, hayamos perdido competitividad y estemos en este minuto con menos producción, lo que no es bueno en un momento en el cual se necesita más cobre.

El cambio a la electromovilidad y a las energías renovables no convencionales son intensivas en cobre; por tanto, sería una tremenda oportunidad si nosotros tuviéramos más producción hoy en día para vender ese cobre, porque además se espera que suba su precio.

En ese contexto, esa es una preocupación fundamental, pero también entendemos que estos proyectos estructurales y los cambios de tecnologías que se están dando en la gran minería apuntan precisamente a que esta industria tenga aire 50 años en Chile.

- La situación en China: ¿También les genera preocupación?

- Es imposible en un mundo como el nuestro, en una economía como la nuestra y además teniendo como principal comprador a China, decir que no nos preocupa. Pero tampoco—y el presidente Gabriel Boric lo ha dicho—queremos depender de una economía. Vamos a ir tomando decisiones por lo que nos parezca es la mejor solución para Chile.

- Argentina está luciendo atractivo para inversionistas: ¿Lo ven como un competidor? ¿Qué consejos le darían para sacar más provecho a sus recursos? 

- Queremos colaborar con nuestros países vecinos. En materia de litio, tres países (Argentina, Bolivia y Chile) acumulamos la principal reserva mundial. Nosotros (Chile) somos el gran productor de litio y Argentina está empezando en volúmenes que todavía son bastante pequeños. Pero lo más destacable ha sido su curva de crecimiento.

Ahora, somos países con legislaciones diferentes. Ellos son un país federado y, desde ese punto de vista, también tienen algunas incertezas en las que están trabajando como gobierno central. He tenido conversaciones, a propósito de esto, con la ministra de Minería de Argentina y con la subsecretaria. 

Están tratando de coordinar a los gobiernos regionales, a los gobernadores de las diferentes provincias con estas riquezas minerales, porque también para la inversión extranjera es complejo tener que entenderse con gobiernos locales, porque además los tiempos políticos van cambiando y pueden ir variando las condiciones.