YUSUF KHAN

Los mercados de metales parecen pensar que el cobre es el nuevo litio. La falta de nueva actividad minera se ha sumado a las preocupaciones de que no habrá suficiente metal rojo para la transición energética, un tema popular en la Conferencia Mundial del Cobre de esta semana en Santiago, Chile.

América del Sur domina actualmente la producción de cobre y Chile es el mayor productor minado. El aumento de la producción minera ha demostrado ser un desafío, lo que provocó una ola de acuerdos en la industria y advertencias de un grave déficit de suministro durante la próxima década.

El cobre se utiliza en cableado y construcción, así como en vehículos eléctricos, paneles solares y otras tecnologías ecológicas. Se espera que la electrificación aumente la demanda anual de cobre a 36,6 millones de toneladas métricas para 2031, con un suministro previsto de alrededor de 30,1 millones de toneladas, creando un déficit de 6,5 millones de toneladas al comienzo de la próxima década, según la consultora McKinsey & Co. 

En 2021, la demanda de cobre refinado se ubicó en 25,3 millones de toneladas, según el International Copper Study Group.

“El mercado en general está bastante ajustado”, dijo Robert Edwards, analista de cobre de CRU.

“A más largo plazo, existe una narrativa sobre la escasez de recursos y la transición ecológica con vehículos eléctricos y energías renovables, así como la construcción de redes eléctricas. Sobre el papel, es una brecha de suministro bastante sustancial que se abrirá en los próximos 10 años”, agregó. 

Sin embargo, "no hay holgura en el sistema, no hay amortiguación", dijo el jefe de análisis de mercado de Marex, Guy Wolf, en una conferencia reciente en Suiza. 

Además, dijo que el cobre era el único metal con un crecimiento de la demanda bloqueado, pero indicó que los precios tendrían que subir a US$ 15.000 por tonelada métrica para atraer inversiones en nuevas minas. Los futuros en la Bolsa de Metales de Londres rondan los US$ 9.000 la tonelada.

Las mineras de cobre han estado en el centro de una racha reciente de negociaciones. Glencore recientemente ofreció US$ 23.000 millones por la minera canadiense Teck Resources, creando potencialmente el tercer productor de cobre más grande del mundo. Teck rechazó la oferta. BHP también obtuvo la aprobación de la corte para la adquisición de OZ Minerals, un acuerdo valorado en US$ 6.340 millones.

Sin embargo, los analistas dicen que la falta de nuevos recursos extraídos es el principal obstáculo. La producción extraída a nivel mundial en 2022 fue de 21,8 millones de toneladas según el Grupo Internacional de Estudio del Cobre, aumentando solo 1 millón de toneladas en los tres años anteriores. 

Los analistas pronostican poco crecimiento de la producción en Perú y Chile. Las minas están operando con bajos niveles de personal y operaciones más lentas después de las protestas locales de grupos comunitarios, con razones que van desde la seguridad de los trabajadores hasta el aumento del control gubernamental sobre los activos de la mina. 

La firma de investigación Fitch Solutions estima que la producción de cobre extraído en Chile en 2023 probablemente será de alrededor de 5,7 millones de toneladas, el mismo volumen que en 2020. 

“Ahora vemos que algunos proyectos se ponen en marcha en Perú y Chile, lo que agregará una oferta incremental, pero no hay mucho en términos de cartera en términos de largo plazo”, dijo Barbara Mattos, analista de la calificadora Moody’s Investors Service. 

Advirtió que los nuevos minerales que se extraen son de menor ley, lo que significa que incluso si la actividad minera se mantiene estable, es probable que los volúmenes de cobre producidos sean menores.

Los nuevos suministros potenciales podrían provenir de las ricas vetas de cobre en el Congo y Zambia en África central. Ahora están siendo explotados. Sin embargo, los depósitos más grandes todavía se encuentran en América del Sur. 

Según el Ministerio de Minas del Congo, las exportaciones de metal de cobre totalizaron 2,3 millones de toneladas métricas en 2022, frente a los 1,8 millones de toneladas métricas de 2021, menos de la mitad de la producción de Chile.

Según los analistas, es más un "cuándo" que un "si" es probable que aumente la demanda de cobre. “La pregunta es qué tan rápido ocurrirá esta transición y exactamente dónde”, dijo Mattos.

Los usos verdes del cobre representaron el 4% del consumo de cobre en 2020, pero se espera que aumente al 17% para 2030, según una nota reciente de Aditi Rai, analista de Goldman Sachs. Agregó que un camino de "emisiones netas cero" significaría que el mundo necesitaría un 54% adicional de cobre para 2030 además de ese pronóstico.

Los cambios en la tecnología deberían aliviar algunas presiones de la demanda de cobre. Edwards señaló que los cambios en los paquetes de baterías ya reducen el uso de cobre en los vehículos eléctricos. También dijo que es probable que la construcción china no mantenga el ritmo que ha mantenido durante los últimos 20 años, lo que ayuda a compensar un poco el crecimiento de la demanda verde.