MICHAEL STOTT

Ilan Goldfajn, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, ha llamado a los líderes a transformar la suerte económica de la región aprovechando las oportunidades para exportar energía verde, alimentos y minerales críticos.

El plan es aumentar los préstamos en US$ 20.000 millones adicionales durante la próxima década. Él cree que esto ayudaría a la región a aprovechar el cambio hacia la energía limpia y una medida para acercar la producción al mercado estadounidense, y responder a las demandas ciudadanas de mejor salud, educación e infraestructura digital.

"Este es un punto de inflexión", dijo Goldfajn al Financial Times en una entrevista durante una visita a Londres.

“Esto no es sólo una narrativa, en realidad hay una oportunidad que debemos aprovechar (...) Participaremos en todo lo que podamos hacer en términos de energías renovables, energía limpia, minerales limpios y cosas así”, agregó. 

Con dos tercios de las reservas mundiales de litio y el 38% de su cobre, América Latina podría desempeñar un papel importante en el suministro al mundo de las materias primas necesarias para pasar a los vehículos eléctricos y la energía renovable, cree Goldfajn.

Por el momento, China domina el mercado de muchas de las tierras raras y minerales esenciales para el proceso, lo que genera preocupación entre las naciones occidentales sobre la seguridad energética.

ORGANIZACIÓN Y PLANIFICACIÓN
América Latina también tiene una posición de liderazgo en las exportaciones mundiales de alimentos, lo que potencialmente la convierte en parte de la solución a algunos de los desafíos más apremiantes del mundo, dijo el presidente del BID.

Las exportaciones de cereales se han visto gravemente afectadas por la invasión rusa de Ucrania.

Sin embargo, Goldfajn también advirtió que los gobiernos de la región necesitaban invertir en mejor educación, mejorar la productividad y garantizar un clima de inversión estable para obtener plenos beneficios.

Para que la región explote su abundante y barata energía solar y eólica para exportar hidrógeno verde, Goldfajn dijo: “Es necesario organizarse, planificar, aportar los recursos, disponer del Estado de derecho, tener regulación”. 

Chile ha sido pionero en esta área, y el nuevo gobierno de izquierda de Brasil también se mostró entusiasmado.

Goldfajn, ex jefe del banco central de Brasil que también trabajó en Credit Suisse y dirigió la división del hemisferio occidental del FMI, dijo que priorizaría los resultados sobre los montos prestados.

Hablando de un hipotético proyecto de digitalización de US$ 500 millones, dijo: “Lo apruebas y lo desembolsas y todo el mundo está contento cuando lo has desembolsado todo. Pero ahora queremos analizar: 'Dime cuántos, luego, ¿cómo vas a medir y cómo vamos a hacer el seguimiento?' Esa será nuestra medida de eficacia”.

Además, el directivo abogó por una mayor coordinación con otros bancos multilaterales de desarrollo.

El BID firmó una asociación de cuatro años con el Banco Mundial a finales de agosto para colaborar en la lucha contra la deforestación del Amazonas, ayudar al Caribe a gestionar los desastres climáticos y mejorar el acceso a Internet para los más pobres de América Latina.

"El acuerdo con el Banco Mundial es un gran avance. Es el primer acuerdo en el que no nos limitamos a firmar una carta de intención que dice 'seamos amigos'. De hecho, tenemos grupos de trabajo y sólo firmamos cuando vienen con planes de acción”, afirmó. 

EL IMPULSO DEL BID
El BID estaba discutiendo pactos de cooperación similares con el banco de desarrollo latinoamericano CAF y con el FMI, pero sólo firmaría acuerdos una vez que se acordaran resultados claros, añadió.

Goldfajn llegó al BID en medio de la agitación después de que su predecesor estadounidense, Mauricio Claver-Carone, designado por Trump, fuera despedido en septiembre pasado.

Una investigación externa encontró que el cubanoamericano había mantenido una relación íntima no revelada con una subordinada a quien le dio dos grandes aumentos salariales. Claver-Carone había negado las acusaciones.

Goldfajn fue elegido presidente en noviembre pasado con el apoyo de Estados Unidos y este año ha actuado rápidamente para reunir al personal detrás de una nueva visión para el banco con sede en Washington.

Su equipo está trabajando en una propuesta formal a los 48 países accionistas para un aumento de capital para el brazo de préstamos del sector privado del BID. Es probable que esto esté en la región de US$ 3.000 a US$ 5.000 millones, aunque Goldfajn no confirmó una cantidad específica.

Esa propuesta se hará en la próxima reunión anual del banco en marzo de 2024, junto con una nueva estrategia de siete años para el BID. Esto centrará al banco en ayudar a América Latina y el Caribe a adoptar energía limpia y abordar lo que Goldfajn denomina los triples desafíos de la región: gobiernos con escasez de dinero, poblaciones presionando fuertemente para obtener mejores servicios públicos y el bajo crecimiento de la región.

Las nuevas herramientas financieras pueden ayudar. Estos podrían incluir préstamos a naciones caribeñas que permiten una suspensión de pagos en caso de un desastre climático, o préstamos verdes pioneros, como un bono soberano de Uruguay de US$ 1.500 millones el año pasado. El BID brindó asistencia técnica en el diseño del instrumento, cuya tasa de interés se reduce si se cumplen las metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

"Toda la región tiene problemas con el cambio climático. Entonces aquí hay una oportunidad que la región debe aprovechar, ser quienes inviertan en energía limpia, cambiar la matriz (energética) y exportar parte de ella”, dijo Goldfajn.

Como ejemplo, cita un préstamo de US$ 400 millones del BID otorgado en junio para ayudar a Chile a utilizar su electricidad renovable barata y abundante para construir una industria exportadora de hidrógeno verde. 

"El hidrógeno verde está en auge porque hay mucha demanda proveniente de Europa. Y ésta es una región que puede producirlo de forma más limpia (...) Necesitamos aprovechar la oportunidad”, completó.