KRISTIAN KOSCHANY
El precio del oro ha experimentado un repunte significativo en los últimos meses, mientras que el uranio vive un auge sin precedentes, alcanzando niveles no vistos en más de una década.
El oro al contado tuvo una semana volátil mientras los inversores analizaban los datos, antes de cotizar a la baja un 0,14%, a US$ 2.159 la onza. El oro alcanzó un máximo histórico de US$ 2.195,15.
En general, se espera que el cambio hacia unos tipos de interés más bajos sea alcista para el oro, ya que el metal precioso será comparativamente más atractivo que los bonos, que actualmente generan altos rendimientos debido a los elevados tipos de los bancos centrales.
Pero ese cambio no se producirá hasta que los bancos centrales reduzcan los tipos de interés de los préstamos, algo que son reacios a hacer hasta que vean más pruebas de que la inflación se dirige de nuevo hacia el 2%.
Los tipos de interés no son el único factor que influye en la cotización del oro. Las importantes compras de los bancos centrales de economías emergentes como China han hecho subir el precio del oro en lingotes en los últimos meses y años.
Mientras que el aumento de las incertidumbres geopolíticas, que van desde las tensiones en Medio Oriente desde Gaza hasta el Mar Rojo, así como la guerra de Rusia en Ucrania, han puesto aún más de relieve el atractivo del oro como activo refugio.
Estos factores se han unido en una tormenta perfecta este mes, en el que el oro ha alcanzado un máximo histórico tras otro.
En cambio, las empresas mineras de oro no están experimentando un repunte y, en muchos casos, están viendo todo lo contrario. Los precios de las acciones de muchos productores, incluidos los principales actores del sector como Newmont y Barrick Gold, están tocando mínimos.
La evolución del índice S&P/TSX Global Gold, una cesta de acciones de productores mundiales de oro, ha seguido de cerca la evolución de los lingotes durante gran parte de la última década, pero no ha logrado subir durante la actual racha de los lingotes.
"Los mercados están tratando a estas empresas como si se tratara de un precio del oro de US$ 1.400", dijo David McAlvany, CEO y gestor de carteras de McAlvany Financial Companies.
"Así que tenemos una serie de grandes productores cotizando con descuentos extremos respecto a su valor neto de los activos, y creo que eso representa una gran oportunidad", agregó.
EL URANIO TAMBIÉN GOZA DE ACEPTACIÓN
El otro metal de moda este año ha sido el uranio, ya que los principales productores de uranio están luchando por satisfacer la demanda ante el aumento del interés de los gobiernos que buscan soluciones de energía nuclear para alcanzar los objetivos de emisiones.
El precio del metal ha experimentado un repunte significativo después de que el precio del contrato de futuros NYMEX de uranio 1 alcanzara un nuevo máximo de US$ 106,40 la libra el 1 de febrero; ahora se sitúa cerca de los US$ 84. La última vez que ese contrato superó los US$ 100 fue en agosto de 2007.
El auge del uranio está dando a empresas que antes no eran rentables la oportunidad de colmar la brecha de la oferta.
En varios países, los propietarios de minas de uranio anteriormente inactivas están revitalizando sus operaciones para satisfacer la nueva demanda.
Muchas de estas minas se cerraron tras la catástrofe de Fukushima de 2011, cuando los precios del uranio cayeron en picado y países como Alemania y Japón empezaron a eliminar gradualmente los reactores nucleares.
Pero eso está cambiando rápidamente. El Organismo Internacional de Energía Atómica prevé que en 2040 el mundo necesitará más de 100.000 toneladas métricas de uranio al año, es decir, más del doble de la cantidad que se extrae y procesa actualmente en todo el mundo.
En la actualidad, dos tercios del uranio del planeta proceden de Kazajstán, Canadá y Australia, y la fuerte demanda podría aumentar aún más la cuota canadiense.
Cameco, con sede en Saskatoon, y Kazatomprom, de Kazajstán, que suministran conjuntamente la mitad del uranio mundial, han tenido problemas para aumentar su producción.
En lugar de aumentar la producción, han señalado varios problemas operativos que podrían reducir su producción de uranio por debajo de lo previsto en los próximos años, lo que puede haber sido uno de los principales motivos de las recientes subidas de precios.
Ahora que la subida de los precios ha cambiado las cuentas, las empresas más pequeñas, con minas que antes no eran rentables, están dando un paso adelante.
El miércoles, la minera de uranio estadounidense Ur-Energy anunció que planea ampliar su mina de Shirley Basin, en Wyoming, lo que casi duplicaría la capacidad de producción permitida de la empresa hasta los 2,2 millones de libras.
Otras empresas mineras estadounidenses, como IsoEnergy, Energy Fuels y Uranium Energy, han anunciado en los últimos meses que reanudarán la producción en minas inactivas, y en enero Denison Mines, con sede en Toronto, y su socio en una empresa conjunta, Orano Canada, anunciaron que reanudarían las operaciones de extracción de uranio en su empresa conjunta McClean Lake, en el norte de Saskatchewan.
A pesar de sus recientes dificultades, Kazatomprom ha ido incrementando su producción tras años de funcionamiento muy por debajo de su capacidad. "Cameco aseguró al mercado que aumentaría la producción. Y creo que probablemente puedan hacerlo a través de las operaciones de MacArthur River", dijo Tom Price, jefe global de estrategia de materias primas de Liberum.
"Estos dos gigantes productores, que suministran el 40% de la oferta, llevan cinco años rindiendo por debajo de lo esperado. Creemos que ahora que el precio es realmente alto, pueden dar la vuelta a la situación, lo que afectará a la evolución de los precios a largo plazo", completó.