Rio Tinto y Glencore Plc han mantenido conversaciones preliminares sobre una posible fusión, según informaron fuentes cercanas al tema. De concretarse, esta operación se convertiría en la mayor transacción de la industria minera, con un valor de mercado conjunto estimado en 158.000 millones de dólares, superando a BHP Group, actual líder del sector con 126.000 millones de dólares.
Las discusiones, que comenzaron a finales del año pasado, tenían como objetivo explorar una unión estratégica para competir en un mercado marcado por la creciente demanda de cobre y otros metales esenciales para la transición energética. Sin embargo, las negociaciones no prosperaron y, según Bloomberg, no está claro si las conversaciones se retomarán en el futuro.
En un contexto de transformación para la industria, ambas compañías buscan fortalecer su posición en el mercado del cobre, un material clave para la descarbonización global. Glencore posee participaciones en minas de alto valor como Collahuasi en Chile y Antamina en Perú, mientras que Rio Tinto, que históricamente depende del hierro, ha diversificado su portafolio hacia el cobre y el litio.
El auge del mineral de hierro, impulsado por décadas de construcción en China, enfrenta una desaceleración, lo que ha llevado a Rio Tinto a buscar alternativas más sostenibles. Por su parte, Glencore ha adoptado una postura distinta, incrementando sus activos en carbón, lo que podría generar tensiones en caso de una fusión debido a la estrategia de Rio de alejarse de los combustibles fósiles.
No es la primera vez que estas empresas contemplan una unión. En 2014, Glencore presentó una oferta de fusión que Rio Tinto rechazó.
En esta ocasión, la combinación de sus negocios habría generado un nuevo competidor directo para BHP, aunque la operación implicaría desafíos, como la potencial venta de activos para satisfacer a los accionistas de ambas compañías.
Los analistas destacan que esta ola de negociaciones en el sector responde al intento de las grandes mineras de posicionarse frente a la transición energética, que exige mayores recursos de cobre y litio. Según el Financial Times, estas conversaciones reflejan el esfuerzo de las empresas por adaptarse a un entorno de demanda creciente y a la competencia estratégica en el sector.
El anuncio de las conversaciones tuvo efectos inmediatos en los mercados: las acciones de Glencore subieron hasta un 8,7 %, mientras que las de Rio Tinto registraron una leve caída. Esto refleja el escepticismo de algunos inversores sobre la viabilidad de un acuerdo que concilie las diferencias operativas y estratégicas de ambas compañías.
Aunque la fusión entre Rio Tinto y Glencore no se concretó, esta posibilidad pone de relieve la tendencia de consolidación en la industria minera, impulsada por la necesidad de asegurar recursos críticos para la transición energética global.