El aumento, tras diez meses de actividad moderada debido a los cierres y a la débil demanda interna de combustible, se produce en un contexto de inminente escasez mundial de diésel, que eleva los márgenes de refino y estimula a las refinerías a aumentar la producción, especialmente con la nueva serie de cuotas de exportación establecidas por Pekín.

Dos nuevas refinerías también contribuyeron al aumento de la producción. La primera fue una instalación operada por PetroChina, con una capacidad de 200.000 barriles diarios, y la segunda fue construida por el refinador independiente Shengdong Petrochemicals, con una capacidad de 320.000 bpd.

El acceso al crudo ruso con descuento también ha ayudado a las refinerías chinas a aumentar su producción y sus márgenes. China ha señalado que no respetará el límite de precios del G7 que entró en vigor la semana pasada y seguirá comprando petróleo ruso independientemente del precio.

EL DIÉSEL CHINO, UNA ALTERNATIVA EVIDENTE PARA EUROPA
También seguirá exportando volúmenes crecientes de diésel, con toda probabilidad. 

Europa está comprando diésel ruso antes de que entre en vigor el embargo de la UE a los combustibles rusos en febrero, pero después tendrá que cambiar de fuentes y China es una opción obvia.

Las exportaciones chinas de diésel ya están aumentando: en octubre casi se duplicaron respecto al año anterior, con 1,05 millones de toneladas. Para noviembre, algunos analistas pronostican tasas de exportación aún mayores para todos los combustibles.

Reuters informó a principios de mes de que las exportaciones chinas de combustible podrían alcanzar otro récord a finales de año.

Las exportaciones de gasolina, diésel y combustible de aviación podrían alcanzar en diciembre entre 6,5 y 7,1 millones de toneladas, según las empresas de investigación y consultoría petroleras y fuentes comerciales, según el citado informe.