GUSTAVO BAZZAN
El Banco Central anunció esta noche que modificará la herramienta para regular el tipo de cambio oficial. Concretamente, señaló que abandona la estrategia de minidevaluaciones diarias y a partir de ahora permitirá mayor volatilidad en la variación del tipo de cambio. En otras palabras, admitirá devaluaciones mayores del peso si así lo cree necesario.
Hasta ahora, Miguel Pesce, titular del BCRA, venía aplicando una suerte de “tablita” que permitía minidepreciaciones del peso frente al dólar pero a un ritmo bien previsible. En la jerga financiera, se conoce a esta política como “crawling peg”, es decir, pequeños escalones devaluatorios diarios.
Esa estrategia, combinada con tasas de interés activas no muy altas, incentivó al mercado a tomar deuda en pesos, dado que el costo financiero de esa deuda era inferior al de liquidar los dólares para saldar dicha deuda en pesos. Lo que ocurría era que se impulsaba el endeudamiento en pesos de importadores para comprar divisas. Y al mismo tiempo los exportadores no liquidaban dólares.
En concreto, el Banco Central anunció que decidió “abandonar el mecanismo de devaluación uniforme, otorgando mayor volatilidad y manteniendo el nivel competitivo del tipo de cambio real multilateral. En el marco de la estrategia de flotación administrada, el ritmo de depreciación diario se adecuará en forma gradual a las necesidades de la coyuntura.”
Es posible que con esta medida el mercado entienda que se podría acelerar el ritmo de devaluación del peso. Habrá que ver si la promesa de tasas de interés positivas en pesos, y los incentivos fiscales para invertir en activos en pesos logran contrarrestar esa impresión inicial que podría tener el mercado.
De hecho, este jueves Miguel Pesce le comunicó al directorio que mañanaviernes el Banco Central pondrá en la apertura de mercado una postura de venta de divisas a 76.95 pesos por dólar, lo que representa una variación de 70 centavos (0,918%) respecto del cierre de hoy.
Esa decisión se enmarca en los nuevos lineamientos de Política Monetaria que abandona las devaluaciones uniforme e introduce mayor volatilidad, por lo que no representará un patrón de comportamiento ni significa que se devaluará diariamente este porcentaje o este valor nominal.
En ese sentido, el analista Federico Furiase señaló: "Entiendo que si la inflación se aceleran, acompañarán con una mayor devaluación del peso. Pero por otro lado suben la tasa de pases pasivos a 24 pero bajan el limite de leliqs de los bancos, al mismo tiempo que la secretaría de Finanzas anuncia colocación de deuda dollar linked. Estan intentando captar financiamiento en pesos por parte de los bancos, sobre todo luego de que ampliaron el limite de tenencia de titulos del tesoro de 50 a 75% de la Relación patrimonial computable"
Además, el Central informó justamente una suba de la tasa pasiva para pases. Esto es, pagará más tasa por los pesos que los bancos les coloquen en pesos al BCRA, por afuera de las Leliq.
En este sentido, el BCRA dijo que “En el marco de la actualización de los lineamiento de política monetaria, el directorio del Banco Central de la República Argentina decidió “modificar la tasa de pases pasivos a un día de plazo y ubicarla en 24%, lo que implica un incremento de cinco puntos porcentuales respecto del nivel vigente de 19%. La decisión busca incrementar el atractivo de los instrumentos financieros en moneda local de corto plazo, en vistas de desalentar comportamientos que podrían afectar el mercado de cambios en un contexto de tensiones estacionales que se registran en la actualidad. Simultáneamente, la política monetaria administrará el stock de Letras de Liquidez (LELIQ) en vistas de minimizar el impacto de la decisión sobre el costo de esterilización”.
También le dará más importancia al yuan, la moneda china, aunque aclaró que no se tiene previsto activar el swap de monedas.
Lo dijo así: “Se abrirá una rueda en el MAE (Mercado Abierto Electrónico) y se tramitará las autorizaciones en el Rofex para permitir la compra del yuan renminbi contra el peso argentino para operaciones de comercio exterior. También se abrirá la posibilidad de celebrar contratos a futuros denominados en yuanes reminbi.”
El Central aclaró que “esta medida no implica que se puedan comprar yuanes físicos para atesoramiento ni se permitirá la apertura de cuentas bancarias denominadas en esa moneda. Está destinada a facilitar la operatoria de comercio exterior."
El BCRA utilizará sus reservas en esa moneda para responder por estas operaciones y no está previsto la activación del swap de monedas firmado con el Banco Popular de China.”
También habrá un incentivo a invertir dólares que vengan del exterior bajo la forma de nuevas Inversiones Extranjeras Directas “permitiendo que tengan libre acceso al mercado oficial para repatriar las inversiones a partir del primer año de realizadas.”
Finalmente, se formalizó una nueva restricción a la compra de dólares. “Se bloquearán los CUIT para la compra para atesoramiento de divisas de los funcionarios del máximo nivel de la administración pública nacional hasta el rango de subsecretarios o equivalentes, de legisladores nacionales (diputados y senadores), y los directores de bancos públicos incluidos los del BCRA.”
La autoridad monetaria indicó que “la irrupción de una pandemia sin precedentes y de duración todavía incierta, obligó a replantear las prioridades de política”. En ese contexto, la asistencia financiera del BCRA al Tesoro y el impulso al crédito se transformaron en piezas fundamentales dentro de una estrategia sanitaria y económica de emergencia que se propuso evitar que la crisis dejara tras de sí secuelas permanentes sobre una economía ya fuertemente golpeada, remarcó.
En el marco de la actualización de los lineamientos de Política Monetaria, el Directorio del Banco Central de la República Argentina (BCRA) adoptó las siguientes medidas:
+ Modificar la tasa de pases pasivos a un día de plazo y ubicarla en 24%, lo que implica un incremento de cinco puntos porcentuales respecto del nivel vigente de 19%. La decisión busca incrementar el atractivo de los instrumentos financieros en moneda local de corto plazo, en vistas de desalentar comportamientos que podrían afectar el mercado de cambios en un contexto de tensiones estacionales que se registran en la actualidad. Simultáneamente, la política monetaria administrará el stock de Letras de Liquidez (LELIQ) en vistas de minimizar el impacto de la decisión sobre el costo de esterilización.
+ Abandonar el mecanismo de devaluación uniforme, otorgando mayor volatilidad y manteniendo el nivel competitivo del tipo de cambio real multilateral. En el marco de la estrategia de flotación administrada, el ritmo de depreciación diario se adecuará en forma gradual a las necesidades de la coyuntura.
+ Se abrirá una rueda en el MAE (Mercado Abierto Electrónico) y se tramitará las autorizaciones en el Rofex para permitir la compra del yuan renminbi contra el peso argentino para operaciones de comercio exterior. También se abrirá la posibilidad de celebrar contratos a futuros denominados en yuanes renminbi. Esta medida no implica que se puedan comprar yuanes físicos para atesoramiento ni se permitirá la apertura de cuentas bancarias denominadas en esa moneda. Está destinada a facilitar la operatoria de comercio exterior.
El BCRA utilizará sus reservas en esa moneda para responder por estas operaciones y NO está previsto la activación del swap de monedas firmado con el Banco Popular de China.
+ Se facilitarán las nuevas Inversiones Extranjeras Directas permitiendo que tengan libre acceso al mercado oficial para repatriar las inversiones a partir del primer año de realizadas.
+ Se bloquearán los CUIT para la compra para atesoramiento de divisas de los funcionarios del máximo nivel de la administración pública nacional hasta el rango de subsecretarios o equivalentes, de legisladores nacionales (diputados y senadores), y los directores de bancos públicos incluidos los del BCRA.
Bajo este escenario, la autoridad monetaria decidió actualizar los lineamientos de su política monetaria, centrándose en la tasa de interés y el manejo de la liquidez; el tipo de cambio; las regulaciones cambiarias; y las regulaciones de crédito:
En el contexto de una severa crisis de endeudamiento, una macroeconomía con fuertes desbalances y ante una situación social acuciante, el país debió diseñar su estrategia de respuesta frente al COVID-19 a través de los instrumentos disponibles en una economía en emergencia y sin acceso al mercado internacional de crédito.
La irrupción de una pandemia sin precedentes y de duración todavía incierta, obligó a replantear las prioridades de política. En ese contexto, la asistencia financiera del BCRA al Tesoro y el impulso al crédito se transformaron en piezas fundamentales dentro de una estrategia sanitaria y económica de emergencia que se propuso evitar que la crisis dejara tras de sí secuelas permanentes sobre una economía ya fuertemente golpeada.
Los principales indicadores de actividad señalan una concentración de los efectos de la pandemia en el segundo trimestre, mientras que se observa una recuperación gradual y heterogénea de la actividad en el tercer trimestre del año.
El país encaró de manera exitosa un proceso de reestructuración de la deuda pública que se encontraba en una posición insostenible. No obstante, se ha generado en el mercado de divisas un comportamiento de expectativas que es necesario atender en lo inmediato.
Por todo lo dicho, el BCRA presenta una actualización de sus lineamientos enunciados el 27 de enero pasado, adecuando el diseño de la política monetaria a las condiciones económicas prevalecientes.
En un contexto en el que se registran tensiones en el mercado de cambios, se acrecienta la relevancia de la política monetaria como instrumento de estabilización financiera y externa. El BCRA redoblará sus esfuerzos en pos del desarrollo de instrumentos de ahorro e inversión que permitan a los argentinos obtener rendimientos positivos no solo respecto de la evolución de la inflación, sino también en relación a la evolución del tipo de cambio. En este sentido, se procurará armonizar progresivamente las tasas de referencia de los instrumentos de política monetaria, minimizando el impacto sobre el costo de esterilización.
Por otro lado, la mencionada necesidad de responder a las demandas de la pandemia ha generado un incremento importante de la liquidez. El BCRA monitorea atentamente la evolución de los agregados monetarios y actuará a través de las herramientas disponibles.
Además, en el marco de los favorables resultados obtenidos en materia de normalización de la deuda pública, el BCRA utilizará su capacidad de intervención a través de operaciones de mercado abierto, a los efectos de auspiciar una mayor liquidez, profundidad y transparencia de los mercados de deuda soberana, en vistas de apuntalar el comienzo de una nueva etapa en la que el mercado de capitales local asuma una importancia creciente en la estrategia de financiamiento del sector público.
En la actualidad, el nivel del tipo de cambio se encuentra en un nivel competitivo. El tipo de cambio real multilateral se ubica por encima de su promedio histórico, al tiempo que la balanza comercial acumula un importante superávit, ratificado también por el resultado positivo de la cuenta corriente del balance de pagos.
Se reafirma la estrategia de sostenimiento de la estabilidad del tipo de cambio real, que se considera en línea con el objetivo de acumulación de reservas internacionales. En el marco de la estrategia de flotación administrada, el ritmo de depreciación diario se adecuará en forma gradual a las necesidades de la coyuntura, de modo de evitar efectos no deseados sobre la competitividad, los precios internos, la evolución de los activos y pasivos y la distribución del ingreso.
En un contexto signado por la escasez, las regulaciones sobre el mercado de divisas buscan evitar desequilibrios temporales que pudieran afectar la posición de reservas internacionales. Las mismas son un instrumento necesario para la coordinación de las decisiones individuales mientras se avanza en la mejora de la situación fiscal, externa y monetaria. Se trabajará activamente en esta coordinación durante la transición para evitar los impactos negativos sobre la actividad productiva.
Se busca en el mediano plazo regulaciones macroprudenciales compatibles con la dinamización de los flujos de capitales orientados a la economía real.
Para morigerar el impacto económico de la pandemia, el BCRA puso en marcha un conjunto de instrumentos de crédito, cuyos resultados han permitido un inédito crecimiento del financiamiento a pequeñas y medianas empresas. La normalización del nivel de actividad que comienza a evidenciarse en algunas regiones y sectores, permitirá paulatinamente reducir y focalizar los esfuerzos de asistencia crediticia a tasas reales negativas, adaptándose a las necesidades de la nueva etapa.