EE.UU. dice que China no ofrece seguridad y quiere ser socio de Argentina
El gobierno, a través de la empresa Nucleoeléctrica Argentina (NASA), negocia con China el financiamiento del 100% de la construcción de la cuarta central nuclear en la ciudad bonaerense de Lima. La negociación provocó la reacción de EE.UU. que instruyó a una funcionaria de su gobierno para reunirse con ministros del ejecutivo.
La inversión prevista es de US$ 8.300 millones, y cuyo contrato final se espera firmar antes de fines de año para comenzar las obras a comienzos de 2023.
Ann Ganzer -subsecretaria de Política de No Proliferación del Departamento de Estado-, se reunió con Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Daniel Filmus (Ciencia y Tecnología) y Jorge Taiana (Defensa); al jefe de Gabinete, Juan Manzur, al secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, y al vicecanciller, Pablo Tettamanti.
“Es una decisión soberana de la Argentina elegir con quién asociarse para ampliar la generación de energía nuclear, pero queremos advertir que China tiene una mirada menos estricta en lo que se refiere a seguridad y protección que nosotros; ellos toman atajos. Les hemos hablado a los reguladores para que estén seguros y entiendan cómo es el reactor chino y que verifiquen bien esa tecnología para que se aseguren que funciona”, dijo Ganzer a Sofía Diamante, en una entrevista para La Nación.
“Creemos que los reactores pequeños pueden ser una significativa fuerza multiplicadora para ayudar al cambio climático. Todos los países están buscando energía limpia y muchos se enfocan en energías renovables, que son muy buenas, como la energía solar, eólica e hidráulica, pero no son consistentes, porque el sol no brilla siempre. La matriz energética necesita potencia de línea base y pensamos que pequeños reactores pueden ser la solución para parte de América Latina. Queremos asociarnos con la Argentina para proveer estos reactores al resto de la región. Tal vez el que está diseñando la Argentina o alguno nuestro o de algún otro país”, dijo Ganzer.
La inversión prevista para Atucha III es de US$ 8.300 millones y se comenzarían las obras en 2023
EL PLAN CON CHINA
Con la adhesión de la Argentina a la nueva ruta de la sede china, el gobierno apunta a que el gigante asiático financie en los próximos años obras consideradas estratégicas por ambas partes de infraestructura, de energía, viales y de saneamiento, por US$23.700 millones.
El 1° de febrero, Nucleoeléctrica Argentina y la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC) firmaron el contrato marco para la construcción de Atucha III, un reactor de tecnología Hualong, que ofrecerá al sistema 1200 MW y una vida útil inicial de 60 año, que se instalará en el Complejo Nuclear, en un terreno lindero al que utilizan las centrales Atucha I y Atucha II.
A partir de ese contrato inicial, Nucleoeléctrica y la CNNC avanzan en una decena de puntos de negociación, entre los que se destacan el cierre del acuerdo de financiamiento en el que hasta el momento China ofrece financiar el 85% de la obra de US$ 8.300 millones, mientras que la Argentina aportaría el resto, es decir, unos US$ 1.200 millones.
Jorge Sidelnik, vicepresidente de Nasa -la operadora de las tres centrales nucleares y que tiene a su cargo la construcción de las próximas dos-, explicó que debido a la magnitud de la obra y el actual contexto macroeconómico la premisa de la empresa es buscar que la contraparte china financie el 100% del gasto, para lo cual aseguró hay "una buena recepción a la propuesta", consigna Ignacio Ortiz en El Economista.
De no lograr avanzar en ese sentido, Argentina explora alternativas de financiamiento externo que permitan avanzar con esta obra que podría comenzar a inicios del año próximo, y que le permitiría al país incorporar un tipo de tecnología de uranio enriquecido y agua liviana que no se domina en la actualidad, ya que las centrales en funcionamiento son a base de uranio natural y agua pesada.
El proyecto permitirá incrementar en más de 60% la generación eléctrica de origen nuclear, que actualmente representa poco más del 7% del total disponible en el sistema.
El contrato EPC o llave en mano prevé la provisión de la ingeniería, construcción, adquisición, puesta en marcha y entrega de una central del tipo HPR-1000, que utilizará uranio enriquecido como combustible y agua liviana como refrigerante y moderador.
Las obras requerirán la creación de más de 7.000 empleos durante el pico de obra, 700 empleos fijos para su operación y una integración aproximada del 40% con los proveedores nacionales.
"La decisión de construir un reactor Hualong como Atucha III está respaldada por más de una década de trabajo del proyecto Carem y se enmarca dentro de la tradición nuclear argentina, en línea con la tendencia mundial de apostar a la energía nuclear como fuente de energía limpia y segura para combatir el cambio climático", expresó el directivo.
La obra le permitirá al país integrar "el grupo de naciones que lleva adelante la construcción de 52 reactores alrededor del mundo", y este modelo de central tipo Hualong será una de las 12 que el contratista chino tiene en funcionamiento y construcción en el mundo.
A partir del inicio de trabajos en 2023, la obra tendrá un plazo de ejecución de 99 meses y desde su puesta en marcha comenzará el repago del préstamo en base a la venta de la energía que genere durante los 12 años siguientes.
Se estima que este tipo de reactor tiene una proyección de utilidad de 60 años con la posibilidad de realizar obras de extensión de vida por otros 20, en principio.
El predio para la nueva central ya está disponible lindero al complejo nuclear, a pocos metros del río Paraná, pero para fin de año Nucleoeléctrica deberá completar tareas previas de adecuación del terreno.
Para el inicio de obra, deben cumplirse los pasos en el marco del tratado país-país para llegar a la adjudicación directa del proyecto -porque no se trata de un concurso publico-, y que fue aprobado por leyes de ambos países. También se debe cerrar el contrato financiero ahora de conocido el precio, y otro tema es que haya habido acuerdo sobre el tema de la transferencia de tecnología con una firma de contrato específica.