La energía nuclear es de bajo costo y podría ayudar a superar los elevados costos de la electricidad que vendrán en inviernos
KARTIK MENON
Desde la caída del Muro de Berlín, el mundo occidental disfruta de globalización, energía barata y relativa paz geopolítica. Pero la invasión rusa de Ucrania en febrero supuso un brusco cambio de estas tendencias. Estados Unidos, la Unión Europea y el resto de Occidente se apresuraron a terminar los vínculos económicos con Rusia.
El efecto más evidente de estas sanciones se produjo en los mercados energéticos mundiales. Los precios sufrieron una gran volatilidad desde la invasión, ya que los mercados de electricidad y combustible absorbieron la pérdida del considerable suministro ruso.
Los gobiernos occidentales advierten que podría haber apagones, racionamiento de energía y aumento de las facturas. Incluso antes de las presiones del invierno, la red eléctrica de California siente la tensión; los precios de la electricidad en Alemania se triplicaron desde el año pasado y el regulador de servicios públicos de Gran Bretaña aumentó el límite de las facturas de energía de los consumidores en 80%.
LA POSIBLE SOLUCIÓN ANTE LA CRISIS SERÍA LA ENERGÍA NUCLEAR
Una solución para la escasez de energía en los meses más fríos y los años de incertidumbre energética sería la energía nuclear. Muchos países, como el Reino Unido, los Países Bajos, Francia y Japón, iniciaron o reconsideraron una inversión soberana masiva en energía nuclear.
Es fiable, de bajo costo y libre de carbono. La energía nuclear permite a estas naciones detener el declive económico derivado del aumento de los precios de la energía y avanzar hacia los objetivos de cero emisiones netas.
Sin embargo, la rápida expansión de la energía nuclear no está exenta de complicaciones. La principal es que Rusia controla casi la mitad del mercado mundial de servicios de procesamiento de combustible nuclear. Esto es importante ya que son necesarios para transformar el uranio en bruto en combustible para producir electricidad. El control de Rusia sobre este mercado supone un reto para las naciones occidentales que ya intentan desprenderse del suministro energético del país.
Pero también representa una oportunidad para Estados Unidos, si deciden aprovecharla. De hecho podría liderar el mundo para independizarse de la energía rusa y dar un gran paso en la lucha contra la crisis climática y en la creación de puestos de trabajo estables, lo que podría suponer un gran impulso económico para el país.
EL DOMINIO DE LA INDUSTRIA NUCLEAR RUSA
Al igual que el petróleo crudo debe transformarse químicamente antes de poder utilizarlo como gasolina en un coche, la generación de electricidad a partir de energía nuclear es todo un proceso. Primero se debe extraer uranio; este se convierte en gas en un proceso llamado conversión, y finalmente se concentra, o en términos técnicos, se enriquece.
El uranio enriquecido se introduce en tubos metálicos denominados barras de combustible, que luego se agrupan en el núcleo de un reactor nuclear. Dentro de un reactor, el núcleo se sumerge en agua y una reacción nuclear controlada calienta el agua hasta convertirla en vapor; a su vez hace girar una turbina y produce electricidad.
A partir de la década de 1990, una serie de políticas permitieron a Rusia dominar este proceso. Con ello se convirtieron en un centro barato y único para el suministro mundial de combustible nuclear. El programa Megatones a Megavatios de Estados Unidos, que funcionó de 1993 a 2013, tenía como objetivo reciclar las armas nucleares con fines energéticos.
A través del programa, se vendieron a Estados Unidos 500 toneladas de uranio enriquecido ruso de alta calidad. Eso era equivalente a 20,000 cabezas nucleares. Mark Nelson, director gerente del Fondo de Energía Radiactivo, dijo que si bien el programa facilitó el desarme nuclear postsoviético, también socavó la industria occidental.
No había ninguna razón económica para que una empresa estadounidense construyera costosas fábricas; ni para que capacitara a trabajadores expertos. Lo más sencillo era simplemente importar combustible barato de Rusia.
ROSATOM, EMPRESA DE ENERGÍA NUCLEAR RUSA QUE DOMINA EL MERCADO
La empresa nuclear rusa Rosatom controlada por el Estado, se convirtió en un proveedor fundamental para las necesidades energéticas mundiales y en una importante palanca de la política exterior rusa.
Esa compañía gestiona el ciclo completo de la energía nuclear para clientes internacionales. Construye reactores, suministra combustible y retira las barras de combustible gastadas. Este enfoque de servicio completo le permitió llegar a varios países, como Bangladesh, Hungría, Egipto y Turquía.
En cambio, proveedores occidentales como Westinghouse y Framatome se enfrentó a una serie de dificultades que han obstaculizado su capacidad para competir en los mercados nucleares internacionales. El control casi monopólico de Rosatom en algunos países también crea una dependencia energética soberana de sus servicios. También permite a Rusia construir esferas de influencia geopolítica.
Por ejemplo, Rosatom acordó cubrir (con el respaldo del sistema nacional de pensiones de Rusia) un préstamo de aproximadamente 12,000 millones de dólares (mdd) para ayudar a construir la central nuclear de Rooppur en Bangladesh en 2019. El préstamo concedido por Rusia representa casi el 30% de la deuda externa pendiente de Bangladesh, lo que otorga a Rusia una importante influencia sobre el país.
UNA OPORTUNIDAD PARA LA ENERGÍA ESTADOUNIDENSE
Dada la presencia de Rusia en el mercado energético mundial, Estados Unidos y el resto de Occidente enfrentan un gran reto energético. No solo este invierno sino también los próximos años. La solución sería un impulso a la energía nuclear para que los gobiernos occidentales se liberen del control de Rusia sobre el mercado del uranio y el procesamiento nuclear.
También impulsaría sus economías y evitaría el desastre climático; mismo que supondría el aumento de la producción de combustibles fósiles para compensar sus déficits energéticos tras la invasión.
El presidente Biden hizo campaña para abandonar los combustibles fósiles. No obstante, la pérdida del suministro de petróleo ruso le obligó a pedir a la OPEP y a Arabia Saudita aumentar su producción de crudo y aliviar las sanciones a Venezuela. Además, busca que los productores nacionales de petróleo, como ExxonMobil y Chevron, inviertan más en la producción de combustibles fósiles.
Estas medidas son necesarias porque las energías renovables aún no están preparadas para llenar el vacío dejado por los combustibles fósiles. Esto tanto desde el punto de vista moral como de la fiabilidad. Casi la mitad de la producción mundial de polisilicio, componente esencial de los paneles solares, procede de empresas de la región china de Xinjiang. Allí el gobierno tiene acusaciones de enviar a campos de trabajo forzado a uigures, kazajos y otras minorías.
Las energías renovables convencionales tampoco están preparadas para ser utilizadas como electricidad de base fiable. Así lo descubrió el Reino Unido cuando el viento dejó de soplar temporalmente el año pasado.
Las energías renovables y los combustibles fósiles tienen un lugar en la combinación energética de Estados Unidos. Pero la energía nuclear ofrece una vía hacia una energía económicamente viable y libre de emisiones de carbono. Dadas estas ventajas, existe un creciente consenso político bipartidista en torno a la energía nuclear.
El gobierno de Biden anunció recientemente que solicitará al Congreso más de 4,000 mdd para que el país deje de depender del suministro ruso. Con esa inversión espera apoyar la producción nacional de uranio enriquecido; una cuarta parte de esta solicitud se consignó recientemente a través de la Ley de Reducción de la Inflación.
La energía nuclear ayudaría a Estados Unidos a capear los duros inviernos que se avecinan. Actualmente dicho país es el mayor productor de petróleo crudo del mundo por encima de Rusia y Arabia Saudita. Incorporar la industria nuclear le permitiría exportar más excedentes de combustibles fósiles. De esa manera podría ayudar a aliados como Alemania y el Reino Unido, que enfrentan a peligrosas subidas del precio de la electricidad tras perder suministro de gas ruso.
POSIBLES OBSTÁCULOS DE LA ENERGÍA NUCLEAR
Aunque el desarrollo de las capacidades nucleares parece una oportunidad para aprovechar el futuro energético, hay razones por las que no se ha hecho antes; y también riesgos para la expansión de la industria ahora. Los gobiernos que desean construir centrales nucleares pueden tener dudas sobre el elevado costo inicial de la construcción.
Por ejemplo, construir la central nuclear de Diablo Canyon en California, costó 14,000 mdd. Pero supone más de una quinta parte de la generación de electricidad sin emisiones de carbono del estado. Esa es una de las razones principales por las que los legisladores decidieron retrasar el cierre de la planta.
Aunque se trata de un gasto inicial elevado, el costo de estas centrales palidece en comparación con los rescates que se están discutiendo ahora como consecuencia de la inadecuada seguridad del suministro eléctrico soberano.
El gobierno del Reino Unido propuso un proyecto de ley de rescate energético de 130,000 mdd para los consumidores y las empresas, que probablemente tendrá que renovarse a medida que los precios de la energía sigan siendo elevados. Por aproximadamente el mismo costo, California podría abastecerse por completo de electricidad fiable y sin emisiones de carbono.
También se plantean problemas de seguridad relacionados con la radiactividad. La concepción popular de la energía nuclear evoca imágenes de residuos verdes y catástrofes como las de Chernóbil o Fukushima.
Sin embargo, los peligros que plantea la energía nuclear son generalmente exagerados. En comparación con otras fuentes de energía, la nuclear es relativamente segura: el número de muertes por teravatio/hora producido es comparable al de la energía eólica y solar. En cuanto a los residuos tóxicos, una vez agotado el combustible nuclear, se retira a una piscina de refrigeración durante cinco años, tras los que casi toda la radiación original ha desaparecido.
Cuando se almacena en instalaciones seguras, emite menos radiación que los subproductos de la electricidad producida con carbón. Además, el uranio es tan denso energéticamente que la totalidad de los residuos de combustible nuclear estadounidense de los últimos 70 años podría almacenarse en un espacio equivalente a un campo de fútbol, sin llegar a las gradas.
UN FUTURO ENERGÉTICO MÁS LIMPIO Y SEGURO
Occidente se enfrenta a un invierno duro e incierto, e incluso si Estados Unidos y Europa consiguen superar los meses de frío sin una crisis energética aguda, podría haber años de incertidumbre y presión energética por delante. Por eso, este momento exige soluciones con visión de futuro, incluido el aumento de nuestras capacidades de energía nuclear.
La energía nuclear ofrece un camino factible hacia el avance de la energía verde, la desinversión en Rusia, la seguridad energética y el fortalecimiento del comercio estadounidense.
En la última reunión del G7, Biden lanzó formalmente la Asociación para la Infraestructura e Inversión Global, que incluía compromisos de capital para la energía limpia y el despliegue de pequeños reactores modulares por parte de la empresa estadounidense de energía nuclear NuScale Power.
Se trata de pasos alentadores para sacar a Occidente de la energía rusa y ayudar a los consumidores a sobrellevar los tiempos difíciles que se avecinan.